Nixon en Am¨¦rica
No se puede presumir de estar en el lado bueno de la Historia mientras se violen los derechos humanos o mientras en nuestros Parlamentos no se debata clara y permanentemente sobre la guerra en Ucrania

Vivimos una ¨¦poca inestable. ?Qui¨¦nes son nuestros enemigos? ?Qui¨¦nes son nuestros amigos?¡± As¨ª salud¨® el presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, al primer ministro chino Chu-En-Lai cuando en 1972 realiz¨® su famosa visita a Pek¨ªn para entrevistarse con el presidente Mao. Este, por su parte, interpelado acerca de la cuesti¨®n de Taiw¨¢n le habr¨ªa dicho al norteamericano: ¡°Guarde eso para hablarlo con el premier, yo me dedico a la filosof¨ªa¡±. Al menos esa es la versi¨®n del libreto de Alice Goodman para la ¨®pera inspirada por dicho acontecimiento y estrenada recientemente en el Teatro Real de Madrid. Pocos d¨ªas despu¨¦s de haber asistido a la representaci¨®n pude escuchar de labios de Lionel Fern¨¢ndez, que gobern¨® la Rep¨²blica Dominicana durante 12 a?os, un an¨¢lisis similar, seg¨²n el cual vivimos tiempos impredecibles en lo econ¨®mico y en lo militar, y extremadamente peligrosos para el mantenimiento de la paz mundial.
El presidente Fern¨¢ndez reclam¨® el pasado viernes trabajar por la elaboraci¨®n de una cultura de paz y la reforma con profundidad de la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas. Lo hizo en un discurso ante los egresados del m¨¢ster de Gobernanza Global que se imparte en la UAM de Madrid, en el marco de la C¨¢tedra Jes¨²s de Polanco para Iberoam¨¦rica. Y hoy participar¨¢ en una reuni¨®n de la Asociaci¨®n Mundial de Juristas, en la que el rey Felipe VI entregar¨¢ el Premio a la Libertad y la Paz a trav¨¦s de la Ley a Andrew Young, hist¨®rico defensor de los derechos civiles que acompa?¨® en su lucha al m¨ªtico l¨ªder de ese movimiento, Martin Luther King, hasta el mismo d¨ªa de su asesinato. Tambi¨¦n hoy la misma organizaci¨®n honrar¨¢ a Nancy Hollander, abogada de un preso musulm¨¢n apodado El Mauritano, secuestrado por los servicios de inteligencia, encerrado y brutalmente torturado en la prisi¨®n militar que Estados Unidos mantiene en la base de Guant¨¢namo, y puesto en libertad 14 a?os despu¨¦s sin ser acusado de ning¨²n delito.
Hablamos de antiguas lluvias que causaron los actuales lodos. El establecimiento de relaciones con la China de Mao supuso un cambio revolucionario en la pol¨ªtica de la Guerra Fr¨ªa, que se agot¨® definitivamente pocos a?os despu¨¦s con el derrumbe del muro de Berl¨ªn. Asistimos ahora a su resurrecci¨®n, simbolizada por la agresi¨®n rusa a Ucrania y la involucraci¨®n de Washington y los pa¨ªses de la OTAN en una especie de guerra por encargo en la que Occidente pone el dinero y las armas y el pueblo ucraniano los muertos. La ruptura entre Mosc¨² y Pek¨ªn tras el viaje de Nixon se ha visto reparada por la alianza firmada entre Xi Jinping y Putin. La nueva China, dise?ada hace medio siglo por Deng Xiaoping, se ha convertido en una potencia econ¨®mica, tecnol¨®gica y militar de primer orden. Tambi¨¦n una potencia comercial, proveedora de bienes y servicios al resto del mundo.
Andrew Young, embajador de Carter ante la ONU, se vio obligado a dimitir por llamar racistas a los anteriores presidentes de su pa¨ªs. Hab¨ªa propuesto adem¨¢s un plan Marshall para ?frica a fin de atajar la influencia sovi¨¦tica en el continente. Hoy su lucha contin¨²a viva en el coraz¨®n de la sociedad americana bajo la bandera del movimiento Black Lives Matter.
La prisi¨®n de Guant¨¢namo contin¨²a abierta desde hace m¨¢s de 20 a?os; guarda todav¨ªa a una treintena de presos, de los cuales solo 10 han sido imputados como autores de delitos diversos, entre ellos planear los ataques a las Torres Gemelas, pero no han sido juzgados a¨²n. Obama prometi¨® cerrarla y no fue capaz de llevarlo a cabo. Biden asumi¨® id¨¦ntico compromiso con el mismo resultado.
