Es bueno contar las cosas
Una ficci¨®n sobre el atentado del 11-M que ¡°revent¨®¡± Espa?a hace 20 a?os recibe aplausos hasta en X
Las historias extraordinarias han dado muchos disgustos al periodismo. El bueno ejemplar, el malo diab¨®lico, el desgraciado tr¨¢gico¡ Relatos incre¨ªbles que en realidad son mentira. La lista es interminable: Enric Marco, la v¨ªctima del Holocausto que nunca lo fue, Alicia Esteve (o Tania Head), la superviviente de los atentados de las Torres Gemelas que no estuvo ah¨ª, la falsa cura para Nadia, Manel...
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Las historias extraordinarias han dado muchos disgustos al periodismo. El bueno ejemplar, el malo diab¨®lico, el desgraciado tr¨¢gico¡ Relatos incre¨ªbles que en realidad son mentira. La lista es interminable: Enric Marco, la v¨ªctima del Holocausto que nunca lo fue, Alicia Esteve (o Tania Head), la superviviente de los atentados de las Torres Gemelas que no estuvo ah¨ª, la falsa cura para Nadia, Manel y los 35 a?os que no pas¨® en coma o el ni?o de ocho a?os heroin¨®mano e inventado que le vali¨® un Pulitzer a Janet Cooke.
Hay f¨®rmulas contra el embrujo del relato perfecto. La primera, cierta desconfianza a los finales redondos, los personajes sin fisuras y las narraciones heroicas. Y despu¨¦s, aproximarse y contrastar. Si de cerca tampoco existen matices, malo. Porque el villano nunca se mira al espejo y se ve a s¨ª mismo como tal, recuerda el periodista Patrick Radden Keefe, especialista en contar en profundidad temas dif¨ªciles, como el papel de la estirpe de los Sackler en la crisis de los opi¨¢ceos en Estados Unidos ¨DEl imperio del dolor¨D o las batallas internas del IRA ¨DNo digas nada (ambas de Reservoir Books)¨D.
El riesgo evidente de esa aproximaci¨®n es la empat¨ªa, que puede convertirse en ¡°la manifestaci¨®n buenista del noble sentimiento de la compasi¨®n¡±, como dice el doctor en filosof¨ªa Gregorio Luri. El equilibrio es complicado: acercarse mucho para contar la verdad, pero distanciarse lo suficiente para no justificar hasta la peor de las monstruosidades. Cierta ¡°resistencia a comprenderlo todo muy bien, porque comprenderlo todo es perdonarlo todo¡±, que reza un recorte de una columna sin atribuir, tuiteada por el periodista Miguel ?ngel Jimeno.
Este fin de semana ha pasado en X algo un poco raro. Y es que una de esas historias complejas, contada de cerca, y que encima trata del pasado reciente y atroz de Espa?a, no est¨¢ siendo linchada. Al menos, por ahora. La serie de ficci¨®n Nos vemos en otra vida, sobre la trama asturiana que proporcion¨® los explosivos a la c¨¦lula yihadista que atent¨® hace 20 a?os en Madrid, se ha estrenado entre aplausos, tambi¨¦n en el reino de Elon Musk. ¡°Una serie impecable sobre una de las caras m¨¢s estremecedora del 11-M. Una adaptaci¨®n fiel y respetuosa, explorando vidas desgraciadas con un casting excepcional. Una ficci¨®n que no blanquea, sino que impacta¡±, resume el usuario Christian Arroyo.
Los hermanos S¨¢nchez-Cabezudo relatan c¨®mo la vida ap¨¢tica de delincuentes comunes, sin m¨¢s futuro que las rayas de coca en el coche, la m¨²sica m¨¢quina y las tardes de porros y videojuego, explica su colaboraci¨®n en el peor atentado de la historia de Espa?a. Todos ellos liderados por Emilio Su¨¢rez Trashorras, condenado a 34.715 a?os por cooperar en el asesinato de 192 personas. Que adem¨¢s interpreta fabulosamente, seg¨²n aclamaci¨®n popular tuitera, Pol L¨®pez.
Solo unos pocos entienden la obra como un intento de ¡°dibujar a la trama asturiana como unas pobres v¨ªctimas de sus circunstancias¡±. O a medio camino entre un ¡°trabajo interesante¡±, pero que deja ¡°de pobrecito¡± al protagonista, Gabriel Montoya Vidal, condenado por transportar una mochila con explosivos de Avil¨¦s a Madrid con 16 a?os.
¡°Yo no s¨¦ si Espa?a est¨¢ preparada para una ficci¨®n sobre el atentado que nos revent¨®, que nos atraves¨®. ?Vosotros cre¨¦is que s¨ª?¡±, plantea el periodista de la SER Aimar Bretos, en un clip difundido en X. Uno de los directores, Jorge S¨¢nchez-Cabezudo, responde citando a Manuel Jabois cuando Montoya, cuya entrevista ha servido de base para la serie, le pregunt¨® si ¡°merec¨ªa la pena¡± explicar su historia, que para qu¨¦ serv¨ªa: ¡°Porque es bueno contar las cosas. Las cosas hay que contarlas¡±.