El gran bulo del 11-M: as¨ª se fabric¨® la teor¨ªa de la conspiraci¨®n tras los atentados
El Titadyn que apuntaba a ETA. La mochila de Vallecas. El ¨¢cido b¨®rico. La tarjeta del grupo Mondrag¨®n. La furgoneta Kangoo. El ¡°ni en desiertos remotos ni en monta?as lejanas¡±. Un recorrido por las insidias, mentiras y personajes que torpedearon la investigaci¨®n
Es un d¨ªa de primavera, casi verano, de 2006. En el palacio arzobispal de Madrid suena el tel¨¦fono. El alcalde de la ciudad, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, desea hablar con el cardenal Antonio Mar¨ªa Rouco Varela.
¡ªBuenos d¨ªas, alcalde.
¡ªBuenos d¨ªas, monse?or.
Ruiz-Gallard¨®n, quien adem¨¢s de alcalde de la capital de Espa?a es un destacado dirigente del Partido Popular (PP) y un cat¨®lico convencido, ha llamado a Rouco Varela para pedirle ayuda. Desde hace meses, sufre el ataque constante del periodista radiof¨®nico Federico Jim¨¦nez Losantos, quien, desde los micr¨®fonos de la Cope, la cadena de emisoras de la Conferencia Episcopal Espa?ola, insulta, ridiculiza, hace mofa profesional y tambi¨¦n personal de quienes no secundan la llamada ¡°teor¨ªa de la conspiraci¨®n¡±, aquella que pone en duda la investigaci¨®n oficial sobre los atentados yihadistas del 11 de marzo de 2004 en Madrid, que acabaron con la vida de 192 personas e hirieron a 1.900. El locutor llega a llamar al alcalde traidor, bandido y farsante porque, al contrario que otros muchos dirigentes del PP, no comparte los ataques a la instrucci¨®n del caso ni la teor¨ªa conspiratoria.
Rouco Varela, un cardenal que ha ejercido un gran poder en la Iglesia espa?ola y notable influencia en el Vaticano durante d¨¦cadas, atiende a Ruiz-Gallard¨®n. El alcalde se queja de que Jim¨¦nez Losantos siga vertiendo sobre ¨¦l acusaciones tan graves como que no le importan los muertos y los heridos del 11-M y que prefiere que no se investigue a los verdaderos autores. ¡°Es evidente¡±, llega a decir el locutor, ¡°que nos han enga?ado, que nunca fue Al Qaeda, que no sabemos qui¨¦n ha sido, pero s¨ª sabemos qui¨¦n ha sembrado de pruebas falsas el sumario y s¨ª sabemos a qui¨¦n ha beneficiado la masacre; lo sabemos perfectamente, ah¨ª est¨¢, en La Moncloa¡ As¨ª que lo repito, alcald¨ªn: 200 muertos, 1.500 heridos y un golpe brutal para echar a tu partido del Gobierno te dan igual, Gallard¨®n, con tal de llegar t¨² al poder¡±.
El cardenal Rouco escucha con paciencia las quejas del alcalde a trav¨¦s del tel¨¦fono, pero la respuesta deja helado al interlocutor:
¡ªNo comparto esos insultos, Alberto, pero no puedo hacer nada. Rezar¨¦ por ti.
¡°Se minti¨® conscientemente. No hay una sola de aquellas teor¨ªas de la conspiraci¨®n que tuviera una base s¨®lida. Pod¨ªan tener apariencia de verdad, pero eran mentira¡±.Javier G¨®mez Berm¨²dez
Fue el presidente del tribunal de la Audiencia Nacional que, el 31 de octubre de 2007, dict¨® la sentencia condenatoria contra los autores del atentado yihadista de Madrid. El fallo desbarat¨® las mentiras publicadas para obstaculizar el proceso.
Ya para entonces ¡ªdos a?os despu¨¦s de los atentados¡ª, hace tiempo que la Polic¨ªa, la Guardia Civil y los servicios de inteligencia han puesto en manos del juez Juan del Olmo y de la fiscal Olga S¨¢nchez, instructores del caso en la Audiencia Nacional, un sinf¨ªn de pruebas que demuestran la participaci¨®n de un grupo de terroristas yihadistas, algunos de los cuales fueron detenidos en los d¨ªas siguientes a los atentados y otros se suicidaron con explosivos el 3 de abril en un piso de la localidad madrile?a de Legan¨¦s tras ser descubiertos y sitiados por agentes del Grupo Especial de Operaciones (GEO). Uno de los polic¨ªas, Francisco Javier Torronteras, muri¨® durante el asalto y se convirti¨® en la v¨ªctima n¨²mero 193. Pero a pesar de que no existe ning¨²n indicio que conduzca a la autor¨ªa de la banda terrorista ETA, Jim¨¦nez Losantos, junto al entonces director del diario El Mundo, Pedro J. Ram¨ªrez, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, del PP, lideran una feroz campa?a que act¨²a en dos frentes, uno pol¨ªtico y otro medi¨¢tico. Por un lado, se ataca con dudas malintencionadas, e incluso con noticias falsas, la investigaci¨®n y a quienes la llevan a cabo; por otro, se intenta deslegitimar al Gobierno de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, surgido de las elecciones celebradas el 14 de marzo de 2004, porque, seg¨²n sostienen los l¨ªderes de las teor¨ªas conspiratorias, la victoria del PSOE se debe a un ¡°vuelco electoral¡± provocado por el atentado.
Hay historias reales dif¨ªciles de creer: los cuatro d¨ªas que se sucedieron entre el jueves 11 de marzo de 2004 y las elecciones generales del domingo siguiente; o los m¨¢s de dos a?os de intoxicaciones y mentiras disparatadas que transcurrieron hasta la celebraci¨®n del juicio; o el propio juicio, donde algunos abogados que ejerc¨ªan la acusaci¨®n por encargo de las v¨ªctimas se desentendieron de su cometido y defendieron la teor¨ªa de la conspiraci¨®n. Por eso merece la pena mirar aquellos hechos desde la perspectiva de los 20 a?os que se cumplen ahora. Y hacerlo desde el principio. Desde el momento justo en que una mentira ¡ª¡±expresi¨®n o manifestaci¨®n contraria a lo que se sabe, se piensa o se siente¡±, seg¨²n la definici¨®n del Diccionario de la RAE¡ª se convierte en un bulo, en una gigantesca ¡°noticia falsa propalada con alg¨²n fin¡±.
¡°Aquellos bulos provocaron una distorsi¨®n grave. Colocaron bajo sospecha la convicci¨®n que los ciudadanos debemos tener en una sociedad democr¨¢tica¡±.Mercedes Gallizo
La directora de Instituciones Penitenciarias nombrada por el Gobierno de Rodr¨ªguez Zapatero investig¨® durante a?os cualquier rastro de posible colaboraci¨®n en las c¨¢rceles entre terroristas de ETA y detenidos por yihadismo. No encontr¨® ninguno.
El fin que se busc¨® entonces ¡ªtal vez sin valorar las consecuencias que ha tenido hasta nuestros d¨ªas¡ª era nada m¨¢s y nada menos que la deslegitimaci¨®n de un Gobierno salido de las urnas mediante la construcci¨®n de una realidad paralela basada en datos falsos. El 11-M fue, de alguna manera, un anticipo en Espa?a de la era de la desinformaci¨®n a trav¨¦s de unos ¡°hechos alternativos¡± ¡ªcomo dir¨ªa muchos a?os despu¨¦s la consejera de Donald Trump Kellyanne Conway¡ª que, alimentados m¨¢s tarde por el creciente impacto de las redes sociales, han desembocado en la extrema polarizaci¨®n de la pol¨ªtica y de la vida ciudadana.
