Fellini a¨²n vive en R¨ªmini
El Ayuntamiento de la ciudad natal del director italiano busca, a trav¨¦s de su cuenta de X, atraer visitantes capitalizando la figura de su ciudadano m¨¢s ilustre
En enero de 2020 R¨ªmini era una fiesta. La ciudad natal de Federico Fellini se estaba preparando para celebrar por todo lo alto el centenario del nacimiento de su ciudadano m¨¢s ilustre con la inauguraci¨®n del colosal Fellini Museum, una especie de Guggenheim felliniano dedicado al extenso legado del maestro del s¨¦ptimo arte. Durante esos d¨ªas, deambular por esa R¨ªmini envuelta por la neblina al salir de l...
En enero de 2020 R¨ªmini era una fiesta. La ciudad natal de Federico Fellini se estaba preparando para celebrar por todo lo alto el centenario del nacimiento de su ciudadano m¨¢s ilustre con la inauguraci¨®n del colosal Fellini Museum, una especie de Guggenheim felliniano dedicado al extenso legado del maestro del s¨¦ptimo arte. Durante esos d¨ªas, deambular por esa R¨ªmini envuelta por la neblina al salir de la exposici¨®n ten¨ªa algo de inexplicablemente m¨¢gico. La m¨²sica de Nino Rota resonaba por la plaza Cavour; en el cine Fulgor, la familia Zanni estaba expectante por ense?ar al mundo la restauraci¨®n que hab¨ªa devuelto a la vida la m¨ªtica sala que tanto marc¨® la infancia del director de Amarcord; el chef del Gran Hotel, la segunda casa del cineasta, ten¨ªa preparado un men¨² ¡°especial centenario¡±. La ciudad entera parec¨ªa haberse movilizado y el entonces alcalde, Andrea Gnassi, no pod¨ªa contener su entusiasmo, pues en cuesti¨®n de meses, me dijo, R¨ªmini estar¨ªa en boca de todos los cin¨¦filos del planeta. Pero pocas semanas despu¨¦s, la llegada de la pandemia lo mand¨® todo al traste.
El otro d¨ªa, al asomarme a X, tuve la grata sorpresa de ver que, casi cuatro a?os m¨¢s tarde, el gran sue?o de R¨ªmini de devolver Fellini al mundo no hab¨ªa muerto. No solo el Fellini Museum, reabierto en agosto de 2021, acababa de recibir un premio en la Bienal de Arquitectura de Venecia sino que, coincidiendo con el 30 aniversario de la muerte del director, acaecida en Roma el 31 de octubre 1993, la alcald¨ªa hab¨ªa inaugurado una exposici¨®n de fotograf¨ªas que recog¨ªa la conmovedora y multitudinaria ¨²ltima despedida de los habitantes al genio del cine. Ese 2 de noviembre de 1993, m¨¢s de 20.000 personas acompa?aron el f¨¦retro hasta el cementerio municipal donde descansa junto a Giulietta Masina bajo una escultura de bronce en forma de proa que recuerda el buque de Amarcord y la fascinaci¨®n te?ida de desconfianza de Fellini por el mar. Desde all¨ª precisamente, el nuevo alcalde reafirmaba en un v¨ªdeo su voluntad de seguir explotando el inagotable patrimonio inmaterial dejado en herencia por el artista a una urbe que para muchos sigue encarnando el arquetipo de estaci¨®n balnearia ultratur¨ªstica desprovista del m¨ªnimo inter¨¦s cultural.
Necesitar¨ªa otra columna para hablarles del impresionante patrimonio hist¨®rico y art¨ªstico que atesora R¨ªmini m¨¢s all¨¢ de lo propiamente felliniano, como el Arco de Augusto o el Teatro Amintore Galli de arquitectura neocl¨¢sica cuya belleza me dej¨® impactada. De lo simp¨¢ticos y acogedores que son sus habitantes, como Elena, due?a de una peluquer¨ªa, que no dud¨® un solo segundo en dejar todo lo que estaba haciendo ¨Dentre otras cosas, secarme el pelo¨D para intentar localizar a una de sus clientas que hab¨ªa sido la fisioterapeuta de Fellini ¨Dy lo consigui¨®¨D. Pero si me limito al universo del maestro, R¨ªmini no deja de ser especial para cualquier devoto del cineasta. El director sol¨ªa decir que su localidad natal, ese ¡°garabato indescifrable, aterrador y tierno¡±, era ¡°una dimensi¨®n de [su] memoria¡±, una memoria necesariamente ¡°inventada, adulterada y manipulada¡±. Y es claramente lo que se percibe al patear sus calles y ver los elementos que alimentaron su singular imaginaci¨®n. Del cementerio municipal, un lugar parad¨®jicamente alegre donde las fotograf¨ªas de los difuntos parecen sacadas de un casting para alguna de sus pel¨ªculas, a la terraza del Gran Hotel, donde cre¨ª entrever su figura a trav¨¦s de la niebla, sentado en una de esas sillas blancas de hierro forjado tan reconocibles, paseando por esta ciudad me pareci¨® sentir a Fellini m¨¢s vivo que nunca.