Puigdemont no se f¨ªa de Pedro S¨¢nchez
Junts ha empezado a mostrar sus cartas negociadoras, algo que da pistas al l¨ªder del PSOE, quien tiene ya a los independentistas donde quer¨ªa desde hac¨ªa a?os
Carles Puigdemont no parece fiarse de Pedro S¨¢nchez. Junts amaga con que el camino a la investidura exija de m¨¢s ¡°hechos comprobables¡±, es decir, sentir que la negociaci¨®n con el PSOE no cae en saco roto ni que S¨¢nchez trata de enga?arles, como algunos le acusan sobre la vieja mesa de di¨¢logo. El partido de Puigdemont ha vuelto a la gobernabilidad por todo lo alto, pero se enfrenta a la dificultad de algunas de sus peticiones para no romper la baraja.
Es uno de los escollos del posible acuerdo, si Alberto N¨²?ez Feij¨®o acaba fracasando en su intento de investidura: ?c¨®mo dar garant¨ªas a Puigdemont para hacer presidente a Pedro S¨¢nchez? El l¨ªder de Waterloo ha dejado constancia del recelo en varios tuits. Esta sobre la mesa la posibilidad de que Junts exija garant¨ªas sobre una futura ley de amnist¨ªa ¡ªu otro hecho verificable¡ª antes de la investidura. Ser¨ªa la segunda vez que Junts pidiese evidencias: la anterior fue cuando logr¨® que el Ejecutivo en funciones llevase a la presidencia del Consejo de la UE la propuesta de que el catal¨¢n, el euskera y el gallego sean idiomas oficiales y de trabajo en la Uni¨®n, antes del pleno donde los independentistas votaron a Francina Armengol como presidenta del Congreso.
As¨ª que Junts ha empezado a mostrar sus cartas negociadoras, algo que da pistas a S¨¢nchez. Exist¨ªa un debate en el seno del independentismo: o el partido de Puigdemont intentaba pactar ahora que es clave o una repetici¨®n electoral le situaba otra vez en la queja y la irrelevancia. Por eso, parece un clima de opini¨®n latente que si Puigdemont logra una amnist¨ªa para activistas, alcaldes y otros encausados por el 1-O, el refer¨¦ndum puede esperar. Es decir, que ya no ser¨ªa tan alto el coste de difuminarlo como l¨ªnea roja.
Aunque el camino hacia la senda pactista de Junts llevaba tiempo gest¨¢ndose, es curioso que exija a¨²n el refer¨¦ndum, cuando ellos mismos hac¨ªan gala ante sus bases de que las urnas ya se hab¨ªan puesto en 2017, y solo faltaba ¡°cumplir el mandato del 1-O¡±. A ERC le ha pasado factura abrir el camino de la gobernabilidad, al que ahora se suman sus rivales.
El partido de Oriol Junqueras es, en parte culpable, de la mentalidad instaurada en el independentismo de no fiarse de S¨¢nchez. Aunque los republicanos no lo reconozcan como tal, la principal cesi¨®n en la anterior legislatura fueron los indultos a los condenados del proc¨¦s. La ret¨®rica de la mesa de di¨¢logo solo fue ah¨ª una conveniencia entre ERC y el PSOE: los republicanos obtuvieron un relato de no renuncia ante sus bases, que se les volvi¨® en contra, como una especie de traici¨®n, al no lograr ninguna votaci¨®n de ruptura.
El caso es que Junts corre el riesgo de echar a perder su capital negociador si se pasa de frenada. La portavoz en el Congreso, M¨ªriam Nogueras, desliz¨® en una entrevista que Laura Borr¨¤s pudiera estar tambi¨¦n incluida en la hipot¨¦tica amnist¨ªa. La condena de Borr¨¤s no versa sobre el 1-O, por mucho que parte de Junts la presente como una persecuci¨®n judicial del Estado. Ni la propia ERC ni la CUP la reconocieron como tal en su momento. Junts corre el riesgo de que se le vea el plumero: acabar convirtiendo la reconciliaci¨®n en un trueque por salvar a su clase pol¨ªtica, pese a que los de Puigdemont saben hasta qu¨¦ punto los indultos han perjudicado electoralmente a los republicanos.
Ello supondr¨ªa un escollo complicado de superar para PSOE y Sumar: es dif¨ªcilmente vendible ante la opini¨®n p¨²blica que, si el objetivo es resetear el 1-O, Junts engrose la lista con la expresidenta del Parlament. Aunque de eso van las negociaciones, de peticiones de m¨¢ximos, de gestionar las renuncias y de no aparecer como el perjudicado del acuerdo. Y pareciera que Junts, en verdad, a quien quiere molestar es a ERC incluyendo a Borr¨¤s.
S¨¢nchez tiene dos evidencias hasta la fecha: la investidura de Feij¨®o ser¨¢ probablemente un fracaso y mientras corren los plazos puede ir negociando, porque Junts ha encontrado un fil¨®n que no quiere soltar, a riesgo de perder tambi¨¦n lo logrado. Quiz¨¢s Puigdemont no se f¨ªe de S¨¢nchez, pero S¨¢nchez tiene ya a los independentistas donde quer¨ªa desde hac¨ªa a?os e, incluso, con las cartas giradas.
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