Volver a cu¨¢ndo
La novela de la venezolana Mar¨ªa Elena Mor¨¢n habla desde el t¨ªtulo de la irresistible intuici¨®n po¨¦tica con que la autora gan¨® en Madrid la edici¨®n de 2022 del Premio de Novela Caf¨¦ Gij¨®n
¡°La llamada no-ficci¨®n puede distorsionar: los hechos pueden realinearse. Pero la ficci¨®n nunca miente¡±.
Esto afirmaba V. S. Naipaul, premio Nobel de Literatura de 2021, al discurrir sobre su oficio. Es cierto que Sir Vidia era aficionado a la provocaci¨®n intelectual, pero en esto, tan central a la tarea de un gran novelista e insuperable observador profesional del Tercer Mundo, no creo que bromease. Pens¨¦ inmediatamente en su proverbio no bien termin¨¦ de leer¡ª por segunda vez en cosa de semanas¡ªla novela Volver a cu¨¢ndo (Siruela), de la venezolana Mar¨ªa Elena Mor¨¢n. El t¨ªtulo ya habla de la irresistible intuici¨®n po¨¦tica con que la autora gan¨® en Madrid la edici¨®n de 2022 del consagratorio Premio de Novela Caf¨¦ Gij¨®n.
Su argumento puede declararse brevemente, no as¨ª la suprema hechicer¨ªa puesta en su composici¨®n. Mor¨¢n naci¨® en Maracaibo en 1985 y es guionista de alta competencia¡ªun filme, de cuyo guion es coautora, se ver¨¢ este a?o en Cannes¡ª. Su excepcional dominio de la escritura dram¨¢tica irriga deltaicamente todos los cap¨ªtulos su novela.
Un d¨ªa, a fines de la d¨¦cada pasada, Nina abandona Maracaibo, su ciudad natal, y en busca de un destino mejor cruza la frontera del Brasil. Deja a Elisa, su hija preadolescente, al cuidado de Graciela, su madre. Graciela ha enviudado recientemente y sobrelleva mal el duelo en medio de la cat¨¢strofe de la red el¨¦ctrica del pa¨ªs que, en una memorable ocasi¨®n, lleg¨® a dejar sin luz el¨¦ctrica a todo el pa¨ªs, por completo¡ªfrigor¨ªficos, quir¨®fanos, laboratorios de bioan¨¢lisis, salas de neonatos, l¨ªneas de metro, oficinas p¨²blicas¡ª, durante semanas enteras.
Separarse de su hija mientras se emigra en procura de un empleo que permita tenerla consigo y darle una vida decorosa y educaci¨®n prestante, no entra?a, desde luego, un abandono desalmado. Es la circunstancia de much¨ªsimas emigrantes solas que arrostran penurias sin cuento, expuestas a la xenofobia. El campamento de acogida en Brasil es incendiado por lugare?os xen¨®fobos.
¡°Si Elisa estuviera con ella, tal vez ser¨ªa m¨¢s f¨¢cil¡ªpiensa Nina¡ª, pero [¡] tendr¨ªa que ser una ni?a con el sello del desprecio¡±. Prefiere no arrastrar por ahora a su hija al desamparo de la emigraci¨®n. Nina y Camilo, el padre de la ni?a, han sido fervientes activistas del chavismo cuyo compromiso con la revoluci¨®n bolivariana se acendr¨®, justamente, en los tumultuosos a?os que precedieron la muerte del ¡°Comandante Eterno¡±.
Camilo ha llegado a ser, joven a¨²n, parte del alto funcionariado chavista a cargo de los planes sociales. Camilo es interfaz viviente entre el Estado y la muchedumbre de los excluidos y los vulnerables. Nina y Camilo se han separado, con alguna trepidaci¨®n, poco antes de la muerte de Ch¨¢vez, en 2013. En esto, sin duda, descansa la osada singularidad de esta novela que transmuta en gran estilo una parte¡ªsolo una parte¡ªde la experiencia personal de la autora.
Uno de los pasajes m¨¢s regocijantes por su maestr¨ªa al narrarlo dispone que entre Camilo y Nina, quien vive ya en un doble desencanto, ocurra lo que Valle-Incl¨¢n habr¨ªa llamado una ¡°reconciliaci¨®n cobarde¡± y poco duradera. El disparador del reencuentro son las aparatosas honras f¨²nebres de Hugo Ch¨¢vez.
La lengua literaria de Mor¨¢n se goza a ratos en los modismos y desinencias del habla de su patria chica, Maracaibo, donde se vosea como en Antioquia o Managua o Buenos Aires. Logra con ello una extraordinaria fluidez narrativa. La parla de izquierdas y la Vulgata marxista son objeto de su iron¨ªa pero no menos que las letan¨ªas clasistas de nuestras derechas. La perspicacia emocional que Mor¨¢n dedica a las tres mujeres de esta historia es conmovedora. Pero es en el examen de sus personajes masculinos donde la acuidad de su mirada brinda lo m¨¢s cautivante de su escritura. Mi favorito es un coyote llamado Perro que opera en la frontera entre M¨¦xico y los Estados Unidos.
Con Camilo, Mor¨¢n ha redondeado un idiosincr¨¢sico ejemplar de lo que, a falta de otra expresi¨®n, llamar¨¦ ¡°masculinidad de izquierda latinoamericana, despu¨¦s de Seattle¡±. No es una caricatura, es el personoide de un arquetipo autoritario y manipulador que en una pugna interna cae en desgracia con el r¨¦gimen.
Tiene entonces la ocurrencia de secuestrar a Elisa y llevarla ilegalmente, con zalamer¨ªas y promesas, ?a los Estados Unidos!, ?d¨®nde m¨¢s van los exchavistas? Camilo espera que el secuestro allane una reconciliaci¨®n marital: ¡°Seremos tres o no seremos nada¡±, dice el campanudo excamarada. Alll¨ª, en Houston, viven sus adinerados padres a quienes parasita.
La reacci¨®n de Nina, a su vez exchavista impecune en el Brasil de Bolsonaro, es, naturalmente, batirse por la custodia de su hija. No incurrir¨¦ en un spoiler de lo que sigu pero no tema el lector : Mar¨ªa Elena Mor¨¢n no nos depara un Kramer contra Kramer chavista sino una de las mejores novelas sobre el desencanto pol¨ªtico en nuestra regi¨®n, escrita con much¨ªsimo m¨¢s que mera solvencia, por una joven novelista de nuestro tiempo.
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