China, el G-7 y la rana
Pek¨ªn vuelve al mensaje de que Occidente es soberbio por excluir a uno de los actores con m¨¢s peso en el mundo
Tiene todo el sentido que Pek¨ªn diga que la ¨²ltima cumbre del G-7 ha salido mal. A China no la invitaron a Hiroshima, pero no pararon de mencionarla. En el comunicado oficial aparece nada menos que 20 veces (en 2022 fueron 14). A continuaci¨®n, como era de esperar, el Gobierno chino coloc¨® su relato a trav¨¦s de sus medios oficiales: Un fracaso titul¨® el diario China Daily, que se edita en ingl¨¦s precisamente para que se entienda en el extranjero. El Partido Comunista fue m¨¢s lejos en redes a trav¨¦s de la portavoz de Exteriores, que suele ser muy dura con Occidente. En este caso, Hua Chunying puso en Twitter un dibujo de una rana dentro de un pozo que se pregunta si el G-7 equivale a todo el mundo. Los chinos usan el refr¨¢n ¡°una rana en un pozo no puede concebir el oc¨¦ano¡± para describir a la gente ignorante y testaruda. La referencia viene de una f¨¢bula del fil¨®sofo Zhuangzi en la que esa rana se siente muy orgullosa de su situaci¨®n hasta que una tortuga le describe el exterior y ella no es capaz de entenderlo. Llevado a la pol¨ªtica internacional, Pek¨ªn vuelve al mensaje de que Occidente es soberbio por excluir a uno de los actores con m¨¢s peso en el mundo.
De nuevo, China est¨¢ aplicando una diplomacia m¨¢s activa y agresiva. Los wolf warriors, sus representantes p¨²blicos menos comedidos, ya no evitan la confrontaci¨®n. El nuevo embajador chino en Estados Unidos, por ejemplo, ha pedido a sus compatriotas all¨ª que ¡°apoyen al Partido Comunista chino¡± y ¡°cuenten bien la historia de China¡±, una de las l¨ªneas argumentales del presidente Xi Jinping. Parece que quedan lejos las giras de Xi y otros miembros de su Gobierno en los ¨²ltimos meses en las que los chinos han querido pintarse como mediadores en la guerra de Ucrania. Tanto Europa como Estados Unidos han entendido que, al menos de momento, esa v¨ªa no est¨¢ prosperando.
En el G-7, a pesar de los desacuerdos que mantienen, las siete democracias m¨¢s desarrolladas del mundo han vuelto a hablar de c¨®mo reajustar su relaci¨®n con China. Ya no hablan de desacoplarse de Pek¨ªn (decoupling), algo que no ser¨ªa realista con lo entrelazados que est¨¢n unos mercados con otros, sino de minimizar los riesgos (derisking) reduciendo la dependencia. Una de las claves es frenar la coerci¨®n econ¨®mica de China. Es decir, encontrar la manera de impedir que Pek¨ªn se aproveche de su m¨²sculo para conseguir metas pol¨ªticas en pa¨ªses que dependen de sus pr¨¦stamos o sus activos. Para eso, la UE y EE UU van a tener que volcarse en todas esas ¨¢reas del mundo en las que han invertido poco, a las que han ninguneado o con las que han salido tarifando. Esto es, evitar parecerse a la rana dentro del pozo. @anafuentesf
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