Tarc¨ªsio de Freitas, el bolsonarista mejor colocado para suceder a su padrino pol¨ªtico
El gobernador de S?o Paulo, exministro y exmilitar, busca marcar distancias con el expresidente, amenazado con la inhabilitaci¨®n, sin ahuyentar a los electores m¨¢s ultras
Jair Messias Bolsonaro acababa de ganar las elecciones de 2018 y buscaba ministros. En esa ¨¦poca triunfaba en Brasil el discurso antipol¨ªtica y el ultraderechista hab¨ªa prometido un Gobierno de tecn¨®cratas. Le ofreci¨® el Ministerio de Infraestructuras a un general que declin¨® la invitaci¨®n por motivos de salud; un segundo general rechaz¨® la oferta. El presidente electo segu¨ªa buscando candidatos cuando el yerno de un tercer general, que fue ministro pero de otra cartera, le anunci¨®: ¡°Tengo a la persona perfecta¡±. El hombre que ten¨ªa en mente era Tarc¨ªsio de Freitas, de 47 a?os, un ingeniero civil forjado en el ej¨¦rcito que, al abandonar la vida castrense, se construy¨® una carrera en la Administraci¨®n p¨²blica. Formados en los cuarteles ¡ªBolsonaro en dictadura; De Freitas, en democracia¡ª ambos alcanzaron el grado de capit¨¢n. No se conoc¨ªan, pero inmediatamente congeniaron.
Y Tarc¨ªsio, como lo conocen en Brasil, se convirti¨® en ministro. A Bolsonaro le gust¨® tanto su gesti¨®n que en los comicios de octubre pasado se empe?¨® en mandarlo de candidato a gobernador de S?o Paulo, la segunda batalla electoral de mayor envergadura tras la Presidencia. Y, pese a que naci¨® en R¨ªo de Janeiro, creci¨® en Brasilia y aquella era la primera elecci¨®n que disputaba en su vida, dio la sorpresa. Gan¨® con holgura con la misma estrategia que tan bien le funcion¨® en el ministerio: presentarse como un t¨¦cnico, un buen gestor p¨²blico, un tipo especializado en resolver problemas. Y, desde enero, gobierna el Estado de S?o Paulo, el m¨¢s rico y poblado de Brasil. La locomotora. Si fuera un pa¨ªs, ser¨ªa la 21? econom¨ªa del mundo.
Al perder el poder, Bolsonaro perdi¨® la inmunidad. Y el riesgo de que sea inhabilitado para concurrir a las pr¨®ximas elecciones es real. Ah¨ª asoma la cabeza el gobernador paulista como el m¨¢s firme candidato a la sucesi¨®n. Es sin duda el bolsonarista m¨¢s poderoso tras su padrino pol¨ªtico, que acaba de regresar a casa para liderar la derecha desde la oposici¨®n despu¨¦s de que en los ¨²ltimos d¨ªas del mandato huyera a Orlando, en EE UU, la ciudad de Disneylandia.
El gobernador, al que un c¨¢lculo renal le trastoc¨® esta semana su gira de presentaci¨®n por Europa, sigue siendo un gran desconocido dentro y fuera de su patria. EL PA?S ha entrevistado a una decena de fuentes para reconstruir su mete¨®rica, y at¨ªpica, carrera pol¨ªtica y trazar su perfil. Parte de las fuentes pidieron el anonimato para hablar con m¨¢s libertad.
Los consultados coinciden en varias cosas: uno, sorpresa de que haya llegado tan lejos tan r¨¢pido; dos, siempre fue un n¨²mero uno, sea en el colegio, la facultad o las oposiciones; tres; nunca fue un bolsonarista ideol¨®gico.
Aun as¨ª, hasta los seguidores m¨¢s radicales del ultraderechista lo acogieron con entusiasmo hasta convertirlo en el ministro m¨¢s popular, una estrella en redes sociales. Durante estos a?os ha intensificado o reprimido su car¨¢cter bolsonarista en funci¨®n de las circunstancias.
