La frontera sur de EE UU
Biden muestra firmeza frente a la inmigraci¨®n irregular pero revierte las medidas m¨¢s crueles de Trump
La Casa Blanca se prepara para una posible oleada de inmigraci¨®n irregular en la frontera sur de Estados Unidos como consecuencia del fin de una medida de emergencia que permit¨ªa a las autoridades devolver inmediatamente a M¨¦xico a los detenidos cuando intentaban cruzar. El llamado T¨ªtulo 42 fue aprobado por la Administraci¨®n Trump al comienzo de la pandemia. Con la excusa de evitar la entrada de posibles infecciones, destruy¨® el sistema de petici¨®n de asilo y sustituy¨® una realidad imperfecta por un muro administrativo ...
La Casa Blanca se prepara para una posible oleada de inmigraci¨®n irregular en la frontera sur de Estados Unidos como consecuencia del fin de una medida de emergencia que permit¨ªa a las autoridades devolver inmediatamente a M¨¦xico a los detenidos cuando intentaban cruzar. El llamado T¨ªtulo 42 fue aprobado por la Administraci¨®n Trump al comienzo de la pandemia. Con la excusa de evitar la entrada de posibles infecciones, destruy¨® el sistema de petici¨®n de asilo y sustituy¨® una realidad imperfecta por un muro administrativo que ha causado enorme dolor al otro lado de la frontera. La medida de emergencia que lo justificaba se terminar¨¢ el pr¨®ximo 10 de mayo, tras una batalla legal en la que los republicanos trataban de mantenerla.
Desde marzo de 2020 hasta marzo de este a?o, el T¨ªtulo 42 se ha utilizado para justificar 2,6 millones de expulsiones en caliente, que anulaban los protocolos de asilo tradicionales en EE UU. Estas se suman a los 2,8 millones de expulsiones ejecutadas en el mismo periodo utilizando las leyes de inmigraci¨®n anteriores. Las cifras dan una idea de la capa extra de cerrojazo administrativo que supon¨ªan las leyes de emergencia. Tambi¨¦n dan una idea de que en ning¨²n momento el T¨ªtulo 42 ha sido efectivo como medida de disuasi¨®n para frenar a los desesperados. Simplemente ha supuesto un muro para personas con demandas de asilo leg¨ªtimas cuyos casos nunca llegaron a ser escuchados por un juez. Con el fin de esta pol¨ªtica, la frontera vuelve en parte a la complicada normalidad anterior a la presidencia de Trump.
El presidente Joe Biden ha decidido enviar 1.500 soldados a la frontera en una misi¨®n temporal de 90 d¨ªas en previsi¨®n de que las mafias animen a m¨¢s gente a cruzar. No participar¨¢n en tareas de seguridad, exclusivas de la polic¨ªa de fronteras, solo estar¨¢n all¨ª para apoyar en cuestiones log¨ªsticas y administrativas. Es en buena medida una decisi¨®n de imagen que ya utilizaron otros presidentes.
La inmigraci¨®n irregular no es un problema que se soluciona; es una realidad que se gestiona. Cualquier promesa de sellar fronteras o de acabar con el flujo de personas debe tomarse como mera demagogia xen¨®foba. Es una buena noticia que esa clase de mensaje haya desaparecido de Washington. La Casa Blanca trata ahora de ampliar los recursos para gestionar m¨¢s peticiones, as¨ª como acelerar las detenciones y deportaciones en colaboraci¨®n con M¨¦xico y Centroam¨¦rica, en un sistema que siempre ser¨¢ insuficiente para cubrir una frontera de 3.000 kil¨®metros y con cientos de millones de hombres y mujeres dispuestos a cruzarla. En el dif¨ªcil equilibrio entre firmeza y respeto al derecho de asilo, al menos la Administraci¨®n Biden parece decidida a eliminar alguno de los niveles de crueldad innecesaria que a?adi¨® Trump.