Los ¡®cayetanos¡¯ del tenis en Madrid

La final del Masters de Madrid del pasado domingo fue todo un espect¨¢culo deportivo. Acab¨® imponi¨¦ndose la exuberante calidad del joven fen¨®meno Carlos Alcaraz frente a la emocionante revelaci¨®n del meritorio germano, J. L. Struff, que saca 13 a?os al espa?ol. El espect¨¢culo tambi¨¦n estuvo en las gradas, llenas de caras muy conocidas de la pol¨ªtica, el deporte, la cultura o del mundo de las celebrities. Nada fuera de lo com¨²n en los grandes torneos, convertidos en hogueras de las vanidades, unos m¨¢s que otros. Lo que no parece tan habitual es el comportamiento del p¨²blico en la pista central, a juzgar por los comentarios que surcan Twitter, entre otras pol¨¦micas presentes en las redes, como el gran pastel de cumplea?os con que se obsequi¨® al murciano frente al mucho m¨¢s modesto de la n¨²mero 2, la bielorrusa Aryna Sabalenka, la elecci¨®n de modelos como recogepelotas o que no se dejase hablar a las finalistas de dobles.

El periodista David Jim¨¦nez, por ejemplo, lanz¨® el pasado lunes un tuit que ha tenido m¨²ltiples r¨¦plicas. ¡°Madrid tiene un gran torneo, pero tambi¨¦n el p¨²blico m¨¢s maleducado del circuito ATP. Una raz¨®n es que las gradas se llenan de gente que no acude a ver tenis, sino a dejarse ver¡±, coment¨® el exdirector de El Mundo. Abundan las reacciones cr¨ªticas a ese comportamiento y a los ¡°cayetanos¡±, variante de los borjamari, todos ellos sin¨®nimos de pijos: ¡°Pasa sobre todo en la pista central, con media grada ocupada con palcos para empresas y cayetanos que ni idea de tenis, solo van cuando juega Rafa Nadal (o Alcaraz ahora) a gritar gilipolleces. En las pistas 2, 3 y las externas el ambiente es otro¡±; ¡°Y por si fuera poco el esperpento cayetano, lo hacen en uno de los barrios m¨¢s humildes de Madrid [Usera]¡±. ¡°Soy conservador, pero es ver a un cayetano somosag¨¹ero y me hago de Durruti¡±.

Entre los comentarios destaca uno por ser obra de una especie de infiltrado en el Mutua Madrid Open, condici¨®n que siempre resulta muy period¨ªstica y peliculera. ¡°Voy cada a?o. No pertenezco a la clase social que all¨ª abunda, pero estoy metido entre ellos ya que las entradas de movilidad reducida de mi familiar nos sit¨²an all¨ª. Lo que se oye en los palcos de alrededor es completamente vergonzoso, ya que no solo existe lo que se grita....¡± y contin¨²a asegurando que se trata de un lugar de ¡°reuni¨®n de clase alta, con ideales retr¨®grados donde se sienten a gusto por notarse entre iguales¡±.

Tambi¨¦n est¨¢n los que intentan aterrizar la pol¨¦mica. Algunos con iron¨ªa: ¡°No como el resto de los masters 1000 donde las entradas son populares y no hay zona VIP claro¡±. Otros con su experiencia: ¡°En otros torneos pasa tres cuartos de lo mismo, pero o no los ves o no te enteras. Lo ¨²nico com¨²n a todos ellos, en lo que a mala educaci¨®n se refiere, es que se aplaude el fallo del for¨¢neo. Las canchas de tenis parecen m¨¢s un campo de f¨²tbol¡±, o ¡°eso no es verdad! No se puede generalizar en un lugar con tanto p¨²blico. La mayor¨ªa fuimos muy educados, sabemos de tenis. En todas partes hay alguno que se quiere hacer notar, y con esos hay que saber convivir. Aunque no estemos de acuerdo con sus gritos y frases fuera de lugar¡±; o ¡°primero, estamos hablando de uno de los mejores de los torneos del mundo. En cuanto que la gente va a pasearse, eso es mentira. Solo hay que ver la cantidad de ni?os que van a ver a sus ¨ªdolos y el respeto que se muestra¡±.

Otros espectadores tuiteros aseguran haber o¨ªdo en diferentes partidos el grito ¡°S¨¢nchez, que te vote Txapote¡± que puso de moda un hijo del que fuera censor franquista y ministro de Cultura, Ricardo de la Cierva. ?Un cayetano?