Los militares brasile?os atrapados entre dos fuegos tras el fallido golpe de Estado
La c¨²pula militar se ve acorralada entre una disminuci¨®n de credibilidad popular y la necesidad de tener que castigar a los posibles responsables dentro del Ej¨¦rcito del intento de anular el resultado de las elecciones de 2022
El Ej¨¦rcito de Brasil vive, tras la victoria del Gobierno progresista de Lula y el fallido golpe de Estado promovido por Bolsonaro, un momento complejo. Est¨¢ atrapado entre dos fuegos: c¨®mo mantener su imagen de respeto a la democracia y c¨®mo castigar a quienes participaron en la tentativa de sublevaci¨®n militar.
Y todo ello manteniendo una actitud interna de defensa del respeto que desde acabada...
El Ej¨¦rcito de Brasil vive, tras la victoria del Gobierno progresista de Lula y el fallido golpe de Estado promovido por Bolsonaro, un momento complejo. Est¨¢ atrapado entre dos fuegos: c¨®mo mantener su imagen de respeto a la democracia y c¨®mo castigar a quienes participaron en la tentativa de sublevaci¨®n militar.
Y todo ello manteniendo una actitud interna de defensa del respeto que desde acabada la dictadura tuvieron los militares en la opini¨®n p¨²blica, donde en todos los sondeos aparec¨ªan siempre, junto con la Iglesia, entre las instituciones m¨¢s valoradas.
Las investigaciones parlamentarias sobre el fallido golpe de Estado y las revelaciones que va haciendo la Polic¨ªa militar sobre la trama urdida por Bolsonaro para impedir la victoria de Lula, han puesto nerviosos a los altos mandos del Ej¨¦rcito al mismo tiempo que est¨¢ colocando al Gobierno en un momento delicado.
Hay que a?adir que la c¨²pula militar se ve atrapada entre una disminuci¨®n de credibilidad popular y la necesidad de tener que castigar a los posibles responsables dentro del Ej¨¦rcito del intento de anular el resultado de las elecciones de 2022.
Todo ese clima de mutua desconfianza entre el Gobierno y los militares llev¨® a Lula, en v¨ªsperas de su viaje internacional para la reuni¨®n de los BRICS en Johannesburgo a promover una reuni¨®n urgente con los tres comandantes militares. Como ha escrito en O Globo la columnista, Miriam Leitao, torturada durante la dictadura: ¡°Solo un pa¨ªs en crisis hace una reuni¨®n, en s¨¢bado, de las seis a las ocho de la noche, en el palacio presidencial entre los comandantes militares y el presidente¡±.
H¨¢bil en negociaciones pol¨ªticas y sindicales, Lula aprovech¨® la reuni¨®n para hablar del aumento de presupuesto para los militares que se encuentran en un precipicio, ya que esta vez no solo la opini¨®n p¨²blica revela en los sondeos una fuerte ca¨ªda de respeto por ellos, sino que tambi¨¦n los seguidores de Bolsonaro se revelan en los sondeos disgustados por no haber adherido al amenazado golpe militar.
Los altos mandos militares han confirmado que quienes de ellos se revelen ante la justicia culpables por el fallido golpe de Estado ser¨¢n castigados seg¨²n la ley, al mismo tiempo que intentan tranquilizar a la tropa en general de la llegada de nuevas ayudas econ¨®micas del Gobierno.
Toda la confusi¨®n del posible apoyo de los militares a la intentona de golpe promovido por Bolsonaro arranca nada m¨¢s y nada menos que en el siglo pasado. Fue en la Constituci¨®n de 1891 cuando fue incluido el art¨ªculo 142 que a¨²n sigue siendo motivo de discusi¨®n. Es lo que Bolsonaro llama de las ¡°cuatro l¨ªneas de la Constituci¨®n¡± en las que se apoy¨® para promover un golpe militar. En dicho art¨ªculo se establece que las Fuerzas Armadas son ¡°la garant¨ªa de los poderes constitucionales¡±. Un art¨ªculo que sigue asombrando desde entonces y del que se ha servido Bolsonaro en sus cuatro a?os de Administraci¨®n para amenazar con un golpe militar.
¡°Estamos en el siglo XXI cargando la misma distorsi¨®n del siglo XIX. La que las Fuerzas Armadas son la garant¨ªa de los poderes constitucionales, a pesar de ser ellas la mayor amenaza a esos mismos poderes¡±, escribe Miriam Leitao.
Los ¨²ltimos sondeos populares sobre la imagen de los militares revelan que ellos han perdido credibilidad entre las huestes bolsonaristas precisamente por no haber apoyado hasta el final una ruptura constitucional, as¨ª como entre los que siguen apoyando la democracia porque ellos aparecen involucrados directa o indirectamente en la fracasada intentona del golpe.
Los militares entienden que parte de ellos aparecen hoy como autores o c¨®mplices de volver a los tiempos de la dictadura y a la vez necesitan pacificar a la tropa al interior de los cuarteles que se ve desprestigiada ante la mayor¨ªa de los ciudadanos.
Las ¨²ltimas reuniones de los mandos militares con el presidente Lula muestran que intentan una pacificaci¨®n basada en ayudas especiales de tipo econ¨®mico que se les est¨¢n ofreciendo.
Lo dif¨ªcil para el Gobierno de Lula, que en sus pasadas administraciones nunca se enfrent¨® a los militares, es c¨®mo conciliar un di¨¢logo abierto con los militares de hoy que se ven atrapados en graves acusaciones de haber apoyado las ¨ªnfulas golpistas de Bolsonaro, y al mismo tiempo no parecen dispuestos a enfrentarse al exsindicalista que les ofrece nuevas prebendas econ¨®micas que al final son la mejor panacea de pacificaci¨®n.
Fueron justamente esas ayudas econ¨®micas que Bolsonaro ofreci¨® a los militares lo que llev¨® al borde de una ruptura institucional para devolver a los militares el mando de la naci¨®n.
Lula sabe todo eso, que est¨¢ apareciendo cada d¨ªa m¨¢s evidente, e intenta para poder gobernar tranquilo calmar los ¨¢nimos de los tres poderes militares con nuevas ayudas econ¨®micas a la vez que el Gobierno cerrar¨¢ los ojos ante las posibles responsabilidades del Ej¨¦rcito en el fallido golpe militar.
El Ejecutivo brasile?o intenta cerrar como sea el estorbo de las posibles responsabilidades de los militares en el golpe para centrarse en las reformas econ¨®micas que mejoren la situaci¨®n de millones de brasile?os a¨²n al borde de la miseria, al mismo tiempo que intenta con su activismo internacional colocar a Brasil en lo alto del candelero como pieza fundamental en los nuevos y dif¨ªciles equilibrios internacionales con una guerra en curso sobre la que a¨²n nadie se siente capaz de pronosticar su fin.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S Am¨¦rica y reciba todas las claves informativas de la actualidad de la regi¨®n