Como gobernador paulista, ha formado un Gobierno poco ideol¨®gico, que engloba distintas tendencias, y ha tomado medidas para contentar a los progresistas, como aprobar el uso del cannabis medicinal, o a los m¨¢s conservadores, como declarar patrimonio cultural la Marcha de Jes¨²s, la mayor fiesta evang¨¦lica de Brasil. La gira europea consisti¨® en presentar el men¨² de licitaciones, privatizaciones y colaboraciones p¨²blico-privadas. Suele decir que poco le importa al pobre si el gobernador es de derechas o de izquierdas, lo que quiere son soluciones.
Reeleci¨®n o... Presidencia
Es habitual que los gobernadores de S?o Paulo busquen la reelecci¨®n o¡ la Presidencia de Brasil. El futuro pol¨ªtico de este ingeniero que huye de las pol¨¦micas est¨¢ en buena medida vinculado al de su padrino pol¨ªtico, que qued¨® llamativamente noqueado por la derrota. Con su silencio inicial y la huida al extranjero, ha dilapidado parte del capital que suponen los 58 millones de votos que conquist¨®. La polic¨ªa lo ha citado el pr¨®ximo mi¨¦rcoles para interrogarlo sobre las joyas que le regal¨® la familia real saud¨ª.
De Freitas naci¨® en R¨ªo de Janeiro pero no tiene acento carioca, que en un gobernador paulista chirriar¨ªa, porque creci¨® en la capital. Wagner Rosario y ¨¦l son grandes amigos desde la adolescencia y sus carreras han discurrido paralelas. Estudiaron juntos en la escuela militar, la escuela de cadetes y la academia de oficiales de Agulhas Negras. Ambos fueron ministros en el Gobierno Bolsonaro y ahora Rosario se ha trasladado a S?o Paulo, donde el gobernador lo nombr¨® contralor general estatal. Explica durante una entrevista que su amigo ¡°siempre destac¨® intelectualmente. Era m¨¢s t¨ªmido que ahora, pero siempre fue muy estudioso y disciplinado. Es incre¨ªble ver c¨®mo se desenvuelve, c¨®mo sabe combinar bien el conocimiento t¨¦cnico y trato pol¨ªtico¡±. Rosario, ministro de la Contralor¨ªa General de Brasil a las ¨®rdenes de Bolsonaro, est¨¢ convencido de que el gobernador ¡°no va a tener problemas con el presidente Bolsonaro ni ahora, ni en el futuro. Son dos personas buenas y de car¨¢cter¡±.
Poco despu¨¦s de mudarse al palacete del gobernador, expresaba a unos allegados su asombro de vivir en un lugar donde pernoct¨® la reina Isabel II. Su gran afici¨®n, el f¨²tbol, el Flamengo. Un visitante recuerda que, en su despacho de ministro, ten¨ªa una camiseta de Pel¨¦ firmada y otra del equipo de sus amores. Durante la pandemia no dud¨® en vacunarse. No es un entusiasta de las motos, aunque acompa?¨® a Bolsonaro en aquellas marchas motorizadas.
Pragm¨¢tico, cat¨®lico y liberal
En la pol¨ªtica brasile?a, donde la mayor¨ªa de los que mandan son caras conocidas desde hace d¨¦cadas, la carrera de De Freitas es de lo m¨¢s inusual. Tras participar en 2005 como ingeniero en la misi¨®n militar de la ONU en Haiti, abandon¨® la carrera castrense e hizo oposiciones. ¡°Es un tecn¨®crata que surge de la burocracia del Estado, que ha trabajado en el poder legislativo y en el ejecutivo sin tener partido ni ninguna base pol¨ªtica. No es nada com¨²n¡±, recalca una fuente.
Casado y padre de un hijo y una hija adultos, su principal carta de presentaci¨®n es su perfil t¨¦cnico. Es pragm¨¢tico, un conservador cat¨®lico y liberal en econom¨ªa que ahora busca el punto de equilibrio en terreno resbaladizo. Al tiempo que expresa en p¨²blico su agradecimiento a su padrino pol¨ªtico, marca claramente las distancias con ¨¦l. Lo dej¨® claro en su toma de posesi¨®n como gobernador. Tras agradecer a su familia y a Dios, dio las gracias a su mentor. ¡°El presidente Bolsonaro me lanz¨® este desaf¨ªo. ?Cu¨¢nta osad¨ªa!¡±, proclam¨®, e inmediatamente se comprometi¨® a ¡°trabajar en la construcci¨®n de consensos¡±, expres¨® su ¡°profundo respeto por los adversarios¡±, habl¨® de sostenibilidad e inclusi¨®n. Nada m¨¢s lejos, en el fondo y el tono, de los discursos beligerantes y exabruptos que el expresidente convirti¨® en marca de la casa. Una fuente recurre a un refr¨¢n brasile?o: ¡°Tiene un pie en cada canoa¡±, dice. Por ahora no se ha ca¨ªdo al agua ni ha sufrido ning¨²n resbal¨®n grave.
