Asesinato pol¨ªtico en Ecuador
El candidato que entabl¨® una lucha abierta contra las mafias del narcotr¨¢fico muere tiroteado en plena campa?a electoral
El asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio ha puesto en evidencia la magnitud de la presencia del narcotr¨¢fico en Ecuador. El presidente, Guillermo Lasso, ha considerado el magnicidio un intento del ¡°crimen organizado¡± por ¡°amedrentar al Estado¡± y ¡°sabotear¡± las elecciones previstas para el domingo, 20 de agosto. Por ahora, el presidente ha mantenido en pie el calendario electoral y decretado el estado de excepci¨®n, lo que supone el despliegue de militares y polic¨ªas en todo el pa¨ªs para garantizar la seguridad.
El perfil de la v¨ªctima alimenta la idea de una acci¨®n perpetrada por algunas de las bandas de tr¨¢fico de drogas que operan en el pa¨ªs. Periodista devenido en pol¨ªtico, Villavicencio estructur¨® su carrera a partir de denuncias de corrupci¨®n contra el expresidente Rafael Correa (2007-2017). Durante su campa?a electoral, vir¨® hacia una lucha abierta contra las mafias. D¨ªas antes de su muerte, hab¨ªa denunciado amenazas de un capo ecuatoriano vinculado, seg¨²n dijo, al cartel mexicano de Sinaloa. El candidato se mov¨ªa en campa?a con protecci¨®n, aunque siempre rechaz¨® usar chaleco antibalas o coche blindado. ¡°No les tengo miedo¡±, sol¨ªa decir. ¡°Mi chaleco antibalas es el pueblo¡±, sosten¨ªa. Se declaraba de centroizquierda y recordaba su pasado humilde. Entre sus promesas estaban la creaci¨®n de una prisi¨®n de ¡°alt¨ªsima seguridad¡± y una unidad antimafia ¡°con apoyo extranjero¡±, l¨¦ase Estados Unidos.
Ecuador es un pa¨ªs apetecible para los carteles del narcotr¨¢fico. Enclavado entre Colombia y Per¨², los dos mayores productores de coca¨ªna del mundo, tiene una amplia costa hacia el Pac¨ªfico y su econom¨ªa est¨¢ dolarizada, lo que facilita el lavado de activos. La guerra entre las versiones locales de Sinaloa y sus enemigos, el tambi¨¦n mexicano cartel de Jalisco Nueva Generaci¨®n, se intensific¨® a partir de 2020, con el asesinato de un capo de la droga, y desde entonces no ha dejado de crecer. Los ajustes de cuentas entre bandas en c¨¢rceles de m¨¢xima seguridad son cada vez m¨¢s habituales, mientras no sorprende que peque?as ciudades del interior, fundamentales como centros de acopio y distribuci¨®n, ya est¨¦n en manos del narco. La debilidad del Estado ecuatoriano, sumido en peleas intestinas que derivaron incluso en el adelantamiento de las elecciones, ha dado alas al narcotr¨¢fico, que va permeando las instituciones. El de Villavicencio es el tercer asesinato de un pol¨ªtico desde el inicio de la campa?a, aunque el primero de un candidato presidencial.
Villavicencio fue asesinado a la salida de un mitin de campa?a y frente a cientos de seguidores. El estupor fue inmediato. Ecuador, sin embargo, lleva meses en estado de conmoci¨®n. En mayo, el presidente Lasso decret¨® la muerte cruzada, una atribuci¨®n constitucional que le permite disolver la Asamblea Nacional y convocar elecciones anticipadas. Fue su estrategia contra una inminente destituci¨®n parlamentaria basada en presuntos hechos de corrupci¨®n. La muerte de Villavicencio no ha hecho m¨¢s que profundizar este escenario de anormalidad, mientras los ecuatorianos se hunden en la desaz¨®n.
El candidato asesinado ten¨ªa nulas posibilidades de triunfo en una contienda que tiene como favorita a la candidata del expresidente Correa, Luisa Gonz¨¢lez. Pero el golpe ha sido devastador para la campa?a. Este magnicidio ha sido solo un ejemplo de c¨®mo el narcotr¨¢fico es una amenaza para la calidad de las democracias latinoamericanas, ya no solo de Ecuador. Los Estados pierden el control de los territorios y el poder del dinero ilegal alimenta la corrupci¨®n. En estas condiciones, todo crimen mafioso es tambi¨¦n un crimen pol¨ªtico.
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