No me entero
Hay gente ego¨ªsta que se guarda para s¨ª lo que le parece bueno. Y es lo que ocurr¨ªa, deduzco, con ¡®S¨¢lvame¡¯, cuya p¨¦rdida lamentan individuos que solo ten¨ªan tiempo para leer a Kant
Cada ma?ana, cuando me siento a la mesa de trabajo, he de decidir si limpio las gafas o me enfrento a la vida con la mirada sucia. Se deben repasar las lentes con una calma que resulta incompatible con la ansiedad que suele atacarme a esas horas. Resuelvo, en fin, acercarme a la prensa, un d¨ªa m¨¢s, desde una perspectiva borrosa. No logro averiguar, en consecuencia, por m¨¢s art¨ªculos que leo sobre el tema, si S¨¢lvame fue telebasura o televisi¨®n de vanguardia. No ve¨ªa ...
Cada ma?ana, cuando me siento a la mesa de trabajo, he de decidir si limpio las gafas o me enfrento a la vida con la mirada sucia. Se deben repasar las lentes con una calma que resulta incompatible con la ansiedad que suele atacarme a esas horas. Resuelvo, en fin, acercarme a la prensa, un d¨ªa m¨¢s, desde una perspectiva borrosa. No logro averiguar, en consecuencia, por m¨¢s art¨ªculos que leo sobre el tema, si S¨¢lvame fue telebasura o televisi¨®n de vanguardia. No ve¨ªa ese programa del que todo el mundo afirma ahora que ha hecho historia de la buena. Quiere decirse que he estado 14 a?os fuera de juego y sin que mis amigos me llamaran la atenci¨®n. Al contrario, me advert¨ªan de que no cayera en sus garras porque no hay nada m¨¢s adictivo que la estupidez.
Catorce a?os dan para muchos encuentros en los que los mejores cerebros de mi generaci¨®n me animaban a ver The Wire mientras ellos, por lo visto, consum¨ªan Bel¨¦n Esteban por un tubo. Quiz¨¢ no me la recomendaban, qu¨¦ cabrones, porque la quer¨ªan solo para ellos. Cuando a m¨ª me gusta un libro, en cambio, lo recomiendo, lo mismo que cuando me cautiva una pel¨ªcula o una serie. Hay gente ego¨ªsta, sin embargo, que se guarda para s¨ª lo que le parece bueno. Y es lo que ocurr¨ªa, deduzco, con S¨¢lvame, cuya p¨¦rdida lamentan individuos que solo ten¨ªan tiempo para leer a Kant.
Curiosamente, estos mismos kantianos son los autores de las necrol¨®gicas m¨¢s desgarradoras sobre la p¨¦rdida de Jorge Javier V¨¢zquez y su troupe. Esto de convertirte en genio cuando mueres solo les suced¨ªa antes a los escritores. En la actualidad, le ocurre a cualquiera que haya gozado de audiencias millonarias. Significa que el ¨¦xito reside en la cantidad, incluso en la cantidad de mierda. Podr¨ªa limpiarme las gafas para ver las cosas con mayor claridad, pero temo que tanta lucidez acabara conmigo.