La palabra limpia de Eloy S¨¢nchez Rosillo
A¨²n tuve que curarme de unas tercianas surrealistas antes de tomarles gusto a los poemas tranquilos de S¨¢nchez Rosillo, inicialmente vencidos hacia lo eleg¨ªaco
Es 1977, por la tarde. Sentado a la mesa de trabajo, ando dale que te pego a la Fonolog¨ªa espa?ola de Alarcos y la radio, ah¨ª delante, difunde una noticia cultural. Un tal Eloy S¨¢nchez Rosillo, murciano, hab¨ªa obtenido de v¨ªspera el premio Adon¨¢is de poes¨ªa. El galard¨®n, que un a?o antes hab¨ªa correspondido a un poeta apreciable de mi ciudad, ...
Es 1977, por la tarde. Sentado a la mesa de trabajo, ando dale que te pego a la Fonolog¨ªa espa?ola de Alarcos y la radio, ah¨ª delante, difunde una noticia cultural. Un tal Eloy S¨¢nchez Rosillo, murciano, hab¨ªa obtenido de v¨ªspera el premio Adon¨¢is de poes¨ªa. El galard¨®n, que un a?o antes hab¨ªa correspondido a un poeta apreciable de mi ciudad, Jorge G. Aranguren, ten¨ªa entonces mucho prestigio. Un p¨¢lpito premonitorio me llev¨® a anotar el nombre del ganador y a adquirir semanas despu¨¦s su obra en una librer¨ªa. La le¨ª y ah¨ª qued¨®, y la he buscado en mi biblioteca y no est¨¢. A¨²n tuve que curarme de unas tercianas surrealistas antes de tomarles gusto a los poemas tranquilos de S¨¢nchez Rosillo, inicialmente vencidos hacia lo eleg¨ªaco; m¨¢s tarde, en el curso de una maduraci¨®n paulatina, te?idos de estoicismo celebratorio y siempre amasados con cuidadosa harina comprensible.
Tengo para m¨ª que S¨¢nchez Rosillo es un poeta mayor, denominaci¨®n que su modestia elegante se apresurar¨ªa a rebajar. Esto ¨²ltimo lo deduzco, no del trato personal, puesto que la fortuna no me ha brindado a¨²n la ocasi¨®n de conversar con ¨¦l, sino de su libro reciente, El sue?o cumplido, que re¨²ne una conferencia, unos poemas y un racimo de entrevistas a cu¨¢l m¨¢s enjundiosa. De todo ello se sirve el poeta, a quien vaticino el premio Cervantes, para exponer sin herrumbre te¨®rica su idea de la poes¨ªa, inseparable en su caso de la experiencia vital, y para dar una medida del hombre a quien debemos una colecci¨®n de t¨ªtulos memorables. Entre los apotegmas que S¨¢nchez Rosillo enuncia en su libro, recuerdo el que afirma que la poes¨ªa sirve para ¡°ensalzar la vida y acrecentarla e intensificarla con m¨¢s vida¡±. Qu¨¦ reconfortantes bocanadas de aire limpio deparan estas p¨¢ginas sabias. Cerrado el ejemplar, a uno lo asquea y aburre doblemente el barullo pol¨ªtico de nuestros d¨ªas.