Citgo y sus alter egos
Las acciones de Citgo son ya papeles p¨®stumos de un petroestado del siglo XX llamado Venezuela
Durante el muy llorado boom de precios del ¨²ltimo cuarto del siglo pasado, el tirano Ch¨¢vez se abandon¨® frecuentemente a los placeres de expropiar a troche y moche.
Es cierto que pudo v¨¦rsele por completo fuera de s¨ª al pedir a los miserables jueces que le serv¨ªan, en cadena nacional de televisoras y a gritos, la pena m¨¢xima de 30 a?os de prisi¨®n para sus adversarios, pero la superlativa voluptas del poder absoluto ...
Durante el muy llorado boom de precios del ¨²ltimo cuarto del siglo pasado, el tirano Ch¨¢vez se abandon¨® frecuentemente a los placeres de expropiar a troche y moche.
Es cierto que pudo v¨¦rsele por completo fuera de s¨ª al pedir a los miserables jueces que le serv¨ªan, en cadena nacional de televisoras y a gritos, la pena m¨¢xima de 30 a?os de prisi¨®n para sus adversarios, pero la superlativa voluptas del poder absoluto la experimentaba tan solo al expropiar arrebatadamente.
Fue as¨ª, poseso de la furia que en ¨¦l suscitaba ver patentes frutos del esfuerzo privado, como en 2009 convirti¨® en chaparral la costa oriental del Lago de Maracaibo, una de las regiones m¨¢s pr¨®speras de Venezuela, arramblando con casi un centenar de empresas nacionales de servicios petroleros ¡ªmantenimiento t¨¦cnico, transporte lacustre, alimentaci¨®n¡ª, tal como ven¨ªa haci¨¦ndolo, ya desde 2000, con la ganader¨ªa, el comercio, la banca hipotecaria y la agroindustria.
La producci¨®n de aquella regi¨®n superaba por entonces el mill¨®n de barriles diarios del total nacional de 2.5 millones. Con aquellas nacionalizaciones comenz¨® el declinar de la industria petrolera que abruptamente caer¨ªa irremediablemente en su ¡°zona cero¡± no bien Maduro, el Inept¨®crata, accedi¨® al poder en 2013, justo cuando los precios entraban en barrena.
Afianzado ya en su segundo sexenio, Ch¨¢vez justific¨® sus atropellos de 2009 como imprescindibles para avanzar ¡°en la transici¨®n al socialismo¡±. En sus mon¨®logos televisados elogiaba, ext¨¢tico, la ola de desastrosas expropiaciones que Fidel Castro orden¨® en Cuba, all¨¢ por 1968.
Muchos otros rubros hab¨ªan atra¨ªdo, hac¨ªa tiempo, el frenes¨ª expropiador de Ch¨¢vez, caracter¨ªsticamente la siderurgia, la telefon¨ªa, la empresa de luz y fuerza y la red privada de automercados, pero sus ideas zombies sobre la econom¨ªa petrolera ¡ªy sobre todas las dem¨¢s cosas del mundo¡ª no comenzar¨ªan a dejarse sentir sino hasta que Conoco Phillips nos llev¨® a todos a juicio por indemnizaci¨®n.
Conoco Phillips fue despojada en 2007 de todos sus activos como socia de Pdvsa en tres grandes proyectos conjuntos. Ch¨¢vez rechaz¨® pagar lo que la transnacional gringa reclamaba y la petrolera se constituy¨® en una formidable acreedora: pidi¨® 300 millones de retratos de Ben Franklin como compensaci¨®n. Doce a?os m¨¢s tarde, un tribunal del Banco Mundial le acord¨® ocho mil setecientos millones de d¨®lares que Venezuela no ha pagado todav¨ªa.
Conoco Phillips no ha sido la ¨²nica empresa extranjera afectada por las nacionalizaciones y los juicios entablados por ellas integran hoy gran parte de la deuda acumulada por el pa¨ªs. Un serio y detallado informe de la Universidad Cat¨®lica calcula esta en 170 mil millones de d¨®lares: m¨¢s de doce veces el monto de las exportaciones que el a?o pasado no llegaron a 15 mil millones de d¨®lares.
Sin duda, la acreencia m¨¢s dram¨¢tica es la que alza la superempresa minera canadiense Crystallex. La minera hab¨ªa hecho, desde hac¨ªa muchos a?os, fuertes inversiones en Las Cristinas, en el coraz¨®n de nuestra Guayana, una de las minas de oro m¨¢s grandes de Suram¨¦rica.
Crystallex fue expropiada en 2008 y busca desde entonces cobrar 1.400 millones de d¨®lares en compensaciones. Una corte del estado de Delaware ha puesto a la minera a un paso de forzar la subasta ¡ªel remate¡ª de las acciones de Citgo, gigantesco complejo refinador propiedad de Pdvsa cuyo valor comercial se estima en 14.000 millones de d¨®lares.
El fallo responde a una interpretaci¨®n que el juez de la corte de Delaware ha hecho del principio de alter ego que obliga a una distinci¨®n relevante para el derecho estadounidense: ?son, jur¨ªdicamente hablando, la Rep¨²blica de Venezuela y Pdvsa la misma persona?
Una respuesta afirmativa abre la v¨ªa para que Crystallex, los tenedores de bonos emitidos por Maduro y vencidos en 2020, as¨ª como otros muchos acreedores de la naci¨®n, cobren su deuda de la platica que deje la subasta de las acciones de Citgo.
Seg¨²n el juez, los oscuros manejos financieros, tanto de Maduro como de Guaid¨®, el uno como cabeza de un gobierno que Estados Unidos no reconoce por considerarlo usurpador y el otro, como extitular de la presidencia de un improbable gobierno, acabaron por borrar la frontera legal entre la rep¨²blica de Venezuela y Citgo que imped¨ªa forzar la venta de sus acciones para pagarle a Crystallex y toda la panda de cobradores. Ambos son y no son Pdvsa y ambos conciben la caja registradora de Citgo como primordial asunto de su competencia, aunque ninguno de los dos sea, en verdad, leg¨ªtimo presidente de Venezuela.
Por supuesto, todo es mucho m¨¢s complejo de lo que parece y el hecho de que Citgo acaba de declarar un beneficio de 937 millones de d¨®lares, tan solo en el primer trimestre de 2023, no har¨¢ m¨¢s sencillo llegar a una elecci¨®n ¡°libre, justa y confiable¡± en 2024.
No parece ser cosa que pueda resolverse ¡°dialogando¡± en M¨¦xico. Las acciones de Citgo son ya papeles p¨®stumos de un petroestado del siglo XX llamado Venezuela.