Harvard
Conviene recordar que la ciencia, la t¨¦cnica y las humanidades van de la mano y que las verdades po¨¦ticas sostienen los Derechos Humanos, nuestro mejor refugio ante la barbarie
Confieso que he sido una persona educada en la modernidad. Por el uso de la raz¨®n me hice posmoderno, pero hoy vuelvo a la modernidad con unos sentimientos razonables. Confieso que hice un esfuerzo por construirme, otro por deconstruirme, pero estoy ahora razonable y sentimentalmente empe?ado en volver a construirme ante la deconstrucci¨®n. Confieso que, en las citas importantes, mi manera de sentirme a la altura de las circunstancias no es el deseo de quedar bien, sino de ser sincero conmigo mismo. Por eso, para estar a la altura de mi respeto por Harvard, habl¨¦ en Harvard la semana pasada de ...
Confieso que he sido una persona educada en la modernidad. Por el uso de la raz¨®n me hice posmoderno, pero hoy vuelvo a la modernidad con unos sentimientos razonables. Confieso que hice un esfuerzo por construirme, otro por deconstruirme, pero estoy ahora razonable y sentimentalmente empe?ado en volver a construirme ante la deconstrucci¨®n. Confieso que, en las citas importantes, mi manera de sentirme a la altura de las circunstancias no es el deseo de quedar bien, sino de ser sincero conmigo mismo. Por eso, para estar a la altura de mi respeto por Harvard, habl¨¦ en Harvard la semana pasada de los duros discursos de las identidades, la soberbia de las minor¨ªas convertidas en sectas y la grave falta de actualidad de las humanidades como un s¨ªntoma de la degradaci¨®n democr¨¢tica.
Pensar el mundo de hoy es pensar en la peligrosa situaci¨®n de las democracias. No me refiero a sus imperfecciones. A esas heridas c¨ªvicas estamos por desgracia acostumbrados. Me refiero a un mundo en el que los poderes no democr¨¢ticos tienen cada vez m¨¢s peso internacional, brotan din¨¢micas de extrema derecha en el coraz¨®n de la libertad, se humillan los sentimientos pacifistas en conflictos espesos y los sue?os emancipadores derivan en vergonzosas dictaduras populistas.
Por eso la cultura debe desconfiar de las identidades cerradas. Por eso el respeto a las minor¨ªas no puede confundirse con un discurso soberbio de fragmentaci¨®n sectaria. Por eso importa la convivencia justa de la diversidad. Por eso el neoliberalismo est¨¢ de sobra. Por eso conviene recordar que la ciencia, la t¨¦cnica y las humanidades van de la mano y que las verdades po¨¦ticas sostienen los Derechos Humanos, nuestro mejor refugio ante la barbarie. Por eso hay que visibilizar las ilusiones colectivas. Y por eso conviene favorecer un cambio clim¨¢tico en los estudios culturales y reinventarnos otra Modernidad.