O sea, que volvemos a vivir en una ¨¦poca en realidad mucho m¨¢s inestable que la mencionada en la ¨®pera. Estamos ante la ca¨ªda del imperio americano, la emergencia de un enorme competidor y el pasmo de Europa. Todo ello en medio de una crisis financiera sist¨¦mica agravada por las decisiones tomadas durante la pandemia, pese a las ufanas declaraciones del poder pol¨ªtico, dispuesto, y no solo en Espa?a, a repartir bonos y billetes en nombre de la solidaridad. Sin que Occidente sea capaz de entonar un mea culpa por sus errores cometidos.
Sometidos a una propaganda asfixiante sobre la guerra, apenas sabemos nada de lo que verdaderamente ocurre en ella. Las pocas voces cr¨ªticas que los intelectuales m¨¢s prestigiosos levantan, reclamando un alto el fuego y conversaciones sobre el futuro de Europa, son ignoradas y aun menospreciadas por los gobiernos, que aprueban inversiones multimillonarias en armamento y prometen una victoria improbable frente a Putin. Como si Rusia no fuera la primera potencia nuclear del mundo y no tuviera la m¨¢s poderosa armada de submarinos, sobre cuya presencia en el oc¨¦ano Atl¨¢ntico advirti¨® hace no mucho el propio general en jefe de la OTAN.
En nombre de la democracia, aunque por razones obviamente oportunistas, se establecen sanciones a la econom¨ªa rusa que acaban sufriendo principalmente los ciudadanos de Europa Occidental y de pa¨ªses del Tercer Mundo, mientras no logran da?ar seriamente el comportamiento econ¨®mico del invasor de Ucrania. Y en cambio se suavizan, o se promete hacerlo, en el caso de Venezuela, donde ya se ha puesto en marcha el blanqueamiento de la figura de Maduro.
No se puede presumir impunemente de estar en el lado bueno de la Historia, ni de la fortaleza del imperio de la ley, mientras en lo que funge como la primera democracia del mundo existan flagrantes vulneraciones de los derechos humanos como la prisi¨®n de Guant¨¢namo. En nombre de la democracia, la OTAN y las potencias occidentales tienen un particular curr¨ªculum, tan mort¨ªfero como in¨²til. Ah¨ª est¨¢n Vietnam, Irak, Afganist¨¢n, Siria, Libia, la antigua Yugoslavia, para dar fe de que el orden internacional no se puede establecer ni entender como si se tratara de ser vencedores en una guerra entre buenos y malos. No es admisible ignorar los errores o los cr¨ªmenes propios, ni justificarlos en los cr¨ªmenes y errores que los competidores o enemigos cometen. Resulta indecente que gobiernos democr¨¢ticos se vean envueltos en una contienda como la de Ucrania, donde las v¨ªctimas se cuentan probablemente por cientos de miles, y la destrucci¨®n material por miles de millones de euros, sin que en sus Parlamentos, a comenzar por el nuestro, haya un debate permanente y clarificador al respecto, al tiempo que se descalifican las posiciones pacifistas o se utilizan exclusivamente como bandera pol¨ªtica.
En la mayor¨ªa de los conflictos citados la pelea no era ni es tanto por el poder pol¨ªtico como por el control de las fuentes de energ¨ªa. Con lo que el complejo militar industrial que denunciara el general Eisenhower no cesa de crecer. Aunque las cifras son confusas, Estados Unidos mantiene varios cientos de bases o instalaciones militares en 80 pa¨ªses del mundo. Pek¨ªn apenas cinco. En el libreto de Nixon en China Mao comenta: ¡°Nuestros ej¨¦rcitos no van al extranjero. ?Por qu¨¦ deber¨ªan hacerlo? Tenemos todo cuanto necesitamos¡±. Su imperio no es militar; no por el momento. Es tecnol¨®gico, comercial y econ¨®mico y acaba de anunciarnos el desaf¨ªo financiero. Brasil, y con seguridad otras potencias no alineadas, comenzar¨¢n a utilizar el yuan en sus intercambios.
Por eso es tan importante el reconocimiento de la comunidad jur¨ªdica a Andrew Young y Nancy Hollander, luchadores por los valores de la democracia y por hacer bueno el verdadero sue?o americano, el de la libertad. Ese que llev¨® al gran poeta de color Langston Hugues a pronunciar aquellos versos m¨¢gicos: ¡°Dejad que Am¨¦rica sea Am¨¦rica de nuevo. Am¨¦rica no fue nunca Am¨¦rica para m¨ª¡±.
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