Al bolsonarismo m¨¢s radical le indign¨® que tras el asalto a los poderes en Brasilia el 8 de enero, el ataque m¨¢s grave a la democracia brasile?a en d¨¦cadas, De Freitas acudiera al d¨ªa siguiente a la capital, invitado como el resto de los gobernadores por el presidente Luiz In¨¢cio Lula da Silva para dar una imagen de unidad de las instituciones frente a la intentona golpista. Una traici¨®n a ojos de los m¨¢s ultras. Con motivo de las graves inundaciones en la costa paulista, el gobernador apadrinado por Bolsonaro y el presidente Lula mostraron de nuevo su sinton¨ªa cuando se trata de afrontar cat¨¢strofes.
La polit¨®loga Camila Rocha, que investiga el bolsonarismo, explica que el gobernador ¡°quiere ocupar ese espacio de la derecha moderada que acab¨® quedando hu¨¦rfano. Apela a los que no quieren a Lula ni al PT [Partido de los Trabajadores]. Y en la medida en que no tiene nadie a su derecha, los bolsonaristas radicales se ven obligados a votarlo, no tienen otra opci¨®n. Y ¨¦l no est¨¢ dando indicios de una ruptura radical con Bolsonaro¡±. En palabras de otra fuente, De Freitas quiere ser ¡°la derecha civilizada que come con cubiertos¡±
Para una fuente diplom¨¢tica que lo ha tratado frecuentemente, ¡°es un duro negociador, correoso.. cuesta ganar su confianza, pero luego cumple lo que acuerda¡±. A?ade que es ¡°sensible y recuerda los gestos de afecto¡± y que es alguien que ¡°aprovecha muy bien sus oportunidades¡±. Su trayectoria lo prueba.
Su victoria en S?o Paulo enterr¨® cuatro d¨¦cadas de hegemon¨ªa de la derecha tradicional, del PSDB (el Partido de la Socialdemocracia Brasile?a). Derrot¨® en segunda vuelta por 55% frente al 44% al delf¨ªn de Lula, Fernando Haddad, que fue alcalde de S?o Paulo con el PT. Esta haza?a sorprende menos cuando se sabe que la victoria tuvo un protagonista crucial en la sombra, Gilberto Kassab. Considerado como uno de los pol¨ªticos m¨¢s habilidosos de Brasil, Kassab abraz¨® la candidatura de De Freitas y la catapult¨® al ¨¦xito. ?l es la eminencia gris que quiere convertirlo en el hombre que encabece una derecha sin estridencias.
Pero no eran esos los planes de De Freitas. En absoluto. Cuando Bolsonaro lo tante¨® para disputar la batalla por S?o Paulo, se resisti¨®. Argument¨® que era un forastero, que no ten¨ªa ning¨²n v¨ªnculo con el Estado (uno de sus tropiezos en la campa?a fue no saber precisar cu¨¢l era su colegio electoral). Pero el presidente estaba empe?ado. Insisti¨® e insisti¨® hasta darle un ultim¨¢tum. Y ¨¦l, como buen militar, acab¨® aceptando la misi¨®n encomendada por el jefe.
Como no ten¨ªa partido, tuvo que buscarse uno. Eligi¨® Republicanos, una sigla que pertenece al imperio medi¨¢tico-pol¨ªtico de la Iglesia Universal del Reino de Dios.
El contralor Rosario recuerda el momento en que le cont¨® que por fin aceptaba el encargo de Bolsonaro: ¡°Me dijo en el ascensor, ¡®necesito hablar contigo. Voy a ser candidato a gobernador de SP¡¯. Ya estaba animado. Dijo: ¡®No lo ped¨ª. El presidente me dijo que ser¨¢ bueno. Ya estoy estudiando S?o Paulo por las noches¡±.
