Petrod¨®lares en Telef¨®nica
La entrada por sorpresa del grupo saud¨ª STC en la operadora provoca un terremoto financiero
El Gobierno en funciones tendr¨¢ que tomar en las pr¨®ximas semanas una decisi¨®n cr¨ªtica sobre el desembarco de Arabia Saud¨ª en Telef¨®nica, empresa estrat¨¦gica espa?ola y peso pesado del Ibex 35. El movimiento para hacerse con el 9,9% de uno de los nombres m¨¢s estrechamente vinculados a Espa?a en el exterior pone al Ejecutivo en un compromiso: tendr¨¢ que abordar, en pleno proceso de investidura, un asunto espinoso con la certeza de que cualq...
El Gobierno en funciones tendr¨¢ que tomar en las pr¨®ximas semanas una decisi¨®n cr¨ªtica sobre el desembarco de Arabia Saud¨ª en Telef¨®nica, empresa estrat¨¦gica espa?ola y peso pesado del Ibex 35. El movimiento para hacerse con el 9,9% de uno de los nombres m¨¢s estrechamente vinculados a Espa?a en el exterior pone al Ejecutivo en un compromiso: tendr¨¢ que abordar, en pleno proceso de investidura, un asunto espinoso con la certeza de que cualquiera que sea su decisi¨®n sentar¨¢ un importante precedente en Madrid y en Bruselas, desde donde se observa la situaci¨®n con cautela. En paralelo, Riad negocia con el Gobierno de Giorgia Meloni su entrada en el nuevo fondo italiano para inversiones estrat¨¦gicas. Antes fue China, hoy es Arabia Saud¨ª, otro gigante extracomunitario.
El envite por Telef¨®nica, valorado en m¨¢s de 2.100 millones de euros y que convertir¨ªa a la petromonarqu¨ªa en primer accionista, es relevante en s¨ª mismo. Pese a su debilidad burs¨¢til en los ¨²ltimos a?os, la empresa de telecomunicaciones se mantiene entre las 10 mayores cotizadas del selectivo. La clave, sin embargo, est¨¢ en las credenciales del comprador: Saudi Telecom Company (STC), un coloso bajo el paraguas del Estado saud¨ª, due?o de casi las dos terceras partes de su capital.
Arabia Saud¨ª, una dictadura se?alada por el trato que dispensa a la mujer y por sus repetidas violaciones de los derechos humanos, no es un socio c¨®modo. El viaje expr¨¦s a Riad del presidente de Telef¨®nica, Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez-Pallete, es la mejor prueba de que la operaci¨®n ha cogido a todas las partes ¡ªsalvo a STC¡ª por sorpresa: ni la c¨²pula de la empresa ni el Ejecutivo ten¨ªan conocimiento de la compra. Aunque se insiste en que la espa?olidad de la marca no est¨¢ en riesgo, en la retina permanece la tentativa saud¨ª ¡ªfinalmente fallida¡ª de llevarse de Madrid la sede de la Organizaci¨®n Mundial del Turismo (OMT), que el propio Gobierno de Pedro S¨¢nchez calific¨® de movimiento ¡°poco amistoso¡±.
Son muchos los cabos que convendr¨ªa atar en una transacci¨®n decisiva en una empresa clave para Espa?a: el 9,9%, que le convertir¨ªa en primer accionista, es suficiente para sentarse en el consejo de administraci¨®n. Superar ese l¨ªmite precisa de autorizaci¨®n gubernamental por la ley antiopas que protege los sectores estrat¨¦gicos espa?oles. En este caso, adem¨¢s, al ser Telef¨®nica proveedora habitual de un departamento tan sensible como el Ministerio de Defensa, el list¨®n de la autorizaci¨®n est¨¢ en el 5%. El Gobierno tiene tres meses para decidir en una cuesti¨®n recurrente en el mercado global de capitales: c¨®mo proteger las grandes compa?¨ªas en ¨¢reas fundamentales para la econom¨ªa y la seguridad de un pa¨ªs.