El canto del cisne de Bolsonaro que mantiene encendido el fuego de la extrema derecha
Lo que no se puede ignorar al hablar de la extrema derecha golpista del expresidente brasile?o es que sigue contando con millones de evang¨¦licos disciplinados y de empresarios a¨²n fieles
En el peor momento de su vida pol¨ªtica, acosado por acusaciones graves de haber preparado un golpe de Estado para anular la victoria de Lula y con un pie en la c¨¢rcel, Bolsonaro quiso jug¨¢rselas todas acudiendo a la calle convocando a sus fieles con su catecismo en la mano de Dios, patria, familia y libertad.
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En el peor momento de su vida pol¨ªtica, acosado por acusaciones graves de haber preparado un golpe de Estado para anular la victoria de Lula y con un pie en la c¨¢rcel, Bolsonaro quiso jug¨¢rselas todas acudiendo a la calle convocando a sus fieles con su catecismo en la mano de Dios, patria, familia y libertad.
Bolsonaro, como ¨¦l mismo afirm¨®, quiso presentar al pa¨ªs y al mundo ¡°una foto¡± que revelase pl¨¢sticamente que su ej¨¦rcito de seguidores sigue intacto. Y escogi¨® el escenario de las grandes manifestaciones nacionales: la m¨ªtica avenida de S?o Paulo, que puede albergar hasta un mill¨®n de personas.
Fue una apuesta de alto voltaje de riesgo. El Ej¨¦rcito ha sido cooptado por Lula, quien ha mantenido todos los privilegios de la instituci¨®n, mismos que hab¨ªa recibido de Bolsonaro. Si la manifestaci¨®n le fallaba, si se acababa sin foto de una multitud aclam¨¢ndole ser¨ªa su final m¨¢s infausto. A pesar de ello, el excapit¨¢n expulsado del Ej¨¦rcito quiso arriesgar. ?l es paracaidista de profesi¨®n y se lanz¨® sin pensarlo al abismo como la ¨²ltima de sus bravatas antes de ser encarcelado.
Para no ser tachado de loco por los suyos hab¨ªa anticipado que en el acto de S?o Paulo no ser¨ªa pol¨¦mico y defender¨ªa la libertad de expresi¨®n y la Constituci¨®n. Y as¨ª lo hizo. A¨²n as¨ª resbal¨® varias veces y para defender que no hab¨ªa instigado ning¨²n golpe militar dijo que siempre se hab¨ªa atenido a la letra de la Constituci¨®n que prev¨¦ una declaraci¨®n de sitio en situaciones excepcionales.
Quiz¨¢ el mayor triunfo de Bolsonaro y de su apuesta arriesgada en la convocatoria de la manifestaci¨®n puede resumirse en tres cap¨ªtulos positivos para ¨¦l: que se discuta si asisti¨® medio mill¨®n de personas, qued¨¢ndose en una media de las grandes manifestaciones del pasado que cambiaron el rumbo de la pol¨ªtica. La oposici¨®n apostaba que, num¨¦ricamente, la manifestaci¨®n ser¨ªa un fracaso.
Segundo, que los cientos de miles acudieron, disciplinados a la cita, sin carteles contra el Gobierno o contra el Supremo, como ¨¦l les hab¨ªa pedido. Le obedecieron. Y tercero que all¨ª mismo naci¨® y casi fue consagrado como un posible sucesor suyo, de una derecha no extremista ni golpista pero s¨ª dura. Se trata del actual gobernador del Estado de S?o Paulo, que equivale con sus 40 millones de habitantes a ser presidente de Espa?a: Tarc¨ªsio Freitas. Fue militar, de los pocos que habl¨® a la multitud y que confes¨®: ¡°Yo no era nadie. Bolsonaro me hizo ministro y hoy he llegado a lo que soy¡±. Y es, seg¨²n la mayor¨ªa de los analistas pol¨ªticos, el candidato en 2026 a las presidenciales. Sobre todo porque Tarc¨ªsio representa no solo a la extrema derecha bolsonarista, sino a la derecha como tal, sin los extremismos de su padrino.
Tanta es hoy su importancia que hasta Lula ya tent¨® una aproximaci¨®n a ¨¦l. Ambos fueron a visitar una de las zonas devastadas en S?o Paulo por las lluvias, algo que entonces llam¨® la atenci¨®n hasta del partido de Lula, el PT, y de toda la izquierda. Y es que Lula ya intuy¨® entonces, con su olfato pol¨ªtico, que Tarc¨ªsio se estaba gestando como un posible sucesor de Bolsonaro, pero sin ser golpista.
Y junto con Tarc¨ªsio Freitas el otro protagonista y hasta organizador material de la manifestaci¨®n fue el poderoso Silas Malafaia, pastor evang¨¦lico de una de las iglesias evang¨¦licas m¨¢s poderosas y uno de los empresarios m¨¢s ricos del pa¨ªs.
Todo lo que Bolsonaro no quiso, ni pod¨ªa decir durante la manifestaci¨®n, como un ataque frontal al Supremo, lo dijo sin tapujos el poderoso pastor evang¨¦lico, convencido que no tendr¨ªan valor para detenerle.
Lo que no se puede ignorar al hablar de la extrema derecha golpista de Bolsonaro es que sigue contando con millones de evang¨¦licos disciplinados y de empresarios a¨²n fieles a ¨¦l, convencidos de que la izquierda persigue a su l¨ªder Bolsonaro por defender los valores tradicionales de la familia, de Dios y de la patria. Y cuando se habla de Dios y de la Biblia con relaci¨®n a los evang¨¦licos nos referimos al Antiguo Testamento, el de la venganza y las guerras, al de la teolog¨ªa del ¡°ojo por ojo y diente por diente¡±, no el que bendice a los pac¨ªficos y exige el perd¨®n a los enemigos.
Una palabra reson¨® pre?ada de significado en la manifestaci¨®n promovida por Bolsonaro y que adquiri¨® importancia. Fue cuando Bolsonaro pidi¨® ¡°la amnist¨ªa¡± para todos los a¨²n encarcelados y que est¨¢n siendo juzgados acusados de haber participado al vandalismo de las sedes de los tres poderes en Brasilia, destruyendo todo un patrimonio art¨ªstico nacional en un gesto claramente golpista.
En realidad, Bolsonaro, que sabe que antes o despu¨¦s le espera la c¨¢rcel, al pedir dicha amnist¨ªa para los suyos que est¨¢n ya siendo juzgados, estaba subliminalmente pidiendo dicha amnist¨ªa para ¨¦l, a cambio de dejar de acusar a las instituciones democr¨¢ticas, de atacar a la Constituci¨®n y de seguir con sus a?oranzas de un nuevo r¨¦gimen militar y antidemocr¨¢tico.
Ahora toca al Gobierno de Lula analizar la gesta bolsonarista y decidir si lo mejor es actuar para frenar ese bolsonarismo que sigue vivo y dividiendo al pa¨ªs, juzgando y encarcelando al l¨ªder o ir dejando que se disipen los nubarrones de intimidaci¨®n de la extrema derecha, con el peligro de que pueda resurgir como una ave f¨¦nix que se cre¨ªa muerta, pero que la manifestaci¨®n multitudinaria ha revelado que se resiste a morir.
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