Se traspasa g¨¦nero
Si ahora ellos quieren encarnar la feminidad que se inventaron, que lo hagan, que se queden con todo el g¨¦nero
Yo a los hombres que dicen ser mujeres les traspaso con gusto todo lo que ellos creen que es la feminidad: el veneno del maquillaje y el suplicio de los zapatos de tac¨®n, la ropa asfixiante, los sujetadores que se clavan en la carne, los tangas que te desgarran la piel, la cera caliente y los pelos arrancados de ra¨ªz, las agujas y el bistur¨ª, los rellenos y los postizos, el pelo largo y los tintes, planchas, secadores y rizadores de pesta?as, los gestos delicados, las piernas cerradas y las poses de cri...
Yo a los hombres que dicen ser mujeres les traspaso con gusto todo lo que ellos creen que es la feminidad: el veneno del maquillaje y el suplicio de los zapatos de tac¨®n, la ropa asfixiante, los sujetadores que se clavan en la carne, los tangas que te desgarran la piel, la cera caliente y los pelos arrancados de ra¨ªz, las agujas y el bistur¨ª, los rellenos y los postizos, el pelo largo y los tintes, planchas, secadores y rizadores de pesta?as, los gestos delicados, las piernas cerradas y las poses de criatura fr¨ªvola y superficial, ingenua y tonta, los contoneos y movimientos ondulantes, la debilidad f¨ªsica y la falta de habilidad manual, el no saber conducir ni usar un taladro. Les regalo la dependencia y la histeria, la falta de control emocional o la perfidia innata, la encarnaci¨®n del mal y la seducci¨®n enga?osa, el deber de la belleza y la discreci¨®n, el buen car¨¢cter y la sonrisa perpetua. Encajes, tules, purpurina, docilidad y mansedumbre servicial: todo se lo cedo gustosa.
Eso s¨ª, que se queden tambi¨¦n con limpiar y cocinar gratis, cambiar pa?ales y preparar papillas, parir un hijo detr¨¢s de otro, servir al marido, cuidar ancianos y discapacitados, hacer las tareas m¨¢s ingratas por salarios miserables, no cotizar y acabar con una pensi¨®n de mierda. Que te casen cuando eres ni?a, que te encierren en casa de por vida, que te tapen de arriba a abajo, que te mutilen para que no tengas nunca un orgasmo, que te viole cada noche un desconocido, compartir esposo con otras mujeres, que te embaracen y paras y luego te roben a tus hijos, que te penetren todos los d¨ªas decenas de desconocidos, que te exhiban en v¨ªdeos en los que te agreden y te escupen y te vejan. Trabajar como una esclava en cualquier maquila o ser la primera v¨ªctima de una guerra. Comer menos en todas partes y ser la desheredada por ley. Ascender menos acad¨¦mica y laboralmente. Todo esto es el g¨¦nero que ahora ellos defienden como identidad. Lo que a nosotras se nos ha impuesto desde peque?as para convertirnos en infrahumanos, en una categor¨ªa que no llega al nivel de dignidad que los hombres se quedaron para s¨ª, el tupido entramado de elementos que se han usado para someternos. Si ahora ellos quieren encarnar la feminidad que se inventaron, que lo hagan, que se queden con todo el g¨¦nero. Se lo traspasamos todo y as¨ª nosotras podemos dedicarnos a ser, por fin, personas.