Lula en el escenario mundial
El ejercicio de equilibrismo que est¨¢ haciendo el presidente de Brasil revela, m¨¢s all¨¢ de la guerra de Ucrania, el cambiante panorama estrat¨¦gico mundial y el papel del sur global en ¨¦l
¡°Brasil ha vuelto¡±, dijo el presidente Luiz In¨¢cio Lula da Silva despu¨¦s de ser reelegido el a?o pasado. ?C¨®mo ha vuelto? Sus recientes pasos en el ¨¢mbito internacional son reveladores. La guerra de Ucrania le ha dado una funci¨®n y una oportunidad. Y ya es hora de que Europa entienda que esto tambi¨¦n nos importa.
Al igual que el presidente Joe Biden, tras la salida de Donald Trump, se present¨® como l¨ªder del mundo democr¨¢tico con el lema ¡°Estados Unidos ha vuelto¡±, Lula est¨¢ reivindicando el derecho de su pa¨ªs a hablar desde que el expresidente Jair Bolsonaro (2019-2022), ep¨ªgono de Trump y nacionalista aislado y exc¨¦ntrico, cay¨® derrotado frente a ¨¦l.
Lula, con el regreso de su pa¨ªs al escenario mundial, est¨¢ pensando en algo distinto de lo que esperaban de su victoria los pol¨ªticos estadunidenses y europeos. Brasil, una de las democracias m¨¢s pobladas del mundo, no est¨¢ aline¨¢ndose con Occidente. Lula quiere ejercer el papel de mediador y pacificador, tal como notific¨® a Biden en febrero en la Casa Blanca.
Y ahora ha empezado a tom¨¢rselo en serio. Hasta tal punto que el viaje que efectu¨® a Portugal y Espa?a recientemente ¡ªsu primera visita a Europa en este nuevo mandato¡ª qued¨® ensombrecido, en parte, por los pol¨¦micos comentarios sobre Rusia y Ucrania que hab¨ªa hecho dos semanas antes en China.
Durante su visita de Estado a la Rep¨²blica Popular, la cual tuvo un alto perfil, Lula convers¨® con el presidente Xi Jinping. Brasil y China quieren mantenerse neutrales en la guerra rusa y creen que ¡°las negociaciones ofrecen la ¨²nica salida a la crisis¡±. En Pek¨ªn, Lula conden¨® a los pa¨ªses que ¡°propician la guerra¡± con apoyo armament¨ªstico, es decir, Estados Unidos y la Uni¨®n Europea.
Las cr¨ªticas a la agresi¨®n rusa por parte de Lula son escasas, para descontento de Estados Unidos. Su postura consiste m¨¢s en que, donde hay dos que pelean, dos son culpables. Cuando volv¨ªa de China, en una parada en Abu Dabi, Lula habl¨® sobre la idea de un ¡°grupo de paz¡± con los dirigentes de los Emiratos ?rabes Unidos. Quiere reunir a los l¨ªderes ¡°que prefieren hablar de paz que de guerra¡±, dijo a los periodistas. De regreso en su pa¨ªs, recibi¨® al ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergu¨¦i Lavrov.
El Departamento de Estado estadounidense reaccion¨® en¨¦rgicamente y acus¨® al presidente brasile?o de ¡°repetir como un loro¡± la propaganda de Mosc¨². El 25 de abril, en Madrid, Lula ajust¨® el tono. Se refiri¨® a ¡°una guerra demencial¡±, tuvo que reconocer que es un conflicto asim¨¦trico y calific¨® de ¡°inadmisible¡± que un pa¨ªs invada a otro.
Sin embargo, ser¨ªa un error pensar que Brasil ha decidido alinearse con Occidente. M¨¢s bien, Lula est¨¢ haciendo un ejercicio de equilibrismo que revela, m¨¢s all¨¢ de la guerra de Ucrania, el cambiante panorama estrat¨¦gico mundial y el papel del sur global en este.
Desde luego, Brasil no est¨¢ solo. Cuando el canciller federal alem¨¢n, Olaf Scholz, visit¨® Sudam¨¦rica en enero, su petici¨®n de que enviaran armas a Ucrania cay¨® en saco roto, no solo en Brasilia, sino tambi¨¦n en Buenos Aires y en Santiago de Chile. Esta es una de las muchas consecuencias inesperadas de la guerra de Ucrania: Estados Unidos y Europa se est¨¢n enfrentando a los nuevos l¨ªmites de su poder.