Durante las primeras horas de conmoci¨®n y de dolor que siguieron a los brutales atentados ¡ª10 artefactos ocultos en bolsas o mochilas explotaron entre las 7.36 y las 7.40 del jueves 11 de marzo en cuatro trenes de Cercan¨ªas de Madrid¡ª, casi todas las miradas se volvieron hacia ETA. Hasta el lehendakari, Juan Jos¨¦ Ibarretxe, llam¨® al presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, y al alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, y les expres¨® sus condolencias: ¡°Siento verg¨¹enza de que unos ciudadanos vascos hayan podido cometer este atentado¡±. El juez Baltasar Garz¨®n, que en aquel momento era titular del Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 5 de la Audiencia Nacional, se enter¨® enseguida de que la investigaci¨®n de los atentados le hab¨ªa correspondido a su compa?ero del Juzgado n¨²mero 6, Juan del Olmo, que era el que se encontraba de guardia aquella ma?ana, y aun as¨ª crey¨® conveniente trasladarse a los escenarios de la tragedia. Entre las 9.10 y las 9.30, llam¨® por tel¨¦fono al alcalde, con el que manten¨ªa una buena relaci¨®n. La conversaci¨®n, seg¨²n han confirmado ambos interlocutores, transcurri¨® en los siguientes t¨¦rminos.
¡°Yo creo que el PP estableci¨® una especie de silogismo: si es ETA, perjudica a la izquierda; si es terrorismo islamista, perjudica al Gobierno de Aznar¡±.Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero
El presidente del Gobierno salido de las urnas el 14 de marzo de 2004 intent¨® establecer, en las horas siguientes al atentado, un acuerdo con Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y con Mariano Rajoy para que todos los partidos se mostraran unidos. No fue posible.
¡ªBuenos d¨ªas, Alberto.
¡ªHola, Baltasar. ?Est¨¢s t¨² de guardia?
¡ªNo, por eso te llamo. La investigaci¨®n le ha correspondido a mi compa?ero Juan del Olmo. No s¨¦ si lo conoces¡
¡ªLo he saludado, pero no lo he tratado.
¡ªPues te pido que por favor le ayudes en todo lo que puedas, que pongas a su disposici¨®n la Polic¨ªa Municipal, el Samur, los bomberos¡
¡ªPor supuesto, Baltasar. ?Qu¨¦ hijos de puta los de ETA!
¡ªNo creo que haya sido ETA. Esto parece un atentado yihadista, terrorismo islamista¡
¡ª?C¨®mo? ?Pero en qu¨¦ te basas? Eres la primera persona que me lo dice¡
¡ªPor ahora es solo olfato, experiencia. No hay un objetivo militar, ni un juez, un pol¨ªtico, un periodista¡ Es un asesinato masivo, indiscriminado¡ No s¨¦, veremos.
Garz¨®n recuerda ¡ªy tiene apuntado en su diario¡ªtodos los pasos que dio aquella ma?ana. De la Audiencia Nacional se fue a la sede del Ministerio de Agricultura, situada frente a la estaci¨®n de Atocha, y all¨ª esper¨® ¡ªjunto al resto de jueces y funcionarios judiciales¡ª a que la Polic¨ªa les informara de que ya era posible bajar sin peligro a los andenes. ¡°Nunca se me olvidar¨¢n las im¨¢genes que vi. Me di cuenta de que aquello no parec¨ªa un atentado de ETA. Fue como si se me activara un mecanismo interior¡±. El juez, que desde 1988 hab¨ªa dirigido operaciones antiterroristas, contra comandos de ETA pero tambi¨¦n contra c¨¦lulas yihadistas ¡ªen noviembre de 2001, durante la Operaci¨®n D¨¢til, detuvo a algunos islamistas relacionados con los atentados del 11-S en Estados Unidos¡ª, empieza a atar m¨¢s cabos. Habla con los polic¨ªas que est¨¢n all¨ª y recibe llamadas de antiguos colaboradores, se interesa por los detalles. El tipo de explosivo, que no utilizaba ETA desde hac¨ªa 25 a?os; la rueda de prensa de Arnaldo Otegi, el l¨ªder de la entonces ilegalizada Batasuna, que niega tajantemente la participaci¨®n de ETA; el hallazgo de una furgoneta utilizada por los terroristas cuyas matr¨ªculas no hab¨ªan sido duplicadas ni hab¨ªan dejado un dispositivo trampa cargado con explosivos, como s¨ª sol¨ªa hacer la organizaci¨®n terrorista vasca para borrar huellas y, de paso, llevarse por delante a alg¨²n artificiero.
Garz¨®n asegura que, ¡°a partir de la una y media de la tarde, pero sobre todo de las tres¡±, llega a una conclusi¨®n: ¡°No hab¨ªa sido ETA. A las tres de la tarde, ni lo pensaba yo ni ninguno de los expertos de la polic¨ªa con los que habl¨¦. Y puedo garantizar que los polic¨ªas no se guardaron esa informaci¨®n, sino que, como hac¨ªan siempre en estos casos, se la transmitieron a sus superiores, y estos, a su ministro. Hasta el director de la Polic¨ªa [Agust¨ªn D¨ªaz de Mera, del PP] me dijo sobre esa hora que pensaba lo mismo que yo. Pero luego a?adi¨®: ¡®Baltasar, las ¨®rdenes las imparte el presidente del Gobierno. Punto¡¯. Y as¨ª lo anot¨¦ en el diario que escrib¨ª aquella noche¡±.
¡°A las 9.30 llam¨¦ al alcalde Ruiz-Gallard¨®n desde Atocha y le dije que aquello no ten¨ªa pinta de ser un atentado de ETA. A las 15.00 ya estaba seguro¡±.Baltasar Garz¨®n
Era en aquel momento el juez de instrucci¨®n n¨²mero 5 de la Audiencia Nacional, experto en la lucha contra el terrorismo de ETA y Al Qaeda. Habl¨® con los agentes sobre el terreno y con sus jefes: ¡°Los polic¨ªas transmitieron a los pol¨ªticos la informaci¨®n que ten¨ªan en tiempo real¡±.
En este relato las horas importan. A las 13 horas, 6 minutos y 45 segundos del 11 de marzo, la centralita de EL PA?S registra una llamada procedente del palacio de la Moncloa. Es Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, el presidente del Gobierno durante los ¨²ltimos ocho a?os, el mismo que hab¨ªa designado a dedo a Mariano Rajoy como su sucesor despu¨¦s de descartar a Rodrigo Rato; el presidente que hab¨ªa llegado al poder en 1996 precedido de una aureola de ciudadano corriente, austero; incluso Rodrigo Rato, que hab¨ªa sido su vicepresidente econ¨®mico, lleg¨® a decir de ¨¦l: ¡°A los poderes f¨¢cticos les jode Aznar, porque no ha adquirido con ellos ning¨²n compromiso¡±. No se sabe si por el s¨ªndrome de La Moncloa, que va aislando a los presidentes conforme se van sintiendo c¨®modos en el palacio, o por la mayor¨ªa absoluta obtenida en marzo de 2000, aquel supuesto enemigo de los poderes f¨¢cticos y del lujo mundano se fue transformando hasta el punto de que, el 5 de septiembre de 2002, cas¨® a su hija en El Escorial, ante 1.100 invitados, incluidos los Reyes de Espa?a, tres jefes de Gobierno y un jefe de Estado.
