El giro populista de Sunak
El primer ministro conservador brit¨¢nico est¨¢ adoptando posiciones populistas cercanas a la derecha m¨¢s reaccionaria
El Partido Conservador del Reino Unido ha celebrado esta semana su congreso anual. Esta cita, que ponen en marcha de manera consecutiva todos los partidos despu¨¦s del verano, simboliza el comienzo del curso pol¨ªtico y es una manera de recargar las bater¨ªas de afiliados y representantes, as¨ª como de actualizar los compromisos program¨¢ticos de cada formaci¨®n con los votantes. En el caso de los tories, el encuentro de M¨¢nchester ha sido una mezcla confusa de resignaci¨®n ante la derrota electoral que anuncian todos los sondeos y de fraccionamiento de sus filas entre el populismo de extrema derecha, el neoliberalismo nost¨¢lgico de la era Thatcher y una minor¨ªa moderada que ya no reconoce a su propio partido.
Rishi Sunak fue elegido con urgencia por el grupo parlamentario conservador, hace ya casi un a?o, para frenar la cat¨¢strofe econ¨®mica provocada por Liz Truss. Nunca fue refrendado por los militantes ni pas¨® por las urnas. Su discurso era una oportunidad para presentar su propia agenda ante la sociedad y dar comienzo a un largo proceso electoral. Los brit¨¢nicos deber¨¢n votar en enero de 2025, pero cada vez se asienta m¨¢s la idea de unos comicios la pr¨®xima primavera. Muchos consideran la de Sunak una misi¨®n imposible despu¨¦s de 13 a?os de gobiernos conservadores. La imagen de esta formaci¨®n, que durante a?os fue considerada ¡°la m¨¢quina perfecta de ganar elecciones¡±, se ha visto seriamente deteriorada por la cat¨¢strofe del Brexit, la ineficacia en la gesti¨®n econ¨®mica y, sobre todo, los nefastos a?os de Boris Johnson. El actual primer ministro lleg¨® con una imagen de tecn¨®crata joven, riguroso y responsable. Capaz de contrarrestar la estampa de serio y fiable que ofrec¨ªa el l¨ªder de la oposici¨®n laborista, Keir Starmer. Sus primeras maniobras para enderezar la econom¨ªa y remontar la credibilidad del pa¨ªs devolvieron la confianza al sector m¨¢s moderado. No sirvieron, sin embargo, para remontar en las encuestas.
Sunak ha decidido reinventarse como el candidato del cambio, el hombre capaz de desafiar los ¡°falsos consensos¡± para tomar decisiones valientes. Pero detr¨¢s de esa estrategia lo que emerge es un giro preocupante hacia posiciones populistas cercanas a la derecha m¨¢s reaccionaria. El primer ministro amenaza con saltarse la legalidad internacional para aplicar deportaciones y confinamientos a la inmigraci¨®n en situaci¨®n irregular; ha retrocedido en muchos compromisos de su Gobierno en la lucha contra el cambio clim¨¢tico; promete m¨¢s mano dura contra la delincuencia y ha entrado de lleno en la guerra cultural que un sector de su partido ha lanzado contra el movimiento trans o la revisi¨®n del pasado colonial del Reino Unido. Ni siquiera la bandera del Brexit, que Sunak quiso ondear brevemente en su discurso, ayuda a un candidato que no parece capaz de resucitar el entusiasmo de afiliados y votantes conservadores.
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