Para sorpresa de especialistas en encuestas electorales, inmediatamente destac¨® lo conocido que era en S?o Paulo. Los electores lo consideraban un tipo, honesto, aut¨¦ntico, detalla la polit¨®loga.
Varias fuentes coinciden en que lo que de verdad quer¨ªa era disputar una elecci¨®n m¨¢s sencilla para un cargo mucho m¨¢s c¨®modo: senador de Goi¨¢s, es decir, mandato de ocho a?os y seguir viviendo en Brasilia.
La oportunidad del Ministerio de Infraestructuras
Las carreteras y el interior del Estado de S?o Paulo, que es mucho m¨¢s conservador que la megaurbe, tuvieron mucho que ver en el triunfo rotundo. Porque el gran trampol¨ªn pol¨ªtico de De Freitas fue un ministerio tan poco sexy a primera vista como el de Infraestructuras. En buena medida gracias a una habilidosa estrategia de comunicaci¨®n dise?ada por Felipe Campos. El ministro y su equipo vieron el potencial de aquel ministerio con presencia en todo el territorio y convirtieron la inauguraci¨®n de cada trecho de carretera, cada licitaci¨®n, en un acontecimiento medi¨¢tico difundido en redes. Infraestructuras se convirti¨® en s¨ªmbolo de dinamismo, eficacia y fuente de buenas noticias para un Gobierno caracterizado por el caos. El ministro le tom¨® el gusto a comunicar sus logros y se convirti¨® en una estrella en el universo bolsonarista, Tarc¨ªsio do Asfalto.
Un periodista que ha cubierto el sector de infraestructuras durante 12 a?os, apunta: ¡°Su gesti¨®n es continuista, no existe innovaci¨®n. Eso no le quita m¨¦rito¡±. Sostiene que en buena medida su desempe?o consiste en coronar obras comenzadas por otros. De Freitas ¡°sigui¨® adelante con pr¨¢cticamente todos los proyectos iniciados en los Gobiernos Dilma (Rousseff), que maduran en los Gobiernos de (Michel) Temer y ¨¦l los concluye¡±, a?ade el periodista.
De Freitas trabaj¨® tambi¨¦n para esos dos presidentes. Entr¨® en el Gobierno de Rouseff, de izquierdas, como parte de la operaci¨®n de limpieza que la entonces presidenta emprendi¨® en el Ministerio de Infraestructuras tras un esc¨¢ndalo de corrupci¨®n, protagonizado precisamente por el Partido Liberal que ahora acoge a Bolsonaro. En la pol¨ªtca brasile?a las tramas evolucionan, pero los personajes var¨ªan menos.
Su experiencia como auditor de la administraci¨®n p¨²blica le llev¨® a la jefatura del departamento de Transportes. Despu¨¦s, con el presidente Michel Temer, de derechas, encabez¨® el ¨¢rea de concesiones y privatizaciones. Y entre medias hizo una de las oposiciones m¨¢s preciadas de Brasil, la de consultor legislativo, conocida como el purgatorio porque es antesala del para¨ªso: buen sueldo, estabilidad y poco trabajo. Sac¨® el n¨²mero uno.
S?o Paulo supon¨ªa un riesgo en su mete¨®rica carrera pol¨ªtica. Podr¨ªa triunfar o estrellarse.
¡°Creo que para ¨¦l [el gobernador De Freitas] es mejor que Bolsonaro est¨¦ lejos¡±, apunta la polit¨®loga Rocha. El desembarco del expresidente le ha pillado a su potencial sucesor al otro lado del Atl¨¢ntico buscando inversores.
Cuando los dos capitanes retirados coincidan de nuevo, ser¨¢ interesante observar c¨®mo gestionan su relaci¨®n. De Freitas es el mejor colocado para suceder al ultraderechista. Le sigue otro gobernador, el de Minas Gerais, el empresario Romeu Zema. En el horizonte asoma otra opci¨®n mucho menos convencional: la anterior primera dama, Michelle Bolsonaro, 41 a?os, evang¨¦lica y con una oratoria que ya querr¨ªa su marido, que no ve la idea con buenos ojos. Los hijos del primer matrimonio de Bolsonaro parecen descartados. Nunca han gozado de la popularidad del jefe del clan.
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