?Qui¨¦n manda en el PP?

La candidata del Partido Popular a la presidencia de la Junta de Extremadura, Mar¨ªa Guardiola, que fue la segunda fuerza, por detr¨¢s del PSOE, en las elecciones del 28-M, fue ayer meridianamente clara en las razones pol¨ªticas de su rechazo a incluir a Vox en el Gobierno regional: ¡°Yo no puedo dejar entrar a aquellos que niegan la violencia machista, a quienes est¨¢n deshumanizando a los inmigrantes y a quienes despliegan una lona y tiran a la papelera la bandera LGTBI¡±. Asuntos todos ellos que forman parte de los consensos no escritos ¡ªy tambi¨¦n de los escritos en la Constituci¨®n¡ª de los espa?oles. Guardiola se llev¨® un aplauso transversal por estas palabras. El resultado fue que el PP y Vox se votaron a s¨ª mismos y la Asamblea extreme?a ser¨¢ presidida por la socialista Blanca Mart¨ªn como fuerza m¨¢s votada.

La ruptura de esas negociaciones ha puesto sobre la mesa la disparidad irreconciliable de criterios que el PP est¨¢ utilizando en sus acuerdos con la extrema derecha, el caos de unas negociaciones en las que no parece haber nadie al mando general. ?Por qu¨¦ lo que es perjudicial para los extreme?os no lo es para los valencianos y para la multitud de ciudadanos que desde el s¨¢bado tienen en el gobierno de sus Ayuntamientos a Vox junto al Partido Popular? O Vox es inocuo para el PP ¡°porque lo ha votado mucha gente¡±, como asegur¨® Feij¨®o tras el pacto valenciano, o pone en peligro la cohesi¨®n social, como afirma la l¨ªder extreme?a. No obstante, Guardiola no los quiere en su gobierno, pero les hab¨ªa ofrecido, a cambio de que la invistan, presidir la Asamblea regional, donde est¨¢n representados todos los extreme?os. Las contradicciones de la pol¨ªtica fragmentada, con la que el PP ha sido implacable en la legislatura que acaba, asoma a sus puertas antes incluso de formar los gobiernos.

La responsabilidad de Feij¨®o en esta decisi¨®n no es ning¨²n misterio, salvo que el partido que lidera haya abrazado la doctrina no ya federal sino confederal de organizaci¨®n interna y cada bar¨®n o baronesa pueda actuar seg¨²n su buen criterio y seg¨²n las caracter¨ªsticas de los territorios donde pretenden crecer o consolidarse. En Valencia, s¨ª, en Extremadura, no, y en Baleares a¨²n est¨¢n negociando tras colocar al frente del Parlamento a un negacionista del cambio clim¨¢tico, la violencia machista y las vacunas. La supresi¨®n de las concejal¨ªas de Igualdad en m¨²ltiples ayuntamientos ¡ªValladolid, Toledo, Burgos, Huelva, Ciudad Real, Elche, Talavera de la Reina u Orihuela¡ª no es una decisi¨®n menor.

Los ayuntamientos son la primera administraci¨®n a la que acuden los ciudadanos en demanda de ayuda, tambi¨¦n las maltratadas, las acosadas, las mujeres empobrecidas por las m¨²ltiples brechas que generan desigualdad de g¨¦nero. ?Los responsables populares de estos pactos tienen menos escr¨²pulos que Mar¨ªa Guardiola, que los ha rechazado de forma clara y con gran indignaci¨®n? ?O los escr¨²pulos dependen del n¨²mero de diputados que obtenga Vox y de lo imprescindibles que resulten para que el PP se haga con el poder?

La pregunta pertinente a estas alturas es qui¨¦n manda en el Partido Popular y qui¨¦n fija los criterios comunes de estas negociaciones tan importantes para todos los espa?oles, vivan donde vivan y voten donde voten.