Barbie y la banalidad
Para bien o para mal, lo ¡®mainstream¡¯ es el principal transmisor de cultura, de cambio, de transformaci¨®n. ?Por qu¨¦ asusta tanto que sea una mu?eca feminista la que nos lo restriegue por las narices?
Quiz¨¢ sea el verano, cuando las cabeceras buscan temas laterales, tal vez porque el calor distrae nuestra atenci¨®n sobre lo importante y deja espacio para las cosas de las mujeres, pero no por ello desaprovecharemos la ocasi¨®n: un debate necesario recorre los medios europeos. Ha bastado que una mu?eca rosa tome las pantallas de cine para que propios y extra?os se pongan de los nervios, qu¨¦ cosas. Leo en Le Monde un art¨ªculo de t¨ªtulo Nunca la mirada femenina se hab¨ªa impuesto a cientos de millones de espectadores con tanta fuerza, firmado por Marjolaine Boutet y H¨¦l¨¨ne Breda, que se refiere ¨Dc¨®mo no¨D a la pel¨ªcula Barbie. Por primera vez en la historia del cine, una pel¨ªcula dirigida por una mujer que dice abiertamente tener una mirada feminista no solo ha conseguido recaudar m¨¢s de mil millones de d¨®lares, sino hacer llegar esa mirada a cientos de millones de espectadores. Es decir, que jam¨¢s el feminismo (banalizado o no, poco radical o medio pensionista) lleg¨® con una pel¨ªcula a tantas personas del planeta. Sin entrar en los mensajes ni en su radicalidad, o en las obras de arte o la treintena de pel¨ªculas a las que Barbie hace un gui?o en sus escenas (desde El Mago de Oz, hasta Matrix, pasando por 2001) la pel¨ªcula ¨Dno la mu?eca, ni Mattel¨D es feminista y convierte el feminismo en su tema central. ?Es esto positivo? ?Puede tener un potencial transformador? Yo dir¨ªa que s¨ª, o al menos si seguimos creyendo esa vieja idea del ¡°poder blando¡± que siempre ha ejercido Estados Unidos como nuestro hegem¨®n.
Una cr¨®nica deportiva afirmaba que la relegaci¨®n a un segundo plano del f¨²tbol femenino era un fen¨®meno ¡°m¨¢s cultural que deportivo o econ¨®mico¡±. Por fin se hab¨ªa conseguido que las cinco grandes econom¨ªas del f¨²tbol europeo ¨DFrancia, Reino Unido, Alemania, Italia y Espa?a¨D retransmitieran el Mundial Femenino de 2023. Ambos, Barbie y el f¨²tbol, son un ejemplo de c¨®mo lo feminista y lo femenino siguen asent¨¢ndose con fuerza en la cultura mainstream. Y lo hacen en un contexto en el que son precisamente los mensajes ultraderechistas de la nueva est¨¦tica punk los que aparecen como transgresores, subversivos y divertidos y se apoderan de la centralidad rompiendo el consenso sobre qu¨¦ es tolerable decir o qu¨¦ debe seguir siendo intolerable. Pero mientras Barbie se proh¨ªbe en Argelia por ¡°atacar la moralidad¡±, en Occidente la criticamos por ser banal, superficial, y ¨Dag¨¢rrense¨D vendida al capitalismo m¨¢s salvaje. Boutet y Breda se?alan que una de las buenas noticias de la pel¨ªcula es que su ¨¦xito puede abrir la puerta a una nueva generaci¨®n de superproducciones creadas por mujeres. Habr¨¢ a quien no le interesen las superproducciones y por supuesto no tiene por qu¨¦ ser deseable que el f¨²tbol femenino alcance en todo a su hom¨®logo masculino. Pero vivimos en un mundo banal donde, para bien o para mal, lo mainstream es el principal transmisor de cultura, de cambio, de transformaci¨®n. ?Por qu¨¦ asusta tanto que esta vez sea una mu?eca feminista la que nos lo restriegue por las narices?
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