Que hablen del otro aunque sea bien
Las l¨ªneas rojas se cruzan muy despacio, para que no puedan pararte, y cuando falta poco aceleras: los escr¨²pulos son una se?al de debilidad
Una de las cosas m¨¢s sorprendentes del pacto entre el PP y Vox en la Comunidad Valenciana es que sorprenda: entre los contrarios alarmados, el esc¨¢ndalo tiene algo fingido; entre los partidarios decepcionados, hay un componente de esforzada ingenuidad. Son llamativas la rapidez del acuerdo y la facilidad con que se ha obtenido: algunos pensaban que el PP se lo pondr¨ªa m¨¢s dif¨ªcil a Vox. Los cinco ejes que supuestamente guiar¨¢n la acci¨®n del gobierno dicen tan poco que ni siquiera est¨¢n mal: no llegan ni a ser, a la manera de un discurso de Yolanda D¨ªaz con menos anacolutos. Una de las dudas es si el pacto va a ser el modelo que seguir¨¢ el PP en otras comunidades aut¨®nomas en situaci¨®n similar. La extrema derecha probablemente se ver¨¢ m¨¢s fuerte; lo que ocurr¨ªa en Castilla y Le¨®n deja de ser excepcional. Como ha escrito Ignacio Varela, Feij¨®o no puede fingir que est¨¢ al margen del acuerdo, si no quiere perder la credibilidad (por mentir o por falta de control). Entre las razones de la prisa est¨¢ que se hable menos tiempo de un asunto inc¨®modo. Las l¨ªneas rojas se cruzan muy despacio, para que no puedan pararte, y cuando falta poco aceleras: los escr¨²pulos son una se?al de debilidad. La campa?a es negativa: siempre es mejor que hablen del otro, aunque sea bien. Votantes de la derecha aceptan a Vox como un mal menor o una necesidad estrat¨¦gica. El principal blanqueador del populismo de derechas de Vox ha sido quien ha formado un gobierno de coalici¨®n con el populismo de izquierdas de UP (y eso sin contar las alianzas insalubres con quienes acababan de atentar contra el orden constitucional y los herederos del terrorismo). En el poder, la incompetencia de UP ha sido obvia y pr¨¢cticamente ha acabado con ellos: ?ocurrir¨ªa lo mismo con los nacionalistas espa?oles o ser¨ªan m¨¢s h¨¢biles y peligrosos, entre otras cosas, porque podr¨ªan aprender de la experiencia anterior?
Los pactos, espera la izquierda, podr¨ªan movilizar a abstencionistas o desalentar las transferencias de socialistas descontentos con las alianzas de Pedro S¨¢nchez: los acuerdos con la ultraderecha son una realidad y no una amenaza. La versi¨®n alambicada del argumento ser¨ªa que algunos, convencidos de la derrota de la izquierda, votaran al PP para que pudiera prescindir de Vox. Pero parece dif¨ªcil cambiar la pregunta central de las elecciones, que gira en torno a la continuidad de S¨¢nchez: gracias a eso, el PP puede ahorrarse la molestia de detallar cu¨¢l es su proyecto para Espa?a.
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