Seg¨²n coinciden las fuentes consultadas ¡ªentre ellos antiguos altos cargos del PP¡ª, Aznar se aferr¨® a la autor¨ªa de ETA en el atentado del 11-M porque, si efectivamente hab¨ªan sido los islamistas, los votantes castigar¨ªan en las urnas al Partido Popular por su apoyo ¡ªaquella foto de las Azores junto a George W. Bush y Tony Blair¡ª a la invasi¨®n de Irak. Ya no estaba solamente en disputa el resultado de unas elecciones en las que compet¨ªan dos candidatos primerizos, Mariano Rajoy, por parte del PP, y Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, por el PSOE; tambi¨¦n estaba en juego su propio legado. En vez de la feliz retirada que hab¨ªa dise?ado a su medida ¡ªdos mandatos y un sucesor designado¡ª, se enfrentaba al peligro de la derrota y el deshonor. Y trat¨® de conjurarlo de la misma manera que hab¨ªa afrontado la marea negra del Prestige, las multitudinarias manifestaciones contra la guerra de Irak o el accidente a¨¦reo del Yak-42: negando la realidad y persiguiendo al discrepante.
¡°Me llam¨® Aznar la ma?ana del 11-M. Le expres¨¦ mis dudas de que hubiera sido ETA. Y me dijo: ¡®?No me crees?¡±.Jos¨¦ Antonio Zarzalejos
El director de Abc mantuvo al diario conservador alejado de la conspiraci¨®n, a pesar de las presiones del PP y los duros ataques de Jim¨¦nez Losantos.
Jes¨²s Ceberio, entonces director de EL PA?S, no grab¨® la llamada de Aznar, pero s¨ª recuerda lo que le cont¨® el presidente del Gobierno en el ¡°minuto y 51 segundos¡± que dur¨® la comunicaci¨®n: ¡°Yo le dije: ¡®Hola, presidente¡¯. ?l fue al grano y me transmiti¨® su absoluta certeza de que el atentado hab¨ªa sido obra de ETA. Y a?adi¨®: ¡®Lo han intentado en varias ocasiones y lamentablemente esta vez lo han conseguido¡±. Como relata en su libro La llamada (Debate), a punto de publicarse, la conversaci¨®n con Aznar lo llev¨® a cambiar la portada de la edici¨®n especial vespertina para incluir la palabra ETA. Otro de los directores que recibieron la llamada de Aznar fue Jos¨¦ Antonio Zarzalejos, que entonces estaba al frente del diario Abc. Aquella conversaci¨®n fue m¨¢s temprana ¡ª?sobre las 11.00, dos horas antes de la llamada a Ceberio¡ª y significativamente m¨¢s extensa, pero sobre todo tiene un inter¨¦s particular, porque aqu¨ª Aznar no solo emite un mensaje, sino que tambi¨¦n recibe una reflexi¨®n que contradice su teor¨ªa. ¡°Me dice el presidente¡±, recuerda Zarzalejos, ¡°que estamos ante una tragedia de grandes dimensiones, aunque todav¨ªa entonces pens¨¢bamos que hab¨ªan muerto 80 personas y luego se lleg¨® hasta 192. Yo le expreso mi primera duda, que es la magnitud del atentado. Y se lo razono, le doy mi opini¨®n¡±.
Los argumentos que Zarzalejos ofrece a Aznar aquella ma?ana proceden de su propia experiencia. Antes de ser director de Abc, lo ha sido de El Correo en Bilbao, ha estado bajo la mira de ETA durante muchos a?os ¡ªsufri¨® dos intentos de atentado, en 1994 y 1997¡ª y dispone de muchas fuentes en el Pa¨ªs Vasco, incluso en el entorno de la izquierda abertzale. ¡°Le digo a Aznar que cuando ETA pasa determinadas l¨ªneas de crueldad cuantitativa o cualitativa entra en una crisis interna. Yo recordaba bastante bien lo que hab¨ªa ocurrido en Hipercor, en Vic, en Zaragoza, y lo que ocurre en 1997 con la crueldad extrema del secuestro y asesinato de Miguel ?ngel Blanco. Aquellos atentados tan brutales hab¨ªan tenido un gran impacto en la organizaci¨®n terrorista, porque su gente, sus simpatizantes, se desagregaban, y por tanto, desde hac¨ªa un tiempo ETA med¨ªa el grado de crueldad. Me acuerdo de que llegu¨¦ a decirle al presidente del Gobierno: ¡®Si ha sido ETA, imagino que en estos momentos los de Batasuna se estar¨¢n yendo al sur de Francia¡¡¯. Y, entonces, el presidente me hizo una pregunta ret¨®rica: ¡®?No me crees?¡±.
¡°George W. Bush me pidi¨® hablar a solas y me dijo: ¡®Mis servicios me dicen que a lo mejor no ha sido ETA¡±.Javier Rup¨¦rez
Era embajador de Espa?a en Estados Unidos cuando se produjeron los atentados. Transmiti¨® a Aznar el mensaje del presidente de EE UU.
La conversaci¨®n con el director de Abc no es la ¨²nica en la que, de primera mano, sin subordinados que pudieran acomodar m¨¢s o menos la realidad a lo que deseaba escuchar el jefe, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar recibe informaci¨®n directa, y tambi¨¦n contradictoria con la tesis que el Gobierno ya hab¨ªa adoptado y a la que se seguir¨ªa agarrando hasta la jornada electoral del 14 de marzo. Hay otra informaci¨®n de especial relevancia que le llega directamente desde Washington. Javier Rup¨¦rez, que entonces era el embajador de Espa?a en Estados Unidos y que en 1979 hab¨ªa sido secuestrado por ETA, recibe la visita de George W. Bush la tarde del viernes 12 de marzo. ¡°En un momento determinado¡±, recuerda Rup¨¦rez, ¡°el presidente Bush, que hab¨ªa acudido a la Embajada acompa?ado de su esposa y de la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, me dice que si podr¨ªamos conversar a solas. Lo acompa?o a mi despacho y me pregunta: ¡®?Qui¨¦n cree usted y qui¨¦n cree su Gobierno que ha sido el autor del atentado?¡¯. Yo le digo que en ambos casos creemos que es ETA. Y entonces Bush me contesta: ¡®Pues mis servicios me dicen que a lo mejor no han sido ellos, sino que han sido otros¡¡¯. Se me qued¨® grabada aquella conversaci¨®n porque era una informaci¨®n muy significativa, por tratarse de quien me la transmit¨ªa y porque dijera que a lo mejor no hab¨ªa sido ETA. Tom¨¦ nota y lo transmit¨ª a Madrid¡¡±.
Tambi¨¦n el entonces candidato socialista, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, trata de establecer una v¨ªa de comunicaci¨®n con Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. ¡°No fue f¨¢cil aquella conversaci¨®n¡±, recuerda, ¡°le ped¨ª que convocara a todos los partidos pol¨ªticos ese mismo d¨ªa. Pero ¨¦l no lo vio, no lo acept¨®. Me dijo: ¡®Espero que ahora nadie ponga en duda que esto fue un atentado terrorista¡¯. No result¨® f¨¢cil hablar con ¨¦l, no. La conversaci¨®n con Aznar fue tan dif¨ªcil que despu¨¦s llam¨¦ a Mariano Rajoy, que era el candidato, a ver si ¨¦l pod¨ªa conseguir una cierta foto de unidad de todos los partidos, pero tampoco lo consegu¨ª. Yo creo que ya en ese momento el PP hab¨ªa establecido esa especie de silogismo: si es ETA, perjudica a la izquierda; si es terrorismo islamista, perjudica al Gobierno¡±.
