Bombas contra ayuda humanitaria
El ataque mortal de Israel contra un convoy de la ONG del chef Jos¨¦ Andr¨¦s es un paso m¨¢s en el sangriento asedio que sufre Gaza
Israel ejecut¨® este lunes dos ataques mortales que son buena muestra de la actitud de su primer ministro, Bejam¨ªn Netanyahu, tanto en la sangrienta ofensiva contra Gaza como ante la posibilidad real de que el enfrentamiento armado se convierta en una guerra regional de consecuencias globales. La injustificable agresi¨®n contra una caravana de ayuda humanitaria en la Franja y el bombardeo de la residencia del embajador iran¨ª en Damasco ¡ªaunque son hechos de naturaleza diferente¡ª coinciden en agravar un conflicto que, en lo que concierne al sufrimiento de los civiles palestinos, ya ha sobrepasado todos los l¨ªmites.
No sirven las excusas de Netanyahu sobre ¡°un incidente tr¨¢gico y no intencionado¡± para justificar la muerte de siete trabajadores de diversas nacionalidades de la organizaci¨®n World Central Kitchen (WCK), con sede en Washington y fundada por el chef espa?ol Jos¨¦ Andr¨¦s, que viajaban en un transporte de comida masacrado por el ej¨¦rcito israel¨ª. No sirven porque el convoy no solo estaba perfectamente identificado, sino que adem¨¢s hab¨ªa informado a Israel de sus movimientos y estaba coordinado con el mando militar precisamente para no convertirse en un blanco. No sirven porque la labor humanitaria de esta ONG estaba fuera de toda duda y escapa a la infundada pero habitual acusaci¨®n contra las organizaciones que trabajan en la Franja, incluyendo las de Naciones Unidas, de dar cobertura a los militantes de Ham¨¢s.
Si las v¨ªctimas de WCK estaban en Gaza es porque el primer ministro israel¨ª lleva meses usando el hambre como arma de guerra contra la poblaci¨®n civil de un territorio en el que, seg¨²n datos de la ONU, m¨¢s de un mill¨®n de personas est¨¢n en riesgo extremo de desnutrici¨®n. La organizaci¨®n fundada por Jos¨¦ Andr¨¦s reparte cientos de miles de raciones de comida al d¨ªa ¡ªla cifra total desde que empez¨® su actividad en territorio palestino se estima en unos 42 millones¡ª para tratar de paliar una situaci¨®n cuyo responsable es Netanyahu, que ayer justific¨® la tragedia con un c¨ªnico ¡°esto pasa en la guerra¡±.
El presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, de gira por Oriente Pr¨®ximo, pidi¨® explicaciones por lo sucedido y demand¨® un alto el fuego inmediato. En una l¨ªnea parecida, el Ejecutivo australiano ¡ªuna de las v¨ªctimas tiene esa nacionalidad¡ª ha exigido a Israel que ¡°rinda cuentas¡± por lo sucedido. Por su parte, Estados Unidos reclam¨® una investigaci