Crisis en Colombia
Gustavo Petro cumple un a?o al frente del Gobierno y debe retomar la iniciativa tras el esc¨¢ndalo que provoc¨® su hijo
Colombia atraviesa una grave crisis pol¨ªtica que est¨¢ poniendo a prueba la madurez de sus instituciones. El presidente Gustavo Petro es el principal afectado por el esc¨¢ndalo desatado por su hijo a cuenta de la financiaci¨®n de su campa?a. Pero las confesiones de Nicol¨¢s Petro sobre las aportaciones irregulares a la candidatura en la costa del Caribe van m¨¢s all¨¢: son un ob¨²s en la l¨ªnea de flotaci¨®n del proyecto de cambio iniciado hace un a?o en el pa¨ªs andino y amenazan la estabilidad del Gobierno. En ese contexto, es la sociedad colombiana la que m¨¢s sufre las consecuencias de estas turbulencias. La ¨²nica respuesta posible frente al abismo son los engranajes del Estado de derecho.
La detenci¨®n del primog¨¦nito del mandatario por lavado de dinero y enriquecimiento il¨ªcito dio paso hace 10 d¨ªas a un terremoto pol¨ªtico. El caso hab¨ªa estallado en marzo, cuando la exesposa del joven diputado, estrecho colaborador de su padre, lo acus¨® de apropiarse de recursos no declarados de la campa?a. Tras una semana de arresto, Nicol¨¢s Petro alcanz¨® un acuerdo con la Fiscal¨ªa y qued¨® en libertad: a cambio, se comprometi¨® a colaborar con la investigaci¨®n y reconoci¨® que la candidatura recibi¨® ingresos opacos. Entre el dinero que admiti¨® haber recogido figuran donaciones de un exnarco y de dos empresarios cuestionados, uno de ellos procedente del hijo de un contratista investigado por pagos a paramilitares.
Petro es el primer presidente n¨ªtidamente de izquierdas de la Colombia contempor¨¢nea. Para ganar las elecciones tuvo primero que ganarse la confianza de millones de votantes moderados recelosos de su pasado de militante del M-19, una extinta organizaci¨®n guerrillera, y convencerlos de su compromiso democr¨¢tico. Despu¨¦s, tuvo que lidiar con las resistencias de la clase pol¨ªtica tradicional, afront¨® luchas de poder internas y busc¨® alianzas para sacar adelante su agenda de reformas. Su primer a?o en el Gobierno, especialmente el segundo semestre, fue una carrera de obst¨¢culos. El tama?o de la esperanza se ha demostrado mucho mayor que el de los logros. Hay reformas frustradas o inacabadas como la del sistema de salud, el mercado laboral y las pensiones. Pero lo que hace peligrar ahora su proyecto es un drama familiar derivado del proceso en el que est¨¢ inmerso su hijo, que debe ser investigado hasta las ¨²ltimas consecuencias. La respuesta del presidente a esta situaci¨®n ha sido la correcta. El l¨ªder del Pacto Hist¨®rico ha prometido no intervenir en las investigaciones ni presionar al fiscal general, Francisco Barbosa. Las diferencias que los separan son enormes y no es irrelevante el hecho de que Petro y el alto funcionario, propuesto por su antecesor, el conservador Iv¨¢n Duque, sean adversarios pol¨ªticos declarados y se hayan enfrentado en m¨²ltiples ocasiones.
Durante su discurso de este lunes con ocasi¨®n de su primer aniversario, el presidente eludi¨® la crisis y se centr¨® en hacer un balance de gesti¨®n. Tampoco logr¨® infundir ¨¢nimos a los suyos o emocionar en un momento tan dif¨ªcil, con el optimismo de los colombianos en ca¨ªda libre, seg¨²n las encuestas. Incluso la ¨¦pica a la que tiene acostumbrados a sus seguidores se resquebraja. Es crucial que Petro retome la iniciativa y que busque superar esta etapa a trav¨¦s del respeto a las instituciones y a la separaci¨®n de poderes, como ha demostrado hasta ahora, pero tambi¨¦n con di¨¢logo y mano tendida a sus adversarios. Una prueba del estancamiento del Congreso es que ninguna de sus tres grandes reformas ¡ªsanitaria, laboral y de pensiones¡ª ha salido adelante. El pa¨ªs necesita con urgencia la reactivaci¨®n de una agenda pol¨ªtica ambiciosa y el avance de los procesos de paz con los grupos armados que a¨²n operan en algunos territorios rurales.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.