Aqu¨ª pod¨ªamos situar la frontera de la mentira, el amplio zagu¨¢n que no se convertir¨¢ en bulo hasta unos meses m¨¢s tarde. En las v¨ªsperas de la jornada electoral, la batalla contra la desinformaci¨®n del Gobierno se libra en las calles y por mensajes de texto ¡ªa¨²n no existen redes sociales ni por supuesto WhatsApp, que habr¨ªan elevado la discusi¨®n y la difusi¨®n de noticias falsas hasta un nivel impensable entonces¡ª. Durante la manifestaci¨®n multitudinaria del viernes 12 de marzo por la tarde hay un grito que se eleva sobre la conmoci¨®n del suceso: ¡°?Qui¨¦n ha sido?¡±. Parece una pregunta, pero lleva la respuesta dentro. Muchos ciudadanos, no todos necesariamente de izquierdas, sienten que su Gobierno no les est¨¢ transmitiendo toda la informaci¨®n de que dispone. La noche del viernes, cuando la investigaci¨®n ya ha descartado de plano la autor¨ªa de ETA, Telemadrid emite Asesinato en febrero, un documental sobre el atentado de la banda terrorista que acab¨® con la vida del pol¨ªtico socialista Fernando Buesa y de su escolta.
Es al d¨ªa siguiente, s¨¢bado 13, cuando el dirigente socialista Alfredo P¨¦rez Rubalcaba comparece y pronuncia dos frases que se graban a fuego: ¡°Los ciudadanos espa?oles se merecen un Gobierno que no les mienta. Un Gobierno que les diga siempre la verdad¡±.
Aqu¨ª podr¨ªamos situar el final de la mentira, y el inicio del gran bulo.
El d¨ªa 3 de mayo de 2006, dos a?os despu¨¦s del atentado, el diario El Mundo titul¨® a todo trapo en su portada: ¡°La furgoneta del 11-M ten¨ªa una tarjeta del grupo Mondrag¨®n en el salpicadero¡±. En el texto de la noticia se dec¨ªa que un polic¨ªa de paisano vio ¡°la tarjeta¡± a trav¨¦s del salpicadero de la furgoneta Kangoo utilizada por los terroristas, que inform¨® a trav¨¦s de su transmisor port¨¢til y que alrededor de 40 agentes pudieron escuchar en directo aquel dato tan relevante ¡°que apuntaba a ETA¡±. Dec¨ªa tambi¨¦n que la ¡°tarjeta¡± ten¨ªa un ¡°n¨²mero de tel¨¦fono cuyo prefijo apuntaba al norte¡±. El diario de Pedro J. Ram¨ªrez presentaba la noticia como una exclusiva, y a?ad¨ªa que ni ?ngel Acebes, el ministro del Interior del Gobierno de Aznar, ni Juan del Olmo, el juez instructor del caso, hab¨ªan llegado a conocer ese dato. Y en esto ¨²ltimo ten¨ªan raz¨®n. Sobre todo, porque la informaci¨®n era falsa, aunque no por falsa menos malintencionada: escribir que la tarjeta era del ¡°grupo Mondrag¨®n¡± y que el tel¨¦fono ¡°apuntaba al norte¡± buscaba que cualquier lector, de un simple vistazo al quiosco, pudiera inferir que, efectivamente, all¨ª estaba el rastro de ETA. Y, por si alguien hab¨ªa dudado, el ya exministro del PP Eduardo Zaplana se hac¨ªa eco al d¨ªa siguiente del infundio en un programa de Antena 3: ¡°La tarjeta existe con toda seguridad¡±. La realidad era bien distinta. Lo que se hab¨ªa encontrado en la furgoneta era una cinta de casete de la Orquesta Mondrag¨®n, y no una tarjeta del grupo Mondrag¨®n ¡ªla asociaci¨®n de cooperativas vascas¡ª, y el supuesto tel¨¦fono que ¡°apuntaba al norte¡± proced¨ªa en realidad de una tarjeta de visita de Gr¨¢ficas Bilba¨ªnas, una empresa radicada en Madrid.
Ah¨ª est¨¢, en solo un p¨¢rrafo, el esquema de funcionamiento del gran bulo que, durante meses, a?os incluso, aliment¨® la teor¨ªa de la conspiraci¨®n. El mecanismo siempre era m¨¢s o menos el mismo. El Mundo publicaba de madrugada una noticia enga?osa, Federico Jim¨¦nez Losantos le daba p¨¢bulo por la ma?ana en la Cope y el PP la convert¨ªa en oficial a trav¨¦s de declaraciones p¨²blicas de sus dirigentes. Otras veces, el sentido se invert¨ªa: el PP hac¨ªa una pregunta parlamentaria y eran los medios afines los que la convert¨ªan despu¨¦s en una noticia. En dos a?os, el partido de Mariano Rajoy formul¨® m¨¢s de 400 preguntas parlamentarias sobre estos asuntos.
¡°No creo que los yihadistas detenidos tuvieran capacidad operativa para cometer un atentado as¨ª¡±.Vicente Mart¨ªnez-Pujalte
Diputado del Partido Popular (PP) entre 1993 y 2016, sigui¨® el argumentario de su partido que cuestionaba la instrucci¨®n y la autor¨ªa del atentado.
Tambi¨¦n se uni¨® al canal conspiratorio Telemadrid, la televisi¨®n p¨²blica que controlaba con mano de hierro la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, quien adem¨¢s ten¨ªa motivos particulares para a?adir le?a al fuego: dos de sus enemigos ¨ªntimos dentro del PP ¡ªAlberto Ruiz-Gallard¨®n y Mariano Rajoy¡ª figuraban entre las v¨ªctimas propiciatorias de los ataques de Jim¨¦nez Losantos.
El sistema era perfecto porque todos sal¨ªan ganando. El PP asum¨ªa el papel de agraviado, la v¨ªctima electoral de una oscura conspiraci¨®n urdida por pol¨ªticos socialistas, polic¨ªas corruptos, jueces y fiscales vendidos o ineficaces, agentes secretos de potencias extranjeras, terroristas de ETA en connivencia con los yihadistas¡ Para El Mundo, el negocio era redondo, sobre todo porque su principal competidor en aquellos tiempos, el diario Abc, decidi¨® apostar por el periodismo en vez de por la conspiraci¨®n y, cada d¨ªa, con la puntualidad de una misa de ocho, su director, Jos¨¦ Antonio Zarzalejos, recib¨ªa el oportuno correctivo por parte de Jim¨¦nez Losantos, quien adem¨¢s de locutor en la Cope era columnista en El Mundo y propietario de Libertad Digital, otro de los medios afines a la conspiraci¨®n. ¡°Entre 2006 y 2007¡å, recuerda el entonces director de Abc, ¡°perdimos del orden de 20.000 ejemplares. Hay que tener en cuenta que el boicot era muy espec¨ªfico, porque la Cope era una emisora que impactaba de lleno en un espectro de la audiencia que era tambi¨¦n lector de Abc. Y muchas ma?anas, en antena, [Jim¨¦nez Losantos] daba el tel¨¦fono de las suscripciones de Abc para que la gente llamara y se diera de baja. Me acuerdo de que hasta me llam¨® la duquesa de Alba para mostrarme su preocupaci¨®n por la l¨ªnea de Abc¡ Eso significaba que la campa?a contra nosotros les estaba funcionando¡±. Zarzalejos fue destituido como director de Abc en febrero de 2008.
