Audacia
La buena racha en el juego es un viento que pasa. Hay grandes partidas de p¨®quer que las gana el que aguanta m¨¢s tiempo sin levantarse de la mesa a mear
Adolfo Su¨¢rez fue aquel pol¨ªtico a quien los franquistas llamaban traidor, la derecha culta lo ten¨ªa por analfabeto, los socialistas lo calificaban de tah¨²r de Misisipi y los comunistas, salvo Carrillo que intuy¨® su coraje, lo despreciaban por arribista. Adolfo Su¨¢rez es el que hoy da nombre al aeropuerto de Barajas y con ¨¦l podr¨ªa compartir Pedro S¨¢nchez, junto con la audacia, la granizada de insultos que recibi¨® durante su mandato. E...
Adolfo Su¨¢rez fue aquel pol¨ªtico a quien los franquistas llamaban traidor, la derecha culta lo ten¨ªa por analfabeto, los socialistas lo calificaban de tah¨²r de Misisipi y los comunistas, salvo Carrillo que intuy¨® su coraje, lo despreciaban por arribista. Adolfo Su¨¢rez es el que hoy da nombre al aeropuerto de Barajas y con ¨¦l podr¨ªa compartir Pedro S¨¢nchez, junto con la audacia, la granizada de insultos que recibi¨® durante su mandato. En su tiempo el pol¨ªtico m¨¢s zaherido fue Aza?a y despu¨¦s, por este orden, Su¨¢rez, Felipe Gonz¨¢lez, Zapatero y Rubalcaba, pero a la hora de acopiar agravios no hay quien bata el r¨¦cord que ostenta Pedro S¨¢nchez. No es ning¨²n misterio. Sentado a la mesa de p¨®quer, S¨¢nchez ya lleva tres partidas ganadas. La primera la gan¨® cuando, despu¨¦s de dimitir de secretario general y renunciar a su esca?o, recorri¨® Espa?a en busca de los militantes del partido y con el veredicto favorable de la base derrot¨® a la vieja guardia. La segunda fue el envite por sorpresa con que se jug¨® el resto a una carta al plantear la moci¨®n de censura al Gobierno del Partido Popular con una disyuntiva inapelable, s¨ª o no, frente a la corrupci¨®n. La tercera ha sucedido despu¨¦s de la derrota del Partido Socialista en las elecciones municipales y auton¨®micas del 28 de mayo. Apenas dej¨® que el Partido Popular gozara de su victoria. En un quiebro inesperado, dio por terminada la legislatura y convoc¨® elecciones generales, que, por cierto, las volvi¨® a ganar como para poder formar gobierno. Ese rasgo de audacia de Pedro S¨¢nchez es similar al peligro con que Su¨¢rez gobernaba siempre al borde del abismo. Por talante son los pol¨ªticos que m¨¢s se parecen. Ahora comienza su jugada frente a los independentistas catalanes. La buena racha en el juego es un viento que pasa. Hay grandes partidas de p¨®quer que las gana el que aguanta m¨¢s tiempo sin levantarse de la mesa a mear.