La taberna de Pablo Iglesias: un mojito Fidel para la mesa Pepa Flores, por favor
El exvicepresidente coge reservas en su nuevo bar, lleno de referentes de izquierdas y que ya motiv¨® un alud de comentarios antes de su apertura
Llama una se?ora para reservar una mesa y le coge el tel¨¦fono todo un exvicepresidente del Gobierno. Muy en su nuevo papel, toma nota de la comanda hasta que la clienta reconoce su voz y entonces se echan unas risas. Lo cuenta el propio Pablo Iglesias, mientras acaba de secar los cubiertos, en un v¨ªdeo promocional de la Taberna Garibaldi, que ha montado junto al poeta Sebasti¨¢n Fiorilli y el cantautor Carlos ?vila en el barrio madrile?o de Lavapi¨¦s. ¡°El grueso del c...
Reg¨ªstrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PA?S, puedes utilizarla para identificarte
Llama una se?ora para reservar una mesa y le coge el tel¨¦fono todo un exvicepresidente del Gobierno. Muy en su nuevo papel, toma nota de la comanda hasta que la clienta reconoce su voz y entonces se echan unas risas. Lo cuenta el propio Pablo Iglesias, mientras acaba de secar los cubiertos, en un v¨ªdeo promocional de la Taberna Garibaldi, que ha montado junto al poeta Sebasti¨¢n Fiorilli y el cantautor Carlos ?vila en el barrio madrile?o de Lavapi¨¦s. ¡°El grueso del curro lo llevar¨¢n otros compa?eros¡±, apostilla el fundador de Podemos, que lleva el mismo su¨¦ter con los colores de la bandera republicana estampados que en su CanalRed.tv, la cadena en la que acaba de dar un poco de ca?a al siempre discreto MAR (Miguel ?ngel Rodr¨ªguez). Es incisivo, pero no se le ve especialmente ofuscado, como en otras ocasiones. Tal vez porque sabe que poco despu¨¦s podr¨¢ relajarse tom¨¢ndose un c¨®ctel revolucionario, un mojito Fidel, un daiquiri Che o un negroni Gramsci. O pegar un bocado con la tranquilidad de saber que no hay revisionistas hist¨®ricos entre sus ingredientes, unas enchiladas Viva Zapata, por ejemplo, o algo m¨¢s ligero, una insalata Garibaldi.
Son algunas de las propuestas de la carta de la taberna que se ha inaugurado este martes, pero que ha sido centro de innumerables comentarios en las redes sociales desde que se anunci¨® su apertura. Parece que no hace falta dedicar presupuesto a la promoci¨®n. Pablo Iglesias, con 2,6 millones de seguidores en X, nunca pasa desapercibido. No enga?a y no tiene por qu¨¦. Su taberna es de izquierdas, con referentes comunistas, ?y qu¨¦? Por cierto, se puede reservar la mesa Pepa Flores, con cartel de la actriz incluido, un espacio blanco, entre casual y minimal, que, se presume, ser¨¢ de los m¨¢s solicitados. ?Y Lola Gaos? ¡°Tambi¨¦n se merece una mesita¡±, comenta un internauta camarada. S¨ª, s¨ª, pero ?cu¨¢les son los precios¡±, se pregunta un usuario no tan camarada, con la mosca caza-rojo-hip¨®crita tras la oreja.
Los precios son razonables para el centro de Madrid. Un c¨®ctel, nueve euros; una cerveza de marca, tres; unos espagueti alla puttanesca, 10; un gelato al cioccolato, cinco. En otros garitos te pueden pedir casi el doble por un dry martini cualquiera, sin el peso hist¨®rico e ideol¨®gico del Durruti dry martini de la taberna roja. Un apellido, el del m¨ªtico anarquista Buenaventura Durruti, que le ha costado al establecimiento ser vandalizado antes de su apertura. Una pintada ¨¢crata en la fachada advert¨ªa: ¡°Exvicepresidente: exigimos la retirada inmediata del c¨®ctel Durruti o el proletariado anarquista pasar¨¢ a la acci¨®n ¡ªlxs amigxs de Durruti¡ª¡±. La formulaci¨®n es de amenaza, aunque tampoco se puede descartar una carga zumbona y humor¨ªstica, alentada por la exigencia ¡°inmediata¡± de retirada de un c¨®ctel. No debe hacer ninguna gracia, en cualquier caso, tener que acarrear con las consecuencias.
La relaci¨®n entre los anarquistas y los comunistas nunca ha sido f¨¢cil, pero probablemente esa reacci¨®n era la que menos se pod¨ªa esperar, teniendo en cuenta que Iglesias es una de las dianas preferidas de la derecha y, especialmente, de la ultraderecha. Hay quien muestra su preocupaci¨®n por posibles ataques contra la taberna, a tenor, por ejemplo, del brutal y prolongado acoso que sufrieron Pablo Iglesias e Irene Montero en la puerta de su casa. En las redes, las cr¨ªticas se mezclan con los comentarios humor¨ªsticos sobre el parque tem¨¢tico comunista y los mensajes de apoyo, como ese que solo llama a la taberna ¡°su puerta giratoria¡±, en contraste con la de otros pol¨ªticos. La periodista y polit¨®loga Estefan¨ªa Molina bromeaba en la l¨ªnea de flotaci¨®n de la vicepresidenta y antigua socia de Iglesias: ¡°Se entiende por qu¨¦ Yolanda D¨ªaz insist¨ªa en la hora de cierre de la hosteler¨ªa en Madrid¡±. Un comentario que gener¨® otros muchos, la mayor¨ªa integrados, pero tambi¨¦n apocal¨ªpticos: ¡°Los placeres negativos de los que hablaba Ortega y Gasset: la dicha de no tener que ir nunca a ese antro¡±.