La noticia falsa de la supuesta tarjeta del grupo Mondrag¨®n solo fue una m¨¢s de la larga cadena de mentiras y medias verdades. Entre las m¨¢s destacadas, la de la mochila ¡ªaunque en realidad era una bolsa¡ªque no estall¨® y que, gracias a que fue desactivada en un parque de Vallecas, condujo a la Polic¨ªa hasta los autores de la matanza. Para El Mundo, la cadena de custodia policial de aquella bolsa se hab¨ªa roto y cualquiera pudo haberla colocado all¨ª para dirigir la investigaci¨®n hacia los islamistas. Rajoy asumi¨® la intoxicaci¨®n ¡ªdescartada despu¨¦s por la sentencia¡ª y, sin encomendarse ni a Dios ni al diablo, denunci¨® p¨²blicamente: ¡°?D¨®nde estaba la mochila? ?Qui¨¦n la puso all¨ª? Esto es enormemente grave. La obligaci¨®n de la polic¨ªa es explicarlo. Si esto se confirma, podr¨ªa anular la investigaci¨®n y podr¨ªa anular el sumario¡±. Por supuesto nada de eso sucedi¨®, pero, a pesar de que hab¨ªan pasado dos a?os, la semilla de la sospecha segu¨ªa sembr¨¢ndose.
Otra de las supuestas exclusivas de El Mundo y la Cope, tal vez una de las m¨¢s estrafalarias, fue la que, tambi¨¦n en portada, se titul¨® as¨ª: ¡°Interior falsific¨® un documento para ocultar al juez lazos entre el 11-M y ETA¡±. Uno de los subt¨ªtulos explicaba en qu¨¦ consist¨ªa la supuesta noticia: ¡°Tres peritos certificaron que la misma sustancia hallada en el domicilio del presunto instigador de la masacre, Hassan el Haski, hab¨ªa sido encontrada tambi¨¦n en el piso franco de un comando de ETA en Salamanca¡±. ?D¨®nde estaba el truco? En que la ¡°sustancia¡± era ¨¢cido b¨®rico, un producto que se vende libremente en droguer¨ªas y que sirve para matar cucarachas o para combatir el olor de pies, jam¨¢s para fabricar bombas. Un polic¨ªa que registr¨® el piso del yihadista hizo constar la coincidencia en un borrador del informe, su superior lo quit¨® del informe definitivo que elev¨® al juez porque aquello no ten¨ªa relevancia, pero El Mundo public¨® en portada a cinco columnas la copia de sendos documentos para denunciar que Interior, ya bajo el mando de un ministro socialista, estaba ocultando pruebas. La noticia la firmaba Casimiro Garc¨ªa-Abadillo, entonces vicedirector de El Mundo.
¡°Cometimos errores, pero de buena fe. Nos mov¨ªa una voluntad genuinamente period¨ªstica¡±.Casimiro Garc¨ªa-Abadillo
Casimiro Garc¨ªa-Abadillo. Fue uno de los periodistas que firmaron las noticias del 11-M en El Mundo. Tras la salida de Pedro J. Ram¨ªrez fue director del diario.
Hubo una historia en la que la connivencia de los responsables de la matanza y los periodistas abonados a la conspiraci¨®n pudo rayar lo delictivo. El exminero Emilio Su¨¢rez Trashorras fue detenido d¨ªas despu¨¦s de los atentados por facilitar a los terroristas los explosivos para cometer los atentados. En septiembre de 2006, concedi¨® una entrevista a El Mundo cuyo t¨ªtulo fue: ¡°Soy una v¨ªctima de un golpe de Estado encubierto tras un grupo de musulmanes¡±. M¨¢s tarde, les lleg¨® a confiar a sus padres durante una conversaci¨®n desde la c¨¢rcel: ¡°Si El Mundo paga, les cuento la Guerra Civil¡±. Trashorras admiti¨® a?os despu¨¦s que implic¨® a ETA para generar confusi¨®n, y que la l¨ªnea editorial de El Mundo era la que m¨¢s le conven¨ªa a sus intereses. Fue condenado a 34.715 a?os de c¨¢rcel por su participaci¨®n en los atentados. A¨²n sigue en prisi¨®n.
Ninguna de aquellas falsas pol¨¦micas era inocente. Ten¨ªan un objetivo. Los jueces, fiscales, polic¨ªas, periodistas o pol¨ªticos que se plantaron ante la conspiraci¨®n ¡ªa pesar de que muchos de ellos pertenec¨ªan a la ¨®rbita pol¨ªtica y sociol¨®gica del PP¡ª empezaron a ser atacados sin piedad, en el ¨¢mbito profesional y tambi¨¦n en el personal, con graves repercusiones familiares. Ya han quedado rese?ados aqu¨ª los casos del alcalde Ruiz-Gallard¨®n y del periodista Zarzalejos, pero tambi¨¦n fueron muchos los polic¨ªas que sufrieron las consecuencias. Entre ellos, Juan Jes¨²s S¨¢nchez Manzano, Rodolfo Ruiz o Telesforo Rubio.
A S¨¢nchez Manzano, que era comisario jefe de los Tedax (la unidad de desactivaci¨®n de explosivos de la Polic¨ªa), ex altos cargos del Gobierno del PP le pidieron, justo antes de que se inaugurase la comisi¨®n de investigaci¨®n del 11-M en el Congreso (en julio de 2004), que admitiera que los artificieros de la Polic¨ªa hab¨ªan hablado de la existencia de Titadyn ¡ªel explosivo usado habitualmente de ETA¡ª en el escenario de los atentados yihadistas. ¡°Me lo pidieron¡±, relat¨® en una entrevista con este peri¨®dico, ¡°para poder explicar su error. Pero me negu¨¦ porque era mentira. Y entonces, a medida que se acercaba la comisi¨®n parlamentaria, algunos periodistas, como Pedro J. Ram¨ªrez, Casimiro Garc¨ªa-Abadillo o Federico Jim¨¦nez Losantos, comenzaron a difundir teor¨ªas para tratar de mantener la relaci¨®n de los atentados con ETA. Fueron creando lo que luego se llam¨® la teor¨ªa de la conspiraci¨®n. Llegaron a decir cosas tan delirantes como que la mochila que conten¨ªa la bomba hallada en el Puente de Vallecas la ten¨ªa yo en la cocina de mi casa¡±.
Rodolfo Ruiz, que era el comisario jefe de Vallecas, recuerda aquella ¨¦poca con mucho dolor: ¡°Un d¨ªa me encerr¨¦ a escuchar todo lo que Jim¨¦nez Losantos hab¨ªa dicho de m¨ª. Fue tan duro que todav¨ªa se me saltan las l¨¢grimas¡ Lleg¨® a decir, y luego lo repiti¨® El Mundo, que yo hab¨ªa colaborado en la matanza y que hab¨ªa llenado de pruebas falsas el sumario. Aquello lo escuchaba, l¨®gicamente, todo mi entorno familiar, la gente del pueblo¡ Mi hija y mi esposa cayeron en una depresi¨®n, y mi mujer acab¨® quit¨¢ndose la vida¡±.
