La dana existi¨®
Cuestionar los sistemas de alerta temprana como principal tecnolog¨ªa de mitigaci¨®n de da?os en los desastres clim¨¢ticos es una irresponsabilidad civil y pol¨ªtica
Las precipitadas declaraciones del alcalde de Madrid, Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez-Almeida, pidiendo que los organismos p¨²blicos ¡°afinen¡± mejor sus pron¨®sticos tras el paso de una dana por Madrid no han sido la respuesta m¨¢s responsable ante la complejidad del fen¨®meno clim¨¢tico que han vivido numerosas comunidades espa?olas este fin de semana, y en particular zonas de C¨¢diz, Segovia, Tarragona y Toledo (con tres fallecidos), adem¨¢s de la Comunidad de Madrid y algunas ¨¢reas de la capital. Las alertas publicadas por la Agencia Estatal de Meteorolog¨ªa (Aemet) y sus sucesivas revisiones activaron la reacci¨®n de los servicios de Protecci¨®n Civil de la Comunidad de Madrid y de la misma ciudad ante la potencial gravedad de las lluvias. Dudar de su oportunidad no solo menosprecia el riesgo en el que las personas pueden encontrarse ante fen¨®menos atmosf¨¦ricos de conducta muy imprevisible, sino que cuestiona temerariamente la eficacia de los sistemas de alerta temprana como principal tecnolog¨ªa de gesti¨®n de riesgos y mitigaci¨®n de da?os en los desastres.
La afectaci¨®n en Madrid fue menor en la capital, pero grave en muchos otros puntos de la Comunidad, as¨ª como en Castilla-La Mancha, con p¨¦rdida de vidas y da?os materiales. Los presidentes de ambas Comunidades pedir¨¢n la declaraci¨®n de zona catastr¨®fica. D¨ªaz Ayuso defendi¨® las alertas de Protecci¨®n Civil que activ¨® su Gobierno ante el irresponsable cuestionamiento de otros miembros de su partido como el alcalde o el presidente andaluz (adem¨¢s de Santiago Abascal). Cuestionar los avisos de la Aemet sobre los viajes por carretera y las recomendaciones de Protecci¨®n Civil deja inerme a la poblaci¨®n en lugar de facilitar la toma de medidas oportunas. Un peligroso discurso sobre la ¡°libertad¡± sale en tromba contra la intervenci¨®n de los poderes p¨²blicos cuando se trata de proteger a la ciudadan¨ªa y en particular si tiene consecuencias econ¨®micas. Cuando los l¨ªderes pol¨ªticos siembran sospechas sobre el trabajo cient¨ªfico y las instituciones p¨²blicas nos hacen a todos m¨¢s vulnerables. No es el zahor¨ª ni el m¨¦dium quien detecta los riesgos ante hechos tan imprevisibles como las intensas tormentas. Salvar vidas parece preferible a salvar la tarde de un comercio.
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