El activista rampante
Un arboricultor franc¨¦s se ha convertido en un fen¨®meno medi¨¢tico tras pasar casi un mes encaramado a un pl¨¢tano para impedir la tala de centenares de ¨¢rboles amenazados por un proyecto de autopista
?Qui¨¦n no ha so?ado alguna vez de peque?o con vivir en un ¨¢rbol como Cosimo, el maravilloso h¨¦roe de Italo Calvino? Abandonar la familia, las contingencias cotidianas absurdas y abrazar la libertad en su esencia m¨¢s pura. Pues algo as¨ª ha hecho el arboricultor franc¨¦s Thomas Brail a sus 50 a?os, pero no por imitar al bar¨®n de Rond¨°. A finales de agosto, este defensor de la naturaleza se encaram¨® a un pl¨¢tano situado frente al Ministerio de Transici¨®n Ecol¨®gica de su pa¨ªs y decidi¨® que no volver¨ªa a comer ni a pisar el asfalto hasta conseguir que se suspenda la construcci¨®n de la autopista A69, un proyecto cuando menos anacr¨®nico e injustificado en tiempos de crisis clim¨¢tica, cuyo prop¨®sito es conectar la ciudad de Castres con Toulouse a costa de la tala de centenares de ¨¢rboles, algunos centenarios, y la artificializaci¨®n de 400 hect¨¢reas de tierras de cultivo, humedales y bosques. Despu¨¦s de casi un mes subido al pl¨¢tano, y con 11 kilos menos, Brail fue desalojado el pasado domingo de madrugada por la polic¨ªa. En un v¨ªdeo publicado al d¨ªa siguiente en sus redes sociales, donde es muy activo, asegur¨® que no parar¨¢ hasta lograr detener el ecocidio.
L¡¯arboriste @BrailThomas d¨¦log¨¦ ce matin par les forces de l¡¯ordre @GNSA_arbres (?@MargauxBrique live insta Vakita) pic.twitter.com/mhwUyxQwyY
— Vakita (@vakitamedia) September 24, 2023
La Ardilla, como le han apodado, se ha convertido en un fen¨®meno medi¨¢tico. En las semanas previas a la actuaci¨®n policial, el ¨¢rbol donde estaba instalado se hab¨ªa convertido literalmente en ¡°the platane to be¡± en Par¨ªs, como ironiz¨® el diario Lib¨¦ration, siempre tan propenso a los juegos de palabras: periodistas, pol¨ªticos, cient¨ªficos, simpatizantes ecologistas, comerciantes, vecinos del barrio¡ el baile de visitantes fue constante. Desde que consigui¨® en 2019 salvar nueve pl¨¢tanos centenarios amenazados por un proyecto del Ayuntamiento de su pueblo natal, cerca de Carcasona, los franceses lo conocen ya como el hombre con quien contactar siempre que un ¨¢rbol est¨¦ en peligro, ya sea en un pueblo perdido o frente a la Torre Eiffel, donde consigui¨® frenar un proyecto de tala del Consistorio para instalar un almac¨¦n de maletas para turistas.
A la iniciativa de Brail se han sumado otras ardillas, reunidas desde 2019 en el llamado Grupo Nacional de Vigilancia de los ?rboles (GNSA, por sus siglas en franc¨¦s), que hoy se extiende por toda Francia y se ha convertido en la pesadilla de alcaldes y presidentes de regi¨®n. Reivindican ser apol¨ªticos porque lo que defienden es tan sencillo como que se deje de tratar a los ¨¢rboles como si estos fueran un mero mobiliario urbano, desechable, reemplazable. Quieren que los pol¨ªticos abran los ojos: ese mantra repetido hasta la n¨¢usea de ¡°por un ¨¢rbol talado, dos plantados¡±, cuya funci¨®n se supone que es calmar a los vecinos, supone un insulto a la inteligencia. Un ¨¢rbol joven reci¨¦n plantado en un cuadrado diminuto de asfalto, ya sea en Par¨ªs o en Madrid, no podr¨¢ crecer igual de bien ni aportar los mismos beneficios que ofrece a la poblaci¨®n un ejemplar ya integrado en el ecosistema. A¨²n menos si tenemos en cuenta la subida de las temperaturas y la sequ¨ªa.
El activista, criado en plena naturaleza, entiende que haya gente que al no haber crecido y haberse socializado en un entorno natural no comprenda que alguien pueda estar dispuesto a dar la vida por salvar un ¨¢rbol. Que tampoco entienda las l¨¢grimas de otros ciudadanos al ver desaparecer el ¨¢rbol que quiz¨¢ les ha acompa?ado con su sombra y su belleza toda la vida. Brail asegura que todo lo que hace es por su hijo de seis a?os. Por ofrecerle un mundo mejor. O por intentarlo, al menos. Con su modus operandi ¨Dlegal del punto de vista de la propia ley¨D ya ha conseguido salvar m¨¢s de 900 ¨¢rboles.
El Gobierno franc¨¦s anunci¨® este martes que mantiene la construcci¨®n de la A69. La Ardilla, despu¨¦s de casi un mes de huelga de hambre tampoco quiere renunciar. No s¨¦ c¨®mo acabar¨¢ esta historia ni si tendr¨¢ un final feliz, pero s¨ª que, como escribi¨® Calvino ¡°quien quiera mirar bien la tierra debe mantenerse a la distancia necesaria¡±. O dicho en franc¨¦s: Aux arbres citoyens.
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