Telesforo Rubio, que fue nombrado comisario general de Informaci¨®n por el Gobierno de Rodr¨ªguez Zapatero, aporta un dato: ¡°En los dos a?os que estuve en el cargo, desde 2004 a 2006, detuvimos a 123 terroristas de ETA, rastreamos si alguno de ellos hab¨ªa tenido alguna relaci¨®n con los yihadistas, y no sali¨® nada. Pero esa insistencia de la teor¨ªa de la conspiraci¨®n, cada ma?ana, en el peri¨®dico o en la radio, nos obligaba a hacer un repaso completo de todas las actuaciones, por si hab¨ªa algo, pero no hab¨ªa nada. Y a la ma?ana siguiente, vuelta a empezar¡±.
¡°Entre 2004 y 2006, detuvimos a 123 terroristas de ETA. Buscamos conexiones con yihadistas. No las hab¨ªa¡±.Telesforo Rubio
Comisario general de Informaci¨®n tras el atentado del 11-M. ¡°Cada d¨ªa investigaba cualquier atisbo de veracidad en los bulos¡±.
Es una situaci¨®n parecida a la que relata Mercedes Gallizo, que fue nombrada por Rodr¨ªguez Zapatero directora general de Instituciones Penitenciarias nada m¨¢s llegar al Gobierno. ¡°Si la primera fase de la teor¨ªa de la conspiraci¨®n fue la de decir que fue ETA¡±, explica, ¡°y la segunda la de que, bueno, habr¨¢n sido los yihadistas, pero no ten¨ªan capacidad de hacerlo solos, as¨ª que estar¨¢ ETA detr¨¢s; la tercera era la de introducir la duda. Nos vimos atrapados entonces en un mont¨®n de preguntas parlamentarias del PP que intentaban demostrar lo que no hab¨ªa, pero que aun as¨ª ten¨ªamos que investigar. No se encontr¨® nada sospechoso, no hab¨ªa nada, era evidente que no lo hab¨ªa, pero tuvimos que poner a muchos funcionarios a trabajar para buscar un fantasma. Porque es muy dif¨ªcil desmontar un bulo, pero desmontar una duda es much¨ªsimo m¨¢s dif¨ªcil a¨²n. Pero se intent¨®, se hizo un gran esfuerzo y se lleg¨® a la conclusi¨®n evidente de que no hab¨ªa nada¡±.
De aquella ¨¦poca, Gallizo guarda una reflexi¨®n con un retrogusto amargo: ¡°Todas aquellas teor¨ªas provocaron una distorsi¨®n grave. Colocaron bajo sospecha la convicci¨®n que los ciudadanos debemos tener en una sociedad democr¨¢tica: la seguridad de que la Polic¨ªa funciona, de que no miente ni fabrica pruebas falsas, de que no existe una conspiraci¨®n permanente en la que est¨¢n mezclados los servicios de inteligencia, la Guardia Civil, los jueces¡ Todo eso crea un ambiente muy corrosivo, y yo creo que aquella din¨¢mica termin¨® pervirtiendo tanto las relaciones pol¨ªticas que sus efectos llegan hasta nuestros d¨ªas. El no aceptar que te has equivocado, no pedir disculpas, incluso hacer todo lo contrario: deslegitimar al que no piensa como t¨², tratar al adversario como enemigo¡±.
Hubo tres personas que, adem¨¢s de los pol¨ªticos, polic¨ªas y periodistas citados, sufrieron especialmente el ataque de los portavoces de la mentira. El juez Juan del Olmo, la fiscal Olga S¨¢nchez y la mujer que durante aquellos d¨ªas encarn¨® ante todo el pa¨ªs el sufrimiento de las v¨ªctimas, Pilar Manj¨®n. La fiscal recuerda que una de las cosas que m¨¢s le afectaban eran los ataques a los polic¨ªas y a las v¨ªctimas: ¡°Todav¨ªa mantengo relaci¨®n con muchos de los agentes que durante aquellos d¨ªas se dejaron la piel en la investigaci¨®n mientras eran vilipendiados en algunos medios¡±. Jos¨¦ Mar¨ªa Fuster-Fabra, el abogado de Manj¨®n y de otras v¨ªctimas, explica que las mentiras y los bulos supusieron un dolor a?adido para ellas: ¡°Iban all¨ª cada d¨ªa con la esperanza de buscar justicia y, por el contrario, se encontraban en medio de un espect¨¢culo lamentable en el que a veces, m¨¢s que la condena de los responsables, se buscaba lo contrario¡±.
¡°Durante aquellos d¨ªas tan duros los polic¨ªas se dejaron la piel en la investigaci¨®n mientras eran vilipendiados en algunos medios. Sigo teniendo a las v¨ªctimas en el coraz¨®n¡±.Olga S¨¢nchez
Fue la fiscal del 11-M. Llev¨®, mano a mano con el juez de instrucci¨®n Juan del Olmo, la investigaci¨®n de los atentados, con especial atenci¨®n a las v¨ªctimas. Tambi¨¦n fue atacada repetidamente por los periodistas y asociaciones instigadoras de la teor¨ªa de la conspiraci¨®n.
Aznar nunca se desdijo de su actuaci¨®n. En febrero de 2021, durante una entrevista con Jordi ?vole, rehus¨® retractarse de aquella frase suya tan c¨¦lebre que pronunci¨® en la comisi¨®n de investigaci¨®n del Congreso, y que viene a constituir en s¨ª misma una apolog¨ªa de la duda: ¡°Yo creo que los responsables del atentado no est¨¢n ni en desiertos remotos ni en monta?as lejanas¡±.
¡ª?Sigue pensando que detr¨¢s pudo estar ETA?
¡ªDigo que los que lo hicieron ten¨ªan una informaci¨®n muy detallada de gente que conoc¨ªa muy bien el terreno y que conoc¨ªa muy bien lo que pasaba en Espa?a.
¡ª?Eran de ETA?
¡ªEso yo no lo s¨¦.
¡°Sabemos qui¨¦nes fueron los autores intelectuales de los atentados del 11-S, pero no los del 11-M¡±.Esperanza Aguirre
Era la presidenta de la Comunidad de Madrid en 2004 y, tras la salida del PP del Gobierno de Espa?a, se convirti¨® en una de las defensoras de las teor¨ªas de Aznar.
Esa insinuaci¨®n, larvada en la v¨ªspera electoral del 14 de marzo de 2004, era y sigue siendo el acta fundacional de la teor¨ªa de la conspiraci¨®n, lo que, en el lenguaje de Rouco Varela, vendr¨ªa a ser ¡°el pecado original¡±, la l¨ªnea editorial que Pedro J. Ram¨ªrez y Federico Jim¨¦nez Losantos se encargan de desarrollar, cada uno a su estilo, a lo largo del tiempo. Ellos no han accedido a ser entrevistados para este reportaje. S¨ª lo han hecho, en cambio, cuatro de aquellas personas que enarbolaron ¡ªy a¨²n lo siguen haciendo¡ª las dudas sobre la autor¨ªa del atentado y la posterior investigaci¨®n policial y judicial. Una es Esperanza Aguirre, la entonces presidenta de la Comunidad de Madrid, que a¨²n niega que el Gobierno del PP se guardara informaci¨®n sobre la autor¨ªa yihadista, pero que, como Aznar, insiste en que todav¨ªa no se conoce toda la verdad: ¡°Yo recuerdo de aquellos d¨ªas que el ambiente se torn¨® muy desagradable para los que ¨¦ramos del PP. Como si hubi¨¦ramos sido nosotros los que pusimos las bombas. Echaban la culpa al presidente Aznar porque dec¨ªan que hab¨ªamos estado en la guerra de Irak, cosa que era falsa. Los socialistas rodearon nuestras sedes¡ Lo que s¨ª tengo claro es que perdimos las elecciones por el atentado y que, mientras el 11-S tiene un autor intelectual, el 11-M no lo tiene todav¨ªa¡±.
