Lula vive un momento dulce con una aprobaci¨®n del 60% como presidente de Brasil
El apoyo al mandatario izquierdista aumenta en el sur del pa¨ªs y entre los evang¨¦licos por influencia de la econom¨ªa
Luiz In¨¢cio Lula da Silva, de 77 a?os, disfruta de un momento dulce cumplidos ocho meses desde que tom¨® las riendas del poder en Brasil y tuvo que afrontar un intento de golpe al cabo de una semana. El 60% de los brasile?os aprueba su labor como presidente ¡ªel nivel m¨¢s alto de este tercer mandato¡ª frente a un 35% que le suspende, seg¨²n la encuesta de Genial/Quaest difundida este mi¨¦rcoles. La mejora de su popularidad obedece a la situaci¨®n econ¨®mica, que sus compatriotas ven con optimismo, por lo que se han mitigado las reticencias hacia el izquierdista en el sur del pa¨ªs y entre los electores evang¨¦licos. Ambos grupos apoyaron mayoritariamente a su adversario, Jair Bolsonaro, en los comicios.
El resultado actual significa que, desde el anterior sondeo, hace dos meses, Lula ha ganado cuatro puntos de apoyo a su labor en la Presidencia y que el rechazo ha ca¨ªdo cinco puntos. Esos niveles de respaldo suponen un alivio para el presidente, que acaba de acoger una gran cumbre en la Amazonia y de presentar su gran plan de inversiones.
Lula mantiene una intensa agenda internacional que la semana que viene le lleva a ?frica. Este mi¨¦rcoles ha conversado por tel¨¦fono con su hom¨®logo el presidente de EEUU, Joe Biden, durante 30 minutos y este ha reconocido ¡°las responsabilidades de los pa¨ªses desarrollados [en el cambio clim¨¢tico] y la necesidad de apoyar a los que est¨¢n en desarrollo [a afrontar las consecuencias]¡±, seg¨²n una nota de la presidencia brasile?a.
El paquete de obras p¨²blicas y privadas en todos los Estados que pretende inyectar 350.000 millones de d¨®lares en la econom¨ªa es ambicioso. Lula proclam¨® al presentarlo que se ha acabado el plazo para que los ministros tengan nuevas ideas, ahora la misi¨®n es cumplir lo prometido. Algunos especialistas ponen en duda la consistencia del programa de aceleraci¨®n del crecimiento porque no aclara del todo el origen de los fondos ni las prioridades.
La tarea del Gobierno federal recibe menos apoyo, y menos rechazo, que la del presidente, con un 42% que la considera positiva, un 29% regular y y 24% mala.
El apoyo al l¨ªder del Partido de los Trabajadores (PT) en el sur del pa¨ªs -la mitad m¨¢s blanca y rica-- ha dado un salto espectacular de 11 puntos, para colocarse al borde de la media nacional. Los Estados sure?os son territorio bolsonarista, pero el plan Safra (cosecha) de apoyo a los agricultores aparentemente ha tenido efecto. El ultraderechista Bolsonaro est¨¢ de muy bajo perfil mientras la prensa revela cada d¨ªa nuevos detalles de las maniobras de sus m¨¢s estrechos colaboradores para vender valiosos regalos que recibi¨® mientras estuvo en el cargo.
La econom¨ªa no le ha dado disgustos a Lula desde que asumi¨® la presidencia. Un programa que puso en marcha para incentivar la negociaci¨®n de las deudas con los bancos ha sido bienvenido por los millones de familias que est¨¢n atrapadas en n¨²meros rojos. El desempleo ronda el 9%, aunque el sector informal alcanza 40 millones de trabajadores (en un pa¨ªs con 203 millones de habitantes). En el primer trimestre el PIB aument¨® un 4% respecto al mismo periodo del a?o pasado.
Y entre los evang¨¦licos, un colectivo que vota de manera bastante homog¨¦nea, por primera vez Lula tiene m¨¢s partidarios (50%) que detractores (46%) aunque la diferencia es peque?a y est¨¢ muy por debajo de la media nacional. Los l¨ªderes de las principales denominaciones evang¨¦licas tienen una alianza pol¨ªtica con Bolsonaro que Lula intenta erosionar mientras busca ampliar su apoyo parlamentario en busca de una mayor¨ªa en el Congreso, que por ahora dominan los afines a Bolsonaro. Aunque los diputados brasile?os siempre est¨¢n dispuestos a negociar, se trata de acordar el precio.
La cifra actual de popularidad del presidente est¨¢n, de todos modos, muy lejos del r¨¦cord alcanzado por Lula, un dato que le encanta citar. Cuado el primer presidente obrero de Brasil abandon¨® el poder, en 2010, gozaba de un apoyo superior al 80%. Ninguno de sus predecesores o sucesores alcanz¨® ni de lejos niveles similares. Era imposible vislumbrar entonces la fuerza que adquiri¨® el antipetismo, azuzado por Bolsonaro y los suyos, y que el antiguo mandatario pasar¨ªa por la c¨¢rcel antes de protagonizar una resurrecci¨®n pol¨ªtica igual de inesperada.
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