Obersalzberg: paisaje de postal y crimen
El centro pretende contribuir a la desactivaci¨®n de una ideolog¨ªa que aport¨® los pretextos para uno de los episodios m¨¢s negros de la humanidad
D¨ªas atr¨¢s, se inaugur¨® la remodelaci¨®n del Centro Documental de Obersalzberg, donde, como se sabe, en una villa de su propiedad llamada Berghof, Hitler instal¨® una segunda residencia de gobierno. Ser recibido por el F¨¹hrer en su espacio particular de los Alpes supon¨ªa un privilegio reservado a un selecto n¨²mero de incondicionales. Se cuenta que Hitler pas¨® en su retiro del monte un cuarto del tiempo de su mandato y que all¨ª, a la vista de un paisaje id¨ªlico, se fraguaron planes de guerra y ...
D¨ªas atr¨¢s, se inaugur¨® la remodelaci¨®n del Centro Documental de Obersalzberg, donde, como se sabe, en una villa de su propiedad llamada Berghof, Hitler instal¨® una segunda residencia de gobierno. Ser recibido por el F¨¹hrer en su espacio particular de los Alpes supon¨ªa un privilegio reservado a un selecto n¨²mero de incondicionales. Se cuenta que Hitler pas¨® en su retiro del monte un cuarto del tiempo de su mandato y que all¨ª, a la vista de un paisaje id¨ªlico, se fraguaron planes de guerra y exterminio. La villa fue destruida en 1945 por la aviaci¨®n brit¨¢nica y demolida varios a?os despu¨¦s para que no se convirtiese en santuario de culto. Se conserva el complejo sistema de refugios subterr¨¢neos. Desde 1999 ocupa el sitio el centro documental al que acuden miles de visitantes cada a?o. Es cosa humana la fascinaci¨®n por el mal. Ya lo dijo un responsable del semanario Der Spiegel: ¡°Si sacamos a Hitler en la portada, vendemos el doble.¡± La idea del centro no es solamente exponer objetos a la manera de un museo, sino cumplir la misi¨®n pol¨ªtica de hacer presente la relaci¨®n del sitio con un pasado criminal, como afirma Charlotte Knobloch, presidenta de la comunidad jud¨ªa de M¨²nich y Alta Baviera. Se pretende, pues, contribuir a la desactivaci¨®n de una ideolog¨ªa que aport¨® los pretextos para uno de los episodios m¨¢s negros de la humanidad.
Inevitablemente pienso en el Centro Memorial de V¨ªctimas del Terrorismo, con sede en Vitoria. Supe, cuando lo visit¨¦, que el lehendakari nunca hab¨ªa pasado por all¨ª (ignoro si entretanto lo habr¨¢ hecho), en contraste con el ministro presidente de Baviera, Markus S?der, quien presidi¨® la reapertura del centro de Obersalzberg. Por lo dem¨¢s, no hay noticia de que en los pueblos alpinos se homenajee con m¨²sica y danzas a ning¨²n nazi salido de la c¨¢rcel. ?C¨®mo era aquello de saber y entender para que la historia no se repita?