Netanyahu ha convertido Gaza en el infierno
El actual primer ministro manifest¨® sus posiciones radicales contra los palestinos desde el mismo momento que lleg¨® al poder
En abril de 1956, Moshe Dayan, uno de los comandantes m¨¢s duros de las Fuerzas de Defensa de Israel, en las que acababa de ser nombrado jefe del Estado Mayor, tuvo que decir una oraci¨®n en el funeral de un joven agricultor que hab¨ªa sido asesinado por unos ¨¢rabes durante la incursi¨®n que realizaban en el kibutz Nahal-Oz. ¡°No lancemos hoy acusaciones contra ellos¡±, dijo Dayan. ¡°?Por qu¨¦ debemos quejarnos de su feroz odio hacia nosotros? Desde hace ocho a?os est¨¢n i...
En abril de 1956, Moshe Dayan, uno de los comandantes m¨¢s duros de las Fuerzas de Defensa de Israel, en las que acababa de ser nombrado jefe del Estado Mayor, tuvo que decir una oraci¨®n en el funeral de un joven agricultor que hab¨ªa sido asesinado por unos ¨¢rabes durante la incursi¨®n que realizaban en el kibutz Nahal-Oz. ¡°No lancemos hoy acusaciones contra ellos¡±, dijo Dayan. ¡°?Por qu¨¦ debemos quejarnos de su feroz odio hacia nosotros? Desde hace ocho a?os est¨¢n instalados en los campos de refugiados en Gaza, y ante sus ojos nosotros hemos convertido en nuestra casa la tierra y pueblos en los que ellos y sus antepasados han vivido¡±. De pedir alguna responsabilidad por esa muerte, Dayan pensaba que hab¨ªa que exig¨ªrsela a ellos mismos, a los israel¨ªes. ¡°No nos asustemos de ver el odio que acompa?a y consume la vida de cientos de miles de ¨¢rabes que a nuestro alrededor esperan el momento en que sus manos puedan te?irse con nuestra sangre¡±, a?adi¨® aquel militar, al que se reconoc¨ªa f¨¢cilmente por el parche que llevaba en un ojo. ¡°Este es el destino de nuestra generaci¨®n. La ¨²nica elecci¨®n que tenemos es estar preparados y armados, ser fuertes y resueltos o si no la espada resbalar¨¢ de nuestras manos y la amenaza contra nuestras vidas se agravar¨¢¡±.
¡°Somos una generaci¨®n de colonos, y, sin el casco de acero y el ca?¨®n, no ser¨ªamos capaces de plantar un ¨¢rbol o construir una casa¡¡±, dijo tambi¨¦n Dayan en aquella ocasi¨®n. El episodio lo recoge Avi Shlaim, un historiador nacido en Bagdad en 1945 en el seno de una familia jud¨ªa acomodada y que es hoy uno de los mayores especialistas en Oriente Pr¨®ximo, en su monumental El Muro de Hierro (Almed), uno de los mejores libros para entender la relaci¨®n entre Israel y el mundo ¨¢rabe.
Dayan alz¨® su oraci¨®n hace ya mucho tiempo, pero sirve para ilustrar tambi¨¦n hoy la magnitud de la herida que desgarra a quienes habitan ese lugar que las Naciones Unidas aprobaron en 1947 partir en dos para que surgieran dos Estados, uno jud¨ªo y uno ¨¢rabe. Desde entonces, las guerras y todo el sufrimiento que generan, el odio que ha ido echando ra¨ªces cada vez m¨¢s profundas, la terrible suerte de los deportados, el terror, las pol¨ªticas de hechos consumados, las sangrientas batallas por desplazar las fronteras un poco m¨¢s all¨¢, la internacionalizaci¨®n de las grandes y peque?as disputas, las ocupaciones de los territorios palestinos, la sinraz¨®n de cada masacre, todo eso ha sido all¨ª una pesadilla recurrente.
En el libro de Shlaim, que aborda el periodo que va de 1948 a 2006, Benjam¨ªn Netanyahu aparece en 1996 cuando gana las elecciones a los laboristas de Sim¨®n Peres al frente del Likud. Los t¨ªmidos intentos para alcanzar la paz se empezaron entonces a dejar de lado. Netanyahu acababa de publicar un libro en el que sosten¨ªa que ¡°el problema palestino no era un problema real, sino que hab¨ªa sido creado artificialmente¡±, cuenta Shlaim. Defendi¨® en la Kneset el proyecto de un Gobierno ¡°religioso-nacionalista etnoc¨¦ntrico¡± y consideraba que la culpa de todo era de los ¨¢rabes: el terrorismo internacional y sus t¨¦cnicas eran una invenci¨®n de ellos y su ¡°art¨ªculo de exportaci¨®n por antonomasia¡±. En esas ideas se alimenta seguramente la devastadora respuesta que ha dado en Gaza a la brutal violencia de Ham¨¢s del pasado 7 de octubre creando un verdadero infierno.