El otro exdirigente del PP es Vicente Mart¨ªnez-Pujalte, que por aquel entonces se convirti¨®, junto al tambi¨¦n diputado Jaime Ignacio del Burgo, en el principal ariete contra el Gobierno de Rodr¨ªguez Zapatero en la comisi¨®n de investigaci¨®n. Pujalte insiste en otro de los argumentos que enarbolan quienes cuestionan la versi¨®n oficial: no cree que aquel grupo de j¨®venes yihadistas tuvieran la preparaci¨®n suficiente para cometer los atentados.
Tambi¨¦n ha aceptado responder a algunas preguntas Casimiro Garc¨ªa-Abadillo, quien firm¨® en El Mundo una parte de las informaciones principales de la teor¨ªa de la conspiraci¨®n y que m¨¢s tarde, tras la marcha de Pedro J. Ram¨ªrez, se convirti¨® en director del diario. ¡°Yo no creo que Aznar mintiera¡±, sostiene, ¡°lo que s¨ª pienso es que crey¨® lo que quer¨ªa creer¡±. Con respecto a la autor¨ªa del atentado, dice que sigue teniendo dudas, sobre todo en dos sentidos: si los yihadistas detenidos ten¨ªan capacidad para una acci¨®n de tal magnitud (algo que queda resuelto en la sentencia) y sobre si Jamal Zougam (uno de los autores del atentado, que fue condenado y contin¨²a en prisi¨®n) estuvo presente aquella ma?ana en los trenes.
¡ª?Y sobre la actuaci¨®n de El Mundo?
¡ªYo creo que se cometieron errores, sin duda, pero que la mayor¨ªa se cometi¨® de buena fe. Por lo menos es lo que yo viv¨ª. No quiero hablar de otros medios ni de otros periodistas, pero yo creo que nos mov¨ªa una voluntad genuinamente period¨ªstica, la de saber qu¨¦ hab¨ªa pasado ah¨ª. Pero es verdad que, en ese marasmo, en esa situaci¨®n de confusi¨®n, de l¨ªo, de distintas fuentes, probablemente alguna vez tendr¨ªamos que haber sido m¨¢s prudentes.
¡°Las v¨ªctimas iban al juicio para encontrar justicia y se encontraban con un espect¨¢culo lamentable¡±.Jos¨¦ Mar¨ªa Fuster Fabra
El abogado de Pilar Manj¨®n y de otras v¨ªctimas ve¨ªa c¨®mo otros colegas, en vez de acusar a los yihadistas, defend¨ªan la conspiraci¨®n.
Lo que sucedi¨® en el peri¨®dico fundado por Pedro J. Ram¨ªrez merece cap¨ªtulo aparte. Durante aquella ¨¦poca, recuerdan algunos de sus periodistas, aparecieron por la redacci¨®n unos personajes hasta entonces desconocidos que se hac¨ªan llamar ¡°peones negros¡± y que ten¨ªan la autorizaci¨®n del director para utilizar los recursos del peri¨®dico. El l¨ªder era un ingeniero llamado Luis del Pino, que se dedic¨® a estudiar a fondo el sumario para hallar posibles fallos e incongruencias. Juan Carlos Girauta, quien por aquella ¨¦poca pertenec¨ªa al PP y colaboraba en El Mundo y en la Cope y de quien se lleg¨® a decir que pertenec¨ªa a aquel misterioso grupo ¡ª¡±nunca form¨¦ parte de la asociaci¨®n, solo fui a un par de manifestaciones¡±¡ª, sostiene que el verdadero cerebro era Del Pino, quien sigue teniendo un programa en la actual emisora de Jim¨¦nez Losantos. ¡°Luis, al que considero un amigo¡±, explica Girauta, ¡°es alguien verdaderamente brillante, y lleg¨® a conocer de tal manera el sumario del 11-M que hab¨ªa que estar muy preparado para poder discutir con ¨¦l. Yo creo que era ¨¦l la verdadera fuente de los periodistas de El Mundo y de la Cope, nadie estaba a su altura¡±. A partir del 18 de abril de 2004, solo un mes despu¨¦s del atentado, varios periodistas a las ¨®rdenes de Ram¨ªrez empezaron a publicar historias como aquella en la que se confund¨ªa una cinta de casete de la Orquesta Mondrag¨®n con una tarjeta del grupo Mondrag¨®n. Una serie llamada Los agujeros negros del 11-M, en la que se atacaba de forma sistem¨¢tica la instrucci¨®n del caso, lleg¨® a tener 39 cap¨ªtulos.
La redacci¨®n de la versi¨®n digital del diario, dirigida por Gumersindo Lafuente, decidi¨® actuar de forma aut¨®noma cuando consideraba que una noticia no reun¨ªa los imprescindibles requisitos period¨ªsticos. Eran los tiempos en los que las redacciones de la edici¨®n impresa y la digital trabajaban por separado. Uno de los muchos enfrentamientos con Pedro J. Ram¨ªrez se produjo, precisamente, a ra¨ªz de la publicaci¨®n en la versi¨®n impresa de la historia del supuesto grupo Mondrag¨®n. ¡°Como vimos que aquella historia era a todas luces falsa¡±, explica Lafuente, ¡°decidimos no incluirla en la web y, a la ma?ana siguiente, me llam¨® Pedro J. a su despacho. Cuando llegu¨¦ me encontr¨¦ con que estaban tambi¨¦n all¨ª Casimiro, Miguel ?ngel Mellado y Victoria Prego. Aquello parec¨ªa un tribunal. Me pregunt¨® que por qu¨¦ no lo hab¨ªamos publicado, y le dije que ten¨ªamos una copia del sumario ¡ªnosotros hab¨ªamos decidido investigar por nuestra cuenta¡ªy que aquella tarjeta no estaba entre la relaci¨®n de objetos hallados en la furgoneta. Nadie abri¨® la boca¡±.
Cada noche, despu¨¦s de consultar la versi¨®n impresa del d¨ªa siguiente, Lafuente y el equipo que dirig¨ªa elmundo.es escog¨ªa qu¨¦ se iba a publicar al d¨ªa siguiente en funci¨®n de la credibilidad de la noticia. Ya entonces no era dif¨ªcil imaginar c¨®mo iba a terminar aquel enfrentamiento, solo faltaba ponerle fecha. Gumersindo Lafuente fue apartado en julio de 2006 y unos meses m¨¢s tarde despedido. Se fue con la convicci¨®n de que, detr¨¢s de aquella estrategia de la conspiraci¨®n, tambi¨¦n hab¨ªa latente un inter¨¦s comercial: ¡°Hab¨ªa una estrategia pol¨ªtica y medi¨¢tica, una coordinaci¨®n muy clara entre El Mundo, la Cope y Telemadrid. Pero tambi¨¦n una estrategia comercial. Asist¨ª a reuniones en las que se mostraron gr¨¢ficas que demostraban que, cada vez que El Mundo publicaba historias de la conspiraci¨®n en colaboraci¨®n con Jim¨¦nez Losantos, nuestras ventas sub¨ªan y las del Abc bajaban¡±.
