Puigdemont quiere investir a Pedro S¨¢nchez
Las exigencias del ¡®expresident¡¯ aprietan pero no ahogan a la izquierda gobernante
Carles Puigdemont quiere investir a Pedro S¨¢nchez. Muchas de las condiciones planteadas por el l¨ªder de Junts, previas a la negociaci¨®n de investidura, no son t¨¦cnicamente inasumibles por parte del PSOE y Sumar. En todo caso, son demandas de meticuloso estudio jur¨ªdico ¡ªprincipalmente, la ley de amnist¨ªa¡ª e incluso, de cierto coste pol¨ªtico, dejando as¨ª la pelota en el tejado de S¨¢nchez para que encuentre la f¨®rmula plausible. Sin embargo, el l¨ªder de Junts ha evitado enrocarse de fr...
Carles Puigdemont quiere investir a Pedro S¨¢nchez. Muchas de las condiciones planteadas por el l¨ªder de Junts, previas a la negociaci¨®n de investidura, no son t¨¦cnicamente inasumibles por parte del PSOE y Sumar. En todo caso, son demandas de meticuloso estudio jur¨ªdico ¡ªprincipalmente, la ley de amnist¨ªa¡ª e incluso, de cierto coste pol¨ªtico, dejando as¨ª la pelota en el tejado de S¨¢nchez para que encuentre la f¨®rmula plausible. Sin embargo, el l¨ªder de Junts ha evitado enrocarse de frente en la que ser¨ªa la mayor l¨ªnea roja de todas: el refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n, que quedar¨ªa en una especie de limbo a¨²n sin determinar.
Puigdemont aprieta pero no ahoga a la izquierda gobernante con sus exigencias. Entre ellas, la ¡°legitimidad¡± del independentismo est¨¢ reconocida ex ante, dado que sus partidos se presentan legalmente a las elecciones. La cuesti¨®n es si La Moncloa podr¨ªa maniobrar para que el movimiento deje de ser considerado como ¡°terrorismo¡± por la Europol, queja contundente del expresident. Del otro, el mecanismo de ¡°verificaci¨®n y mediaci¨®n¡± de los acuerdos implicar¨ªa reintroducir la figura de un relator u observador similar. De fondo, el ¨²nico temor de Junts es no parecerse a la mesa de di¨¢logo de ERC, cuyo fracaso ha provocado un enorme coste electoral a los republicanos. Por eso, Puigdemont busca darle a su relaci¨®n con el Estado un aire internacional, e incluso, suplir su ¡°desconfianza¡± hacia el incumplimiento de las promesas en materia de infraestructuras en Catalu?a ¡ªtema pol¨¦mico para sus bases¡ª o de cualquier otro pacto alcanzado.
As¨ª que el nudo gordiano de los prerrequisitos de Puigdemont para hablar de investidura sigue siendo una ley de amnist¨ªa. El l¨ªder de Junts exige que esta pase por el Congreso antes de que S¨¢nchez sea presidente. Ello abre un debate jur¨ªdico para PSOE y Sumar: ?Puede el Parlamento aprobar o empezar a tramitar dicha amnist¨ªa antes de que haya nuevo Gobierno? Si no es por ese camino, Junts exigir¨¢ de todos modos alguna garant¨ªa del Ejecutivo sobre que la ley se llevar¨¢ a cabo. Ese hito servir¨ªa probablemente para neutralizar la condici¨®n de retirada de cargos por parte de la Fiscal¨ªa o la Abogac¨ªa del Estado a las causas del independentismo.
Si bien Puigdemont ha dejado en el aire el refer¨¦ndum, y no casualmente, al ser el gran escollo real dentro del ordenamiento constitucional espa?ol. Se desprende que sigue apoyando la validez del 1-O, y solo lo cambiar¨ªa por una votaci¨®n acordada con el Estado. Pero no queda claro, en cambio, c¨®mo Junts reclamar¨ªa materializar el ¡°reconocimiento¡± de la autodeterminaci¨®n mediante ese ¡°compromiso hist¨®rico¡± del que habla. Es decir, si el tema podr¨ªa trasladarse a alguna mesa de di¨¢logo 2.0 a lo largo de la legislatura. Y en esa indefinici¨®n se cuela la investidura de S¨¢nchez, si este sabe jugar sus cartas. En una negociaci¨®n, ya se sabe, no solo las exigencias son la clave, sino la capacidad de maniobrar con los tiempos. Junts no se ha visto en otra igual, solo falta que el presidente sepa encontrar un encaje pol¨ªtico y constitucional.