V¨ªa libre hacia la impunidad
La decisi¨®n del Supremo de EE UU que declara a Trump elegible para la Presidencia puede derivar en que el millonario quede exonerado de responder por los cargos que se le imputan
Donald Trump es elegible. Por unanimidad han sentenciado los nueve magistrados del Tribunal Supremo, ¨²nicos y m¨¢ximos int¨¦rpretes de la Constituci¨®n. Lo hicieron el lunes, apresurados ante ...
Donald Trump es elegible. Por unanimidad han sentenciado los nueve magistrados del Tribunal Supremo, ¨²nicos y m¨¢ximos int¨¦rpretes de la Constituci¨®n. Lo hicieron el lunes, apresurados ante el Supermartes, para que el nombre del expresidente pudiera constar en las papeletas en la jornada decisiva que junta las primarias de 15 Estados.
La jurisprudencia no afecta a la velocidad con la que act¨²an los magistrados, que var¨ªa a gusto de la abrumadora mayor¨ªa que lo conforma, seis conservadores frente a tres progresistas. Cuando Jack Smith, fiscal especial que se ocupa del papel de Trump en el asalto al Capitolio, pidi¨® en diciembre a los nueve jueces que resolvieran si el acusado gozaba de inmunidad presidencial recibi¨® una inmediata y desde?osa negativa a considerar el caso, pero se ha tomado todo el tiempo para resolver id¨¦ntica cuesti¨®n cuando ha sido el propio acusado el que lo ha solicitado ante la sentencia de un tribunal de apelaci¨®n que rechaz¨® la inmunidad absoluta que reclamaba.
La dilaci¨®n y el control del calendario son esenciales en la estrategia de Trump para llegar a la Casa Blanca sin haber sido condenado y utilizar entonces sus poderes para exonerarse a s¨ª mismo de los 91 cargos penales que se le imputan en cuatro procesos judiciales en marcha. Para conseguir la impunidad, deb¨ªa saltar antes el obst¨¢culo que representaba la decimocuarta enmienda de la Constituci¨®n, el texto que declara inelegibles a quienes hayan participado en una insurrecci¨®n. Y esto ya est¨¢ hecho. El Supremo ha decidido que tal limitaci¨®n de derechos, pensada para los confederales esclavistas derrotados en la guerra civil, no pod¨ªa aplicarse directamente, y quien menos pod¨ªa hacerlo eran los jueces de un Estado federado, como es el caso de Colorado.
Hay pocas dudas sobre la intentona de Trump de perpetuarse en la presidencia en 2021 tras perder las elecciones, incluyendo sus interferencias en el recuento electoral y luego en la coacci¨®n sobre los congresistas. No es una cuesti¨®n que haya interesado al Supremo, a pesar de que tanto la sentencia de Colorado como el proceso de impeachment en el Congreso reconocen el car¨¢cter insurreccional de su actuaci¨®n. Los nueve jueces han establecido, en cambio, que solo el Congreso puede legislar sobre su inelegibilidad, una forma sencilla de dificultarla con una disciplinada mayor¨ªa republicana en la C¨¢mara de Representantes y la inalcanzable mayor¨ªa cualificada dem¨®crata en el Senado.
De esta conclusi¨®n, que da v¨ªa libre a Trump en direcci¨®n a la impunidad, discrepan las cuatro juezas del Supremo, y no tan solo las tres progresistas, sino tambi¨¦n la conservadora Amy Coney Barrett, todas disconformes con una muestra de activismo y de falta de contenci¨®n de los otros seis jueces, todos hombres y conservadores, y de tan conservadores tan trumpistas. Si le acompa?an los votos, Donald Trump, ya elegible, ser¨¢ inmune e impune como un rey, a solas por encima de la Constituci¨®n.