Hagamos una distinci¨®n crucial. No es de extra?ar que Occidente no consiga que China, con Xi al frente, condene a Vlad¨ªmir Putin, por muchos gobernantes europeos que llamen a la puerta con ese mensaje. Los que criticaron visitas como la de Pedro S¨¢nchez en marzo, o la de Emmanuel Macron en abril, por no haberle convencido, no entienden lo que pasa. No se puede esperar una concesi¨®n as¨ª de una superpotencia que est¨¢ librando una guerra econ¨®mica con Estados Unidos cada d¨ªa m¨¢s corrosiva y que necesita el apoyo de Rusia para dicha empresa. La mera neutralidad de China, a la que se ha comprometido adem¨¢s por la amenaza de las sanciones occidentales, ya es en s¨ª un ¨¦xito.
En contraste, nuevo y m¨¢s dif¨ªcil de digerir es el hecho de que socios de Estados Unidos como India, Brasil, Sud¨¢frica y Arabia Saud¨ª hayan dejado de alinearse con su postura. Y eso se ha demostrado en repetidas ocasiones desde la invasi¨®n rusa, por ejemplo en las tendencias en las votaciones en Naciones Unidas. Todos esos Estados prefieren evitar tomar partido en una guerra en el ¡°viejo continente¡±. Tienen otras prioridades. Este contrapoder encuentra nuevas formas de expresi¨®n.
Ese fue el principal mensaje de la visita de Lula a China. Quiere ¡°establecer un equilibrio en la pol¨ªtica mundial¡±, como lo dijo en Pek¨ªn. El brasile?o aspira a un orden mundial multipolar, menos dominado por Estados Unidos y Occidente. Su visita de trabajo, con Xi, a la empresa de telecomunicaciones Huawei, sancionada por Estados Unidos, subraya este mensaje.
En un discurso pronunciado en el Nuevo Banco de Desarrollo de Shangh¨¢i, Lula defendi¨® la b¨²squeda de alternativas al d¨®lar estadounidense. ¡°Todas las noches me pregunto por qu¨¦ todos los pa¨ªses del mundo tienen que hacer transacciones en d¨®lares¡±, proclam¨® entre aplausos. El banco de inversiones, apodado Banco BRICS porque lo fundaron Brasil, Rusia, India, China y Sud¨¢frica, quiere servir de contrapeso al FMI y al Banco Mundial de Washington. En los ¨²ltimos meses se han firmado los primeros grandes contratos comerciales, sobre todo en renminbi chino, entre estos pa¨ªses y algunos Estados del Golfo. Quiz¨¢ hagan falta varias d¨¦cadas para destronar al d¨®lar, pero el proceso ha empezado. Es una forma con la que el resto del mundo hace sentir su poder.
En este contexto, la pr¨®xima presidencia espa?ola del Consejo de la UE adquiere importancia estrat¨¦gica. Uno de los principales acontecimientos ser¨¢ la cumbre de l¨ªderes de la UE y Latinoam¨¦rica, los d¨ªas 17 y 18 de julio. Espa?a tiene ah¨ª un papel crucial.
El acuerdo UE-Mercosur tendr¨¢ un lugar destacado en la agenda. Ese acuerdo es hoy mucho m¨¢s que un tratado comercial est¨¢ndar, es alta pol¨ªtica y constituye la oportunidad estrat¨¦gica para que Europa se relacione con la regi¨®n de una nueva manera. Los astros pol¨ªticos est¨¢n bien alineados, tanto en el lado europeo (con la actual presidencia sueca del Consejo, tan partidaria del libre comercio, y despu¨¦s con la activa presidencia espa?ola) como en el latinoamericano (tras el regreso de Lula y antes de las elecciones de octubre en Argentina). Ser¨¢ un punto de inflexi¨®n geopol¨ªtico entre los dos continentes.
Para los pa¨ªses europeos, la cumbre con Am¨¦rica Latina puede ser un buen ba?o de realidad. Ayudar a Ucrania a luchar contra la agresi¨®n rusa seguir¨¢ siendo nuestra prioridad estrat¨¦gica, y est¨¢ bien que as¨ª sea. Pero no podemos esperar que todos nuestros socios del resto del mundo hagan lo que decimos, sobre todo si es ¨²nicamente sobre la base de la indignaci¨®n moral. Brasil y Argentina, como India y Sud¨¢frica, tienen otras prioridades y otros intereses. Hablemos sobre estos para ver qu¨¦ podemos hacer juntos, como socios y Estados democr¨¢ticos.
A largo plazo, el ¨¦xito que Brasil y otras potencias emergentes tengan en abrir un espacio de no alineaci¨®n entre Washington y Pek¨ªn podr¨ªa incluso reducir la velocidad de la peligrosa din¨¢mica hacia una nueva y catastr¨®fica guerra fr¨ªa entre las superpotencias. Si todo es sopesado de manera cuidadosa, si los europeos abordan esta nueva situaci¨®n con mentalidad estrat¨¦gica, ¡°el regreso de Brasil a la escena mundial¡± podr¨ªa ser sin duda en nuestro inter¨¦s tambi¨¦n.
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