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El s¨¢bado 3 de junio, el partido entre River Plate y Defensa y Justicia que se disputaba en el estadio Monumental de Buenos Aires se suspendi¨® a los 27 minutos por la muerte de un hincha de River que muri¨® al caer desde una tribuna (se investiga si fue accidente o suicidio). Su nombre era Pablo Serrano, 53 a?os. Hab¨ªa ido con amigos y su hija, que estaban en otro sector de la cancha. El sitio fue evacuado. Ignorando la identidad del hincha, hija y amigos regresaron al ¨®mnibus que los trasladaba. Para entonces, varios medios transmit¨ªan la noticia desde las inmediaciones, aunque se desconoc¨ªa el nombre del fallecido. Al rato, sin novedades de Serrano, hija y amigos volvieron a buscarlo a las puertas del estadio y se enteraron de que el muerto era ¨¦l. Hubo llantos, alaridos, la hija se desplom¨®. Periodistas y camar¨®grafos se acercaron en cardumen. Los amigos de Serrano, conmocionados, los empujaron, los insultaron. Los t¨ªtulos de las pantallas cambiaron de ¡°Tragedia en River¡± a ¡°Los familiares agreden a nuestro equipo¡±. Los periodistas bramaban indignados: ¡°Uno entiende el impacto, pero nos est¨¢n agrediendo y nosotros solo estamos haciendo nuestro trabajo, no podemos dejar de mostrarlo¡±. S¨ª. Es muy relevante mostrar a personas dando alaridos, reci¨¦n impactadas por el horror, en nombre de ¡°Estamos haciendo nuestro trabajo, tenemos que mostrarlo¡±. D¨¦cadas atr¨¢s, el edificio de las bodegas Giol, en Buenos Aires, estaba tomado. Ante un intento de desalojo por parte de la polic¨ªa, un periodista joven, Juan Miceli, fue all¨ª con un camar¨®grafo. Uno de los hombres que ocupaba la bodega, y a quien Miceli estaba entrevistando, tom¨® una botella rota, se la apoy¨® en el brazo y amenaz¨® con cortarse las venas en vivo si lo desalojaban. Entonces Miceli le dijo al camar¨®grafo: ¡°Apag¨¢ la c¨¢mara¡±. Y al camar¨®grafo la apag¨®. Hoy Miceli se dedica a la jardiner¨ªa. Es un oficio noble. El periodismo tambi¨¦n lo es. ?Lo era?