Europa debe prepararse para el regreso de Trump
El expresidente de EE UU, que propone dejar de ayudar a Ucrania y abandonar la OTAN, est¨¢ ahora mejor organizado, tiene m¨¢s experiencia y se dejar¨¢ llevar por el ¨¢nimo de venganza
Durante el fin de semana, el expresidente estadounidense hizo que muchas canciller¨ªas europeas estuvieran al borde del p¨¢nico al alentar a Rusia a atacar a los aliados de la OTAN que no gastan el 2% del PIB en defensa. En esta categor¨ªa se encuentran Alemania, B¨¦lgica, Espa?a, entre muchos otros Estados europeos. Ser¨ªa prudente tomar en serio la advertencia.
Donald Trump est¨¢ muy cerca de obtener la nominaci¨®n republicana, despu¨¦s de aplastar a sus dos principales rivales dentro del partido en las primarias de Iowa y New Hampshire. Por supuesto, todav¨ªa podemos esperar a ver qu¨¦ pasa con los numerosos casos judiciales abiertos e incluso conceder a Joe Biden, de 81 a?os, el beneficio de la duda. Pero las probabilidades de que Trump gane las elecciones presidenciales de Estados Unidos en noviembre superan ya el 50 %. Es urgente, los l¨ªderes europeos deben prepararse ¡ªsin demora¡ª para esa situaci¨®n. La velocidad y la energ¨ªa con las que va a actuar Trump ser¨¢n incomparables a las de 2017, cuando entr¨® por primera vez en la Casa Blanca.
Entonces, Par¨ªs, Berl¨ªn, Londres y Bruselas no estaban preparadas, pero ten¨ªan una buena excusa: ni el propio candidato pensaba que iba a ganar.
En los primeros meses, el establishment de Washington y los aliados de Estados Unidos en Europa creyeron que unos asesores sensatos har¨ªan entrar en raz¨®n al err¨¢tico Trump y que los dem¨¢s dirigentes lo calmar¨ªan, la llamada estrategia de los ¡°adultos en la sala¡±. Pero en el transcurso de 2018, varios dirigentes europeos como Angela Merkel y Emmanuel Macron se dieron cuenta de que su estrategia no estaba funcionando. No consegu¨ªan controlarlo.
Sin embargo, para cuando los l¨ªderes de la UE se dieron cuenta de que Trump no ten¨ªa remedio, ya se acercaban las siguientes elecciones estadounidenses, las de 2020, de modo que la ¡°estrategia¡± se convirti¨® en: bueno, esperemos a que estos ¨²ltimos a?os pasen, sin graves percances.
Esa pasividad ser¨¢ m¨¢s duramente castigada en esta ocasi¨®n. A su regreso, Trump estar¨¢ mejor organizado, tendr¨¢ m¨¢s experiencia y se dejar¨¢ llevar por el ¨¢nimo de venganza. Adem¨¢s, ahora tiene firmemente controlado al Partido Republicano. As¨ª que no veremos una repetici¨®n del caos de la Casa Blanca de Fuego y Furia que tanto exprimi¨® la prensa en 2017. Esta vez, su equipo tendr¨¢ todo listo para impulsar sus planes en el Congreso durante los primeros cien d¨ªas, el periodo en el que un presidente tiene m¨¢s margen pol¨ªtico.
Uno de estos planes ser¨¢ detener la ayuda militar y econ¨®mica a Ucrania. Trump ha asegurado que llegar¨¢ a un acuerdo con Putin en cuesti¨®n de d¨ªas. Tambi¨¦n, ha dicho una y otra vez que, en un segundo mandato, querr¨¢ retirarse de la OTAN. Para Europa se trata de un tema de seguridad existencial, la salida de Estados Unidos de la OTAN pondr¨ªa en duda el futuro de la propia Alianza.
Estas propuestas no son meras ideas arbitrarias de un l¨ªder caprichoso, sino la consecuencia coherente de su concepci¨®n del Am¨¦rica primero, en la cual sacrificar el dinero de los contribuyentes o las vidas de los soldados para defender la seguridad de los aliados europeos o de otros lugares es contrario al inter¨¦s nacional. Sus comentarios m¨¢s recientes reflejan su profunda frustraci¨®n con respecto a sus frugales y d¨¦biles aliados europeos. Y lo que es m¨¢s, hay muchos votantes estadounidenses que est¨¢n de acuerdo con Trump, como lo demuestran las encuestas que revelan c¨®mo disminuye el apoyo a Ucrania.
Adem¨¢s, la posible victoria de Trump conlleva el riesgo de que aumente la influencia de las ideolog¨ªas extremistas de derecha en el panorama pol¨ªtico europeo. En su primer mandato, Trump dio alas a la extrema derecha. El desmantelamiento de los tab¨²es pol¨ªticos en Washington dej¨® marcas en la ret¨®rica de los partidos ultraconservadores europeos. Adem¨¢s, el entonces presidente de Estados Unidos anim¨® a los l¨ªderes de Hungr¨ªa y Polonia a no ceder en sus enfrentamientos con Bruselas por el Estado de derecho e invit¨® a otros l¨ªderes nacionales a seguir el ejemplo del Reino Unido con el Brexit y a marcharse sin m¨¢s de la UE, para luego negociar un ¡°buen trato¡± con ¨¦l.
Por supuesto, los gobiernos europeos tambi¨¦n son conscientes de que el espectro de Donald est¨¢ al acecho. Pero no saben qu¨¦ hacer, as¨ª que est¨¢n aplazando cualquier decisi¨®n. En parte, es comprensible que est¨¦n paralizados. Muchas de las medidas que habr¨ªa que tomar en caso de emergencia, como reforzar las capacidades de defensa, son tan dr¨¢sticas que solo son pol¨ªticamente viables cuando verdaderamente no quede otro remedio (cuando tal vez sea demasiado tarde). De modo que, una vez m¨¢s, Europa acabar¨¢ improvisando y entre la espada y la pared.
Al mismo tiempo, la preparaci¨®n de escenarios como este no se puede mantener en secreto. Si los altos funcionarios gubernamentales empiezan a especular y hay filtraciones, habr¨ªa graves consecuencias inmediatas: se debilitar¨ªa la campa?a de Biden, en la campa?a de Trump no cabr¨ªan de gozo, discordias y acusaciones sin fin entre los aliados, ese tipo de cosas. Hace poco, un alto diplom¨¢tico de la UE me comparti¨®: nuestro trabajo es hacer planes estrat¨¦gicos, pero no hay nada que podamos hacer ante la situaci¨®n m¨¢s importante que debemos encarar este a?o.
No obstante, los l¨ªderes europeos s¨ª pueden actuar con mentalidad estrat¨¦gica al menos en un aspecto: el reparto pol¨ªtico de papeles. ?Qui¨¦n hablar¨¢ con el presidente estadounidense que tome posesi¨®n del cargo en enero de 2025? Por supuesto, los l¨ªderes que lo conocieron antes, como Emmanuel Macron, Pedro S¨¢nchez o el primer ministro polaco Donald Tusk, aportar¨¢n su parte para defender los intereses europeos. Tambi¨¦n pueden hacerlo de forma coordinada. En todo caso, la Uni¨®n Europea debe tomarse el nuevo reparto de papeles muy en serio.
El momento es favorable. Despu¨¦s de las elecciones europeas que se celebrar¨¢n entre el 6 y el 9 de junio, las presidencias del Consejo Europeo y la Comisi¨®n tendr¨¢n nuevas cabezas. En otras palabras, dos nuevas oportunidades.
Se espera que la presidenta de la Comisi¨®n, Ursula von der Leyen, aspire a un segundo mandato. Pero es una alemana, as¨ª que sabemos de antemano que dif¨ªcilmente tiene oportunidades frente a Trump, que no respeta a las mujeres y detesta a la Rep¨²blica Federal de Alemania. Ni siquiera su compatriota Angela Merkel, que jugaba en la primera divisi¨®n de la pol¨ªtica, consigui¨® apaciguar al hombre fuerte de la Casa Blanca despu¨¦s de que jurara su cargo en 2017.
Queda el Consejo Europeo de jefes de Estado y de Gobierno, que hasta el 1 de diciembre preside Charles Michel (cuyo mandato no puede ser renovado). El Consejo es, por excelencia, el ¨®rgano de manejo de crisis de la UE. Adem¨¢s, el presidente debe servir de eje y portavoz ante el mundo exterior para los grandes problemas diplom¨¢ticos y de seguridad que afronta la Uni¨®n.
Una acci¨®n estrat¨¦gica ser¨ªa encontrar para ese crucial puesto a alguien con la experiencia y la autoridad necesarias para, posiblemente, hacer frente a Trump a partir de enero de 2025. Vienen a la mente algunos nombres, entre ellos el de un personaje del que se habl¨® recientemente, Mario Draghi. Es mejor un astuto ex primer ministro de Italia y expresidente del Banco Central Europeo, por ejemplo, que un desconocido procedente de la t¨®mbola de compromisos para mantener los equilibrios geogr¨¢ficos europeos y entre partidos.
Se avecina una fuerte tormenta por el Atl¨¢ntico. No es el momento de medias tintas, sino de concentrarse y de llevar las manos a la obra.
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