Meloni y la inmigraci¨®n

La declaraci¨®n de estado de emergencia migratorio decretado para los pr¨®ximos seis meses por la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, carece de justificaci¨®n suficiente, aumenta innecesariamente la tensi¨®n europea sobre una cuesti¨®n crucial en la pol¨ªtica comunitaria y escenifica una de las banderas pol¨ªticas nacionalpopulistas utilizadas por la l¨ªder de la formaci¨®n ultraderechista Hermanos de Italia para lograr el respaldo electoral que le ha permitido llegar a la jefatura del Gobierno transalpino.

Sin especificar ni su alcance ni los detalles, el Gobierno italiano ha decretado una medida legal, el estado de emergencia, normalmente reservada para atender a la poblaci¨®n en caso de cat¨¢strofes naturales. La presi¨®n migratoria que sufre Italia no se corresponde con una cat¨¢strofe natural, tampoco la llegada de en torno a 3.000 inmigrantes irregulares en los ¨²ltimos d¨ªas y el aumento significativo en lo que va de 2023 del n¨²mero de personas que han entrado en el pa¨ªs cruzando el Mediterr¨¢neo. Meloni ha extendido la medida a todo el territorio nacional y podr¨¢ adoptar otras excepcionales sin pasar por el Parlamento. Ese recurso constitucional otorga poderes extraordinarios al Ejecutivo, pero sus objetivos resultan cuando menos complicados de casar con la situaci¨®n migratoria actual.

La dureza de la respuesta de Meloni no est¨¢ justificada por el hecho de ser Italia uno de los pa¨ªses europeos que experimentan de forma peri¨®dica en sus costas impactantes tragedias, la m¨¢s reciente la muerte por ahogo de al menos 90 personas ¡ªaunque el n¨²mero real probablemente jam¨¢s se conozca¡ª a finales de febrero en Calabria. El estado de emergencia puede tener un efecto nocivo peor y allanar el camino a la reactivaci¨®n de los crueles decretos emitidos por su socio de Gobierno, el ultraderechista Matteo Salvini, durante su anterior etapa como ministro de Interior. Con ellos buscaba obstaculizar las labores de los barcos de rescate, acelerar los tiempos de repatriaci¨®n de los migrantes, cerrar varios centros de acogida y eliminar cualquier tipo de protecci¨®n espec¨ªfica para estas personas.

La posibilidad de una emergencia a lo largo de este a?o no es descartable, pero la situaci¨®n ser¨¢ peor tras el desmantelamiento de centros de acogida emprendido por Salvini entre 2018 y 2019. Las cifras indican que el flujo de llegadas se est¨¢ multiplicando de forma exponencial y gobiernos italianos de diferente signo han insistido a lo largo del tiempo a sus socios de la Uni¨®n en la necesidad de establecer mecanismos eficaces y fondos necesarios que encaucen la situaci¨®n. La soluci¨®n a un problema estructural tan grave no puede ser la reducci¨®n de los mecanismos de auxilio ni medidas temporales con un marcado populismo medi¨¢tico.