La urgencia femenina de no tomarte esa pastilla

Existe un rinc¨®n de internet donde las mujeres comparten su ignorancia deliberada a los calmantes. Lo llaman ¡°reto mensual¡± y ya es un subg¨¦nero en TikTok. Dos millones de me gusta acumula el ¡°cuando no tomas la medicina para los calambres de la regla porque crees que entrenas tu tolerancia al dolor¡± sobreimpreso en un montaje donde una joven agoniza aguant¨¢ndose el vientre en un sof¨¢. Otro medio mill¨®n ostenta el ¡°Me ves intentando aguantar el dolor de regla sin medicaci¨®n como reto personal¡± de una adolescente retorciendo su cuerpo, tambi¨¦n en un montaje acelerado y fragmentado, en el que parece su sal¨®n familiar.

En esta tangente visual del horror corporal femenino, porque hay centenares de v¨ªdeos similares en forma y mensaje, siempre se repite el mismo jingle, recurso de sonido que reconoce y agrupa retos espec¨ªficos. Solo que aqu¨ª no se escucha una canci¨®n pop pegadiza a lo Bizcochito. Lo que retumban son chillidos alterados de forma rob¨®tica, como en aquellos v¨ªdeos del viejo internet que nos ense?¨¢bamos para asustarnos porque inclu¨ªan un grito final de ultratumba que nos hac¨ªa saltar de la silla. As¨ª nos sentimos al ver a esas chicas pataleando bajo su manta mientras un rugido siniestro y mec¨¢nico nos inquieta. Son el reverso tenebroso de los est¨²pidos anuncios de compresas.

Cada red social aplica su sem¨¢ntica al calvario de resistir la menstruaci¨®n sin calmantes. No importa d¨®nde se vea o se escriba. ¡°La urgencia femenina de no tomarte una pastilla cuando te baja la regla para ver cu¨¢nto dolor eres capaz de aguantar¡±, dice un tuit viral en X (13.000 me gusta). Otros 12.000 acumula el ¡°Haceme el favor de dejar de aguantarte el dolor de ovarios y tom¨¢ un ibuprofeno¡± que implora una tuitera argentina. Todas hurgan en la llaga de la maldici¨®n de la buena enferma: esa que nos ha hecho creer que seremos m¨¢s dignas si rechazamos el c¨¢lido abrazo de la piedad qu¨ªmica.

¡°Una buena mujer es la que rinde igual de bien aunque est¨¦ menstruando¡±, lamenta Bibiana Collado Cabrera en Yeguas exhaustas (Pepitas de Calabaza), una autoficci¨®n sobre desclasamiento donde investiga la influencia de sus ra¨ªces en la m¨ªstica de la feminidad. Ah¨ª revela que no entendi¨® que le hab¨ªa venido la regla por primera vez porque no se retorc¨ªa de dolor, como s¨ª ve¨ªa que pasaba cada mes con su hermana mayor. Ni estaba vomitando ni doblada en el sof¨¢, as¨ª que esa mancha de sangre en sus bragas deb¨ªa responder a un simple ara?azo. Si no dol¨ªa, ni exist¨ªa ni merec¨ªa ser contado.

Collado tambi¨¦n confiesa que lleg¨® a odiar, por ¡°gandulas¡±, a aquellas compa?eras de instituto que se quedaban sentadas en clase de gimnasia aludiendo calambres menstruales. Su imaginario campesino heredado, ¡°en el que una mujer pobre no puede permitirse descansar ni dejar de trabajar un solo d¨ªa de su vida¡±, le imped¨ªa empatizar con aquellas que sent¨ªa como flojas y algo pijas.

Sobre la santidad doliente de las pobres tambi¨¦n ha ahondado la artista Johanna Hedva. Lo recuerda la investigadora N¨²ria G¨®mez Gabriel en su ensayo Traumacore (Cielo Santo), donde apunta que Hedva repolitiz¨® el arquetipo de la diva dolorosa y acert¨® al diferenciar entre el mito rom¨¢ntico convaleciente de la ¡°mujer enferma¡± ¡ªde clase alta y blanca¡ª y el desprecio sobre ¡°la mujer enfermante¡± ¡ªaplicado al resto de cuerpos (no binarios, trans, racializados) de la clase trabajadora¡ª. ¡°La teor¨ªa de la mujer enferma es para quienes luchan para que su experiencia no solo sea legitimada por una instituci¨®n, sino visibilizada¡±, escribi¨® en su manifiesto. Las dolorosas de TikTok, esas que reformulan la m¨ªstica de la ¡°mujer enferma¡±, deber¨ªan saber que su agon¨ªa ni las santifica ni las har¨¢ m¨¢s dignas. Y que s¨ª conviene la urgencia de tomarse esa pastilla.