Pluralidad de partidos
El debate a siete en RTVE evidencia la distancia del PP y Vox frente al resto de las formaciones pol¨ªticas
La iniciativa de RTVE de convocar un debate con los portavoces de los siete partidos con mayor representaci¨®n parlamentaria dio como resultado el jueves por la noche un intercambio de visiones y propuestas enriquecedor, plural y muy poco bronco: las interrupciones, las r¨¦plicas y las interpelaciones a veces ¨¢cidas encajaron en el amplio margen de la discusi¨®n democr¨¢tica vivaz y naturalmente conflictiva, mod...
La iniciativa de RTVE de convocar un debate con los portavoces de los siete partidos con mayor representaci¨®n parlamentaria dio como resultado el jueves por la noche un intercambio de visiones y propuestas enriquecedor, plural y muy poco bronco: las interrupciones, las r¨¦plicas y las interpelaciones a veces ¨¢cidas encajaron en el amplio margen de la discusi¨®n democr¨¢tica vivaz y naturalmente conflictiva, moderados con buen humor y eficacia por Xabier Fortes sobre la base de cuatro bloques: econom¨ªa, pol¨ªtica social, pol¨ªtica territorial y los pactos poselectorales.
El propio debate fue un reflejo a peque?a escala de lo que ha vivido el Congreso en los ¨²ltimos cuatro a?os, y en alguna medida result¨® tambi¨¦n un reflejo muy fiel de la pluralidad de la Espa?a social y pol¨ªtica representada hoy en el Congreso. Las iniciativas legislativas m¨¢s relevantes han contado con el respaldo de partidos de ¨¢mbito auton¨®mico como ERC (pese a alg¨²n clamoroso error, como el voto en contra a la reforma laboral), PNV y Bildu. En los tres casos renunciaron en el debate a espectacularizar y radicalizar sus discursos. Fue Aitor Esteban quien record¨® con buen sentido que Espa?a no elige presidentes en sus elecciones generales sino los diputados de los partidos que votan gobiernos de acuerdo con alianzas pol¨ªticas perfectamente leg¨ªtimas. En un sistema parlamentario gobierna quien es capaz de tejerlas.
En el debate sobrevol¨® el fantasma de una coalici¨®n PP-Vox en la que no se juega solo una alternativa de gobierno sino algo m¨¢s grave: el acceso al BOE de la ultraderecha, representada ayer por Iv¨¢n Espinosa de los Monteros, ya efectivo en las primeras decisiones pol¨ªticas de Vox en autonom¨ªas y ayuntamientos pactados con el PP. Fue muy clara la enemistad pol¨ªtica frontal entre las fuerzas del bloque progresista y la potencial alianza de las derechas. Cuca Gamarra no desminti¨® esa alianza, en una participaci¨®n sin la convicci¨®n que supo transmitir Alberto N¨²?ez Feij¨®o en el cara a cara del lunes, mientras que Patxi L¨®pez encontr¨® en la forma y el fondo los recursos para defender la acci¨®n de gobierno, sin eludir los gui?os de complicidad con la representante de Sumar, Aina Vidal. Fue con diferencia la candidata que mejor concret¨® sus propuestas (contra la emergencia clim¨¢tica, el desarrollo verde o la reducci¨®n de la jornada laboral, por ejemplo) y fue tambi¨¦n combativa con el discurso de involuci¨®n expl¨ªcita que encarn¨® Espinosa de los Monteros, con la altaner¨ªa antigua que desprende Vox entero. Oskar Matute, de EH Bildu, reivindic¨® la legitimidad democr¨¢tica de un partido que ha defendido pol¨ªticas sociales impulsadas por el Gobierno de coalici¨®n (y puso en un aprieto a la derecha al recordar su vigilia por Miguel ?ngel Blanco en 1998 y las negociaciones con ETA impulsadas por Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar). Cuca Gamarra renunci¨® a exponer cualquier propuesta pol¨ªtica m¨¢s all¨¢ de echar a Pedro S¨¢nchez de La Moncloa y obvi¨® el elevad¨ªsimo precio de pactar a su derecha con un partido instalado en el contrarreformismo.
El debate a siete no alcanz¨® a los dos millones de audiencia frente al cara a cara de Atresmedia (casi seis), pero de momento no habr¨¢ ocasi¨®n de volver a ver a Feij¨®o en un debate electoral porque solo ha accedido a participar en el ya celebrado en la cadena privada. Al menos esos dos millones de espa?oles pudieron reconciliarse con la raz¨®n democr¨¢tica ante el despliegue de posiciones pol¨ªticas que representan a la inmensa mayor¨ªa de la sociedad espa?ola. Y ese fue m¨¦rito tambi¨¦n de la radiotelevisi¨®n p¨²blica a la que ha excluido Feij¨®o.