El sector conservador de la Iglesia vs el papa Francisco: ¡°Solo un loco puede hablar de una nueva primavera¡±
El antiguo responsable de Congregaci¨®n de la Fe, Gerhard Ludwig Muller, cuestiona las decisiones del m¨¢ximo pont¨ªfice
Era de esperar una reacci¨®n de la Iglesia conservadora a la decisi¨®n del papa Francisco de nombrar como responsable de la Congregaci¨®n de la Fe, heredera de la vieja Inquisici¨®n, responsable por velar sobre la pureza de la doctrina, al argentino y progresista, V¨ªctor Manuel Fern¨¢ndez, arzobispo de La Plata.
El cardenal, Gerhard Ludwig Muller que hab¨ªa sido nombrado por el fallecido Benedicto XVI, el te¨®logo alem¨¢n conservador Joseph Ratzinger, acaba de conceder una entrevista a Michael Hayenes, de Life Site News, en la que hace duras cr¨ªticas al nuevo nombramiento del argentino Fern¨¢ndez.
Aunque a veces con el lenguaje felpado de los eclesi¨¢sticos, el antiguo responsable del Santo Oficio de Ratzinger, ha sido duro con el papa Francisco, al que ha acusado de haber abierto a la Iglesia a doctrinas progresistas. Seg¨²n el cardenal alem¨¢n, ¡°solo un loco podr¨ªa hablar de una nueva primavera de la Iglesia¡±.
En la entrevista, el te¨®logo llega a ser sutilmente cr¨ªtico con las ideas revolucionarias del papa Francisco al que, subliminalmente, acusa de vanidoso. ¡°La Iglesia de Dios¡±, afirma el te¨®logo alem¨¢n, ¡°no necesita de nuevos fundamentos o de modernizaciones como si estuviera en ruinas y como si hombres flacos pudieran sustituir al constructor divino¡±. El cardenal Muller recuerda con los ojos puestos en Francisco que ¡°el papa no puede pretender obediencia por sus opiniones particulares¡±. Y menos a¨²n, subraya, ¡°confundir la fe con juegos de poder, consecuencia de autoestima o de busca de gloria¡±.
Seg¨²n Muller, ¡°la doctrina de la Iglesia es la expresi¨®n de la palabra de Dios y nosotros los hombres no podemos completar, corregir o modernizarla¡±. El cardenal, sin embargo, ha querido recordar que ¨¦l ¡°no es enemigo del Papa¡±, aunque subraya que existe ¡°un fantasma sobre los Palacios Sagrados: los cismas¡±.
El exprefecto de la Congregaci¨®n de la Fe, retirado del cargo por el papa Francisco, habla de la posibilidad de que pueda producirse un cisma dentro de la importante Iglesia de Alemania, a causa de la apertura del papa Francisco al matrimonio de los homosexuales, algo que, seg¨²n Muller, ¡°es contra la palabra de Dios¡±.
Ya en enero pasado, el cardenal Muller, acus¨® al papa Francisco de ¡°olvidarse de los conservadores¡± y lleg¨® a afirmar que ¡°bendecir a los homosexuales, va contra Dios¡±. El cardenal alem¨¢n insiste que las aperturas teol¨®gicas del papa Francisco pueden arrastrar a juegos de poder ¡°consecuencia de autoestima o de busca de gloria¡±, una forma subliminal de acusarle de vanidad.
Seg¨²n el cardenal, el argentino Fern¨¢ndez, ha insistido desde el primer momento sobre los peligros de lo que ¨¦l llama ¡°modernizar la fe¡±, y a?ade: ¡°Nosotros, los hombres, no podemos completar, corregir o modernizar la palabra de Dios¡±, una acusaci¨®n larvada y grave al papa Francisco.
Uno de los puntos de divergencia entre el cardenal alem¨¢n y el Papa, es el de la posibilidad de que la Iglesia permita que divorciados que se aman puedan casarse de nuevo por la Iglesia. Seg¨²n Muller, el sacramento del matrimonio ¡°es indisoluble por voluntad divina. Nadie puede cambiarlo¡±. Y debe ser entre un var¨®n y una mujer. Y explica que la ¨²nica posibilidad para los divorciados es ¡°volver al c¨®nyuge leg¨ªtimo o desistir de las relaciones que no son v¨¢lidas¡±. Dicho en lenguaje castizo: si se han divorciado que vuelvan a juntarse o que aguanten.
Lo curioso es que el cardenal Mulller no deber¨ªa olvidar que el ¨²nico sacramento en el que los oficiantes son los esposos, es el del matrimonio, del que el sacerdote es simplemente un testigo.
En las primeras comunidades cristianas, los que deseaban unirse en matrimonio avisaban simplemente al resto de la comunidad que a partir de entonces iban a formar una familia. Lo que los consagraba era el deseo de compartir una vida de amor.
Es lo que el papa Francisco intenta cuando se refiere al cristianismo primitivo, que fue poco a poco dogmatiz¨¢ndose y encastill¨¢ndose en discusiones teol¨®gicas que eran las que Jes¨²s criticaba a los fariseos y a los sacerdotes leguleyos amantes de la letra m¨¢s que del esp¨ªritu de la ley.
El cardenal Muller no parece perdonarle al papa Francisco, a quien no considera un te¨®logo, el que lo hubiera relevado de su cargo. Y menos que haya colocado al frente del tribunal dogm¨¢tico de la Iglesia al argentino amigo suyo, Fern¨¢ndez, que comparte con ¨¦l sus ideas sobre el tema de la Iglesia y la sexualidad.
Se le critica tambi¨¦n a Francisco el resurgir de la importancia que las mujeres hab¨ªan tenido en el cristianismo primitivo y original. En realidad, a todo aquello que Francisco lo apellide de una nueva primavera de la Iglesia. ¡°Una locura¡±, subraya el cardenal en el que se inspiraba el desaparecido y amigo suyo, el papa Ratzinger.
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