¡°Luis del Pino fue la persona que estudi¨® los agujeros del sumario. El Mundo y la Cope se basaban en su trabajo¡±.Juan Carlos Girauta
El pol¨ªtico y columnista fue se?alado como integrante de los ¡°peones negros¡±, un grupo que instigaba la conspiraci¨®n. Niega su participaci¨®n.
Las teor¨ªas de Del Pino, que no quiso hablar para este reportaje, quedaron en la nada. Si acaso dieron pie ¡ªcomo han reconocido el comisario Telesforo Rubio y la exdirectora de prisiones Mercedes Gallizo¡ª para que la Polic¨ªa, el juez Juan del Olmo y la fiscal Olga S¨¢nchez ¡ªambos tambi¨¦n maltratados por la teor¨ªa de la conspiraci¨®n¡ª repasaran una y otra vez sus pesquisas, sus autos, cada escucha, cada interrogatorio, en busca de una pista que en realidad no exist¨ªa m¨¢s que en la pretecnolog¨ªa de la mentira. Pero, por el camino, fueron arrastrando mucho dolor. En primer lugar, el de las v¨ªctimas, que en vez de hallar consuelo, vieron aumentado su desasosiego, sus dudas, su pena.
¡°El Gobierno no pens¨® en las v¨ªctimas, ni en las familias, ni en nada. Lo que quer¨ªa era tapar algo. Y ganar, a cualquier precio. Mintiendo si hac¨ªa falta¡±.Ruth Rogado
Todos los d¨ªas, antes de ir a trabajar, se paraba con su padre en el bar de abajo. Ese d¨ªa, ¨¦l se adelant¨®, le dej¨® el desayuno pagado y se subi¨® en uno de los trenes que explotaron. Muri¨®. ¡°Mi padre era maravilloso, la alegr¨ªa de la casa¡±.
Ruth Rogado, que perdi¨® a su padre aquella ma?ana terrible, sigue pensando que el Gobierno no pens¨® en las v¨ªctimas: ¡°Ni en las familias, ni en absolutamente nada. Lo que quer¨ªan era tapar algo. Y ganar. A cualquier precio. Mintiendo si hac¨ªa falta¡±. Francisco Javier C¨®rdoba, que sali¨® del tren de milagro, con el rostro quemado y una de sus orejas desprendidas de la cara, recuerda cada detalle. Acompa?a el relato con una sonrisa, una alegr¨ªa de estar vivo con la que trata de compensar el recuerdo de aquella ma?ana, tan presente en su cabeza como el pitido que para siempre se instal¨® en sus o¨ªdos. A pesar de sus heridas, de su cara vendada, recuerda con orgullo que el domingo de las elecciones s¨ª sali¨® un momento de casa: ¡°Evidentemente, fui a votar¡±.
¡ª?Por qu¨¦ evidentemente?
¡ªHombre. Si por la ma?ana del mismo d¨ªa 11 ya se iba sabiendo que todo apuntaba a los islamistas, ?por qu¨¦ estuvieron tres d¨ªas vendi¨¦ndonos la moto de que fue ETA? Hay que ser muy desalmado, por querer quedarse en el Gobierno. Aquello me sent¨® a cuerno quemado. No puedo verlos desde entonces.
¡°Hay que ser muy desalmado para ocultarnos la informaci¨®n cuando ya sab¨ªan que no hab¨ªa sido ETA. No puedo verlos desde entonces¡±.Francisco javier C¨®rdoba
La ma?ana del 11 de marzo de 2004 cogi¨® el tren en la estaci¨®n de Puerta de Arganda. Estaba feliz porque el Real Madrid hab¨ªa ganado al Bayern de M¨²nich el d¨ªa anterior en la Champions. Recuerda que, tras la explosi¨®n, se despert¨® en medio de ¡°una pir¨¢mide humana¡±.
Rogado y C¨®rdoba asistieron a algunas de las sesiones del juicio, en los asientos habilitados para las v¨ªctimas y sus familiares, muy cerca de la habitaci¨®n de cristal blindado de los acusados. Por entonces, la teor¨ªa de la conspiraci¨®n lo hab¨ªa infectado todo, incluso la relaci¨®n entre las propias v¨ªctimas. Los ataques descarnados hacia Pilar Manj¨®n, la madre de uno de los j¨®venes que murieron en los trenes, aumentaron un dolor que ya de por s¨ª parec¨ªa insuperable.
Desde la presidencia del tribunal, el juez G¨®mez Berm¨²dez recuerda que presenci¨® escenas inauditas: ¡°Uno de los peores recuerdos que tengo del juicio es el comportamiento de algunos abogados que ejerc¨ªan la acusaci¨®n por parte de las v¨ªctimas. Actuaron como si fueran defensores de los acusados. No me cab¨ªa en la cabeza que aquellos abogados de las v¨ªctimas pudieran sostener la teor¨ªa de la conspiraci¨®n. Porque, adem¨¢s, no hay ni una sola de aquellas teor¨ªas que tenga una base s¨®lida. Se minti¨® conscientemente. Pudo haber algunas partes de la teor¨ªa de la conspiraci¨®n que pudieran ser, digamos, involuntarias. Pero hubo mentiras descaradas que fueron hechas de mala fe¡±.
La polarizaci¨®n del pa¨ªs emanada de la mentira y el bulo tambi¨¦n lleg¨® al juicio, que se celebr¨® entre los meses de febrero y julio de 2007. El dilema que se hab¨ªa planteado Aznar ¡ªsi es ETA, beneficia al PP; si son los yihadistas, al PSOE¡ª se instal¨® tambi¨¦n en los proleg¨®menos del juicio. ¡°Me acuerdo de los rumores de aquellos d¨ªas¡±, explica G¨®mez Berm¨²dez, ¡°se dec¨ªa que, si la sentencia iba en un sentido, es que los jueces nos apoy¨¢bamos en determinados partidos de izquierda; y si iba en el otro, en la derecha. Absolutamente falso. El tribunal era un tribunal conservador. Yo era y soy conservador. Y los otros dos magistrados, que yo sepa, tambi¨¦n. Y la sentencia es la que fue¡±.
Despu¨¦s de analizar todas las dudas y darles respuesta, el tribunal presidido por G¨®mez Berm¨²dez dedicaba un p¨¢rrafo de la sentencia, dictada el 31 de octubre de 2007, a explicar cu¨¢l era la f¨®rmula del bulo, de qu¨¦ manera los instigadores de la conspiraci¨®n lograron envolver sobre un manto de duda las actuaciones de la Polic¨ªa, del juez, de la fiscal. Ahora, despu¨¦s de tantos a?os, G¨®mez Berm¨²dez asegura con toda rotundidad: ¡°Se minti¨® conscientemente. No hay una sola de aquellas teor¨ªas de la conspiraci¨®n que tuviera una base s¨®lida. Se cog¨ªa un dato, se descontextualizaba, se ocultaba cualquier otro dato que lo contradijese y se sacaba una conclusi¨®n. Algunos pod¨ªan tener apariencia de verdad, pero eran mentiras¡±.