Cesto podrido
Espa?a sufre un estancamiento en la lucha contra la corrupci¨®n y la responsabilidad no es de algunos partidos, sino de todos los gobernantes
El caso Koldo no es culpa del PSOE. Ni la G¨¹rtel del PP. La corrupci¨®n no es un problema de nuestros partidos, sino de nuestras instituciones. Y, mientras no entendamos eso, quedaremos atrapados en el c¨ªrculo vicioso de la Italia de fines del XX o algunos pa¨ªses del Este hoy: echemos al partido A por corrupto y sustituy¨¢moslo por el B, hasta que este se revele m¨¢s corrupto. Y as¨ª ad infinitum.
El caso Koldo no es una manzana podrida. Si hay decenas de detenidos y millones de euros ama?ados, obviamente hay un cesto putrefacto. Pero no es un partido. Desgraciadamente, el cesto es m¨¢s grande: es el dise?o de nuestro sector p¨²blico. Carecemos de mecanismos adecuados de prevenci¨®n de la corrupci¨®n. Nos lo lleva advirtiendo el GRECO (Grupo de Estados contra la Corrupci¨®n) desde hace a?os, o Lope de Vega desde hace siglos. Y nos lo repiti¨® Transparencia Internacional hace unos d¨ªas. En su ¨ªndice de percepci¨®n de la corrupci¨®n, Espa?a ocupa un modesto puesto 36 entre los 180 pa¨ªses analizados, al lado de San Vicente y las Granadinas y Botsuana, y 14 entre los Veintisiete de la UE, junto a Letonia.
Espa?a sufre un estancamiento en la lucha contra la corrupci¨®n y la responsabilidad no es de algunos partidos, sino de todos los gobernantes. No se han tomado en serio que, en la corrupci¨®n, como en la salud, es mejor prevenir que curar. Les es m¨¢s rentable anunciar estruendosamente castigos b¨ªblicos para las acciones corruptas pasadas, ¡°caiga quien caiga¡±, que elaborar silenciosamente medidas ¨²tiles que impidan las futuras. Les es m¨¢s conveniente interponer controles de papel ¡ªpor ejemplo, los procelosos, obtusos y regresivos requisitos burocr¨¢ticos para conseguir el m¨¢s modesto contrato p¨²blico o la m¨¢s m¨ªnima ayuda social, como si una madre soltera sin ingresos fuera la reencarnaci¨®n de Al Capone¡ª que construir unos aut¨¦nticos controles de carne y hueso ¡ªpor ejemplo, empoderando a los funcionarios o testigos para que reporten los comportamientos sospechosos antes de que se materialicen¡ª.
Es triste que nos costara tanto trasponer la directiva europea de protecci¨®n a los informantes de corrupci¨®n de 2019. Pero es que, un a?o despu¨¦s de que el Congreso aprobara esa ley en febrero de 2023, sigue sin ver la luz la anhelada autoridad independiente que asesore y proteja con garant¨ªas a los potenciales denunciantes de corrupci¨®n. Tambi¨¦n la ciudadan¨ªa somos culpables: nos interesan m¨¢s las fiestas de los pocos Koldos de turno que los padecimientos de los muchos servidores p¨²blicos que se atrever¨ªan a frenarlos.
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