Feudalismo digital
Dicen los expertos que los datos son el petr¨®leo del presente, fuente inagotable de beneficios. La resistencia pasa por clicar pacientemente en la opci¨®n ¡°denegar¡±
Todos me piden galletas. Las que hago en el horno me quedan muy buenas, pero las p¨¢ginas web que visito est¨¢n interesadas en otro tipo de cookies. Cada vez que me pongo a navegar me salen con las mismas: acepta, acepta, consiente, consiente. Da igual que les haya dicho mil veces que no y que no es no, vuelven como si nada a plantarme el cartelito de su hambre voraz. Sea informaci¨®n de horarios de tren o sitios de servicios p¨²blicos, tiendas virtuales o de conocidas empresas, todos quieren m¨¢s y m¨¢s galletas. Y aunque parezca que s¨ª, no s¨¦ muy bien para qu¨¦ las necesitan, a d¨®nde ir¨¢ toda esa informaci¨®n que extraen de nuestros dispositivos. Dicen los expertos que los datos son el petr¨®leo del presente, fuente inagotable de beneficios. La resistencia pasa por clicar pacientemente en la opci¨®n ¡°denegar¡±. Un engorro, s¨ª, pero lo sigo haciendo por no sentirme definitivamente sometida. Yo firmar¨ªa contratos que pudiera negociar: mire usted, esto de aqu¨ª me parece razonable, pero la cl¨¢usula del punto tres, apartado b es abusiva. Modif¨ªquela y nos pondremos de acuerdo. Pero nada de eso me encuentro cuando se me despliegan los terms of use, firma y calla que para algo eres el usuario tropecientosmil. Incluso las tiendas que venden cosas me ponen el consabido cartelito de las pesadas galletitas. ?Es que tengo que pasar por el tubo para desembolsar mi dinero?
Caso aparte, m¨¢s grave todav¨ªa, es el de las redes sociales, donde como h¨¢msteres en sus ratoneras vamos todos engrasando la m¨¢quina, haci¨¦ndola funcionar aportando nuestras ideas, recuerdos, instantes familiares, fotograf¨ªas personales y un mont¨®n de cosas valiosas que en otros tiempos ni se nos hubiera pasado por la cabeza ceder a unos desconocidos cuyas intenciones no tuvi¨¦ramos claras. Ahora nos hemos escandalizado porque Elon Musk ha decidido cobrar para validarnos, para que con un circulito azul pueda asegurar que somos quienes somos, pero no nos importa que nos cobren en especies de intimidad en todas partes. Un like o algo de visibilidad bien valen esa sumisi¨®n expresa y absoluta. Los amos de las grandes corporaciones tecnol¨®gicas no son m¨¢s que se?ores feudales, grandes latifundistas digitales que nos tienen a todos comiendo de su mano porque, entre otras cosas, la comodidad, la velocidad, lo inmediato y lo accesible nos han convertido en aduladores acr¨ªticos de sus herramientas. Yo por si alg¨²n d¨ªa se les ocurre imponernos otro impuesto revolucionario aparte de los datos, apunto en mi libreta anal¨®gica la receta de mis deliciosas galletas.
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