De gripes y ortopedias
Tropec¨¦ en los probadores de unos grandes almacenes con una pierna ortop¨¦dica de mujer, la izquierda, seg¨²n deduje de la forma del zapato
Tropec¨¦ en los probadores de unos grandes almacenes con una pierna ortop¨¦dica de mujer, la izquierda, seg¨²n deduje de la forma del zapato, que era de los de medio tac¨®n. Parec¨ªa de muy buena calidad, no ya por el aspecto y la textura del conjunto, sino por el mecanismo de articulaci¨®n de la rodilla, que pose¨ªa una complejidad de car¨¢cter org¨¢nico. Luego se prolongaba como hasta la mitad del muslo. Yo hab¨ªa entrado para ver c¨®mo me ca¨ªa una camisa, pero, ante aquel curioso hallazgo, volv¨ª a la tienda y busqu¨¦ al dependiente para explicarle la situaci¨®n. Cuando logr¨¦ dar con ¨¦l y arrastrarlo hasta el lugar de los hechos, la pierna hab¨ªa desaparecido. El empleado puso en cuesti¨®n muy educadamente mi descubrimiento y abandon¨¦ el lugar sin llevarme nada.
Volv¨ªa a casa en el metro, donde encontr¨¦ de milagro un asiento libre, cuando de s¨²bito, observando los pies de la gente, descubr¨ª el zapato de la pierna ortop¨¦dica. Pertenec¨ªa a una mujer de unos 40 a?os, rubia, que llevaba un traje de chaqueta de color gris, cuya falda, bastante ajustada, le ca¨ªa por debajo de la rodilla. Colgaba de su mano derecha una bolsa de los grandes almacenes, en los que al parecer se hab¨ªa comprado algo, y no se le notaba la ortopedia, pues descansaba el cuerpo indistintamente sobre un pie o sobre el otro. Dud¨¦ si ofrecerle mi asiento, pero desech¨¦ la idea por miedo a que lo interpretara como un modo de acercamiento impertinente.
La mujer se baj¨® en ?pera cojeando apenas y yo me qued¨¦ frustrado. Ten¨ªa la impresi¨®n de haber compartido con ella una intimidad no resuelta. Quiz¨¢ deber¨ªamos haber intercambiado siquiera unas palabras. Cuando llegu¨¦ a mi estaci¨®n, al levantarme del asiento, se me hab¨ªa dormido la pierna izquierda, que parec¨ªa de madera. En esa misma l¨ªnea hab¨ªa cogido la gripe el mes anterior y ahora acababa de contraer una pr¨®tesis. Me pregunt¨¦ si tambi¨¦n yo le habr¨ªa contagiado a la mujer mi extremidad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.