La batalla no est¨¢ en las banderas, est¨¢ en las pol¨ªticas
Los medios siguen entrando al trapo de los cebos culturales de la ultraderecha, en lugar de destacar los logros o centrarse en cr¨ªticas reales a planteamientos que pueden revertir derechos
Si las discusiones pol¨ªticas en los medios est¨¢n a la orden del d¨ªa, mucho m¨¢s si nos encontramos a las puertas de unas elecciones generales como las que se nos presentan el pr¨®ximo 23-J, en las que parece claro que habr¨¢ un resultado re?ido entre los dos partidos mayoritarios.
A los votantes tendr¨ªan que preocuparnos los programas electorales de todas las formaciones, no solo porque deber¨ªa decidir nuestro voto, sino tambi¨¦n porque nos informa de las pol¨ªticas que se pondr¨¢n en marcha en la pr¨®xima legislatura.
Hasta aqu¨ª, nada nuevo. Sin embargo, mirando, leyendo o escuchando a un lado y a otro, una tiene la sensaci¨®n de que esas preocupaciones se apartan, y dan paso a los temas decididos por la ultraderecha, que acaban por marcar la agenda pol¨ªtica en los medios. As¨ª, la izquierda acaba yendo a remolque de unas pol¨¦micas que ella no ha decidido y perdiendo la batalla cultural y pol¨ªtica. Crean un c¨ªrculo medi¨¢tico con el que montar una caricatura en la que caen tanto medios como redes sociales y dejan la pol¨ªtica a un lado en aras del ruido.
El truco es sencillo y conocido de los medios de comunicaci¨®n: la cortina de humo. En la pel¨ªcula con ese mismo t¨ªtulo, protagonizada por Dustin Hoffman y Robert de Niro, lo vemos con claridad. Cuando pillan al presidente de Estados Unidos haci¨¦ndole insinuaciones sexuales a una menor, un asesor se inventa una trama con una guerra ficticia para desviar la atenci¨®n del esc¨¢ndalo. Se trata de crear ruido, cuando m¨¢s mejor y cuanto m¨¢s tiempo dure, tambi¨¦n mejor, y borrar el tema de los medios. Es la forma m¨¢s f¨¢cil de aturdir y distraer a la opini¨®n p¨²blica, o sea, a los futuros votantes.
Dar¨¦ ejemplos.
La ultraderecha, aprovechando el mes del Orgullo, ha logrado que se centre su discurso de estos d¨ªas en las banderas LGTB (si ponerlas o no). En realidad, desde la izquierda deber¨ªan haber tenido claro que la discusi¨®n no es esa, la discusi¨®n deber¨ªa hablar de derechos y de si estos se han visto, o no, mejorados en esta ¨²ltima legislatura, si hay o no menos agresiones hom¨®fobas... La discusi¨®n incluso (como ha pasado en N¨¢quera) ha servido para ocultar el desproporcionado aumento de sueldo de alcaldes y concejales, un dinero que podr¨ªa ir dirigido a las pol¨ªticas de igualdad.
El otro d¨ªa, Vox se desmarc¨® del minuto de silencio por las v¨ªctimas de violencia machista de Albacete. Los medios no dudaron, distray¨¦ndonos del problema real. Y el caso es que todas las semanas aumentan las v¨ªctimas de violencia machista en nuestro pa¨ªs y la apuesta medi¨¢tica deber¨ªa ser c¨®mo tratar de mejorar las condiciones de las v¨ªctimas, as¨ª como ampliar las medidas contra los maltratadores.
En Extremadura, el PP ha conseguido que se hable m¨¢s del pacto con Vox que de lo que supone haberle dado a la ultraderecha la Consejer¨ªa de Mundo Rural. O sea, los negacionistas del cambio clim¨¢tico se hacen con el poder. En realidad, a los ecologistas un determinado discurso medioambiental les viene muy bien, porque as¨ª pueden criticar sus pol¨ªticas y no asumir que no se ha podido parar el calentamiento.
Y as¨ª, logros como la subida sin precedentes del SMI, la mejora de las pensiones, la mejora de la reforma laboral con el aumento de los contratos indefinidos, o el escudo social creado durante la pandemia, ya no est¨¢n en la agenda del debate electoral. Temas en los que justamente a la ultraderecha no le apetece entrar. Quiz¨¢s porque le gustar¨ªa evitar la subida del SMI, no incrementar las pensiones con el IPC o facilitar el despido y la precariedad laboral. Es f¨¢cil que as¨ª sea, pero no lo dir¨¢ en campa?a. Y, lo peor, nadie se lo preguntar¨¢, porque los medios siguen entrando al trapo de los cebos culturales de la ultraderecha, en lugar de mantenernos firmes en los logros, o en las cr¨ªticas reales a pol¨ªticas de la derecha que a buen seguro, si gana, llevar¨¢ a la pr¨¢ctica arrebatando muchos de los derechos adquiridos.
En cambio, han logrado llevar el debate (la cortina de humo) a asuntos que, reconozc¨¢moslo, el Gobierno de coalici¨®n tiene pendiente resolver, es decir, no los puede presentar como ¨¦xitos: los datos de violencia machista aumentan, la homofobia tambi¨¦n, y el calentamiento global no se frena.
Y al final, dos cosas est¨¢n claras: que el humo, siempre se disipa, y ni que decir tiene que entonces salta a la vista la realidad y que esta t¨¢ctica, no pod¨ªa ser de otro modo, perjudica a los de siempre, a los que m¨¢s necesitan de una pol¨ªtica que los ayude. As¨ª que tengamos cuidado, no sea que vaya teniendo raz¨®n Bauman: ¡°Si los pobres est¨¢n distra¨ªdos, los ricos no tienen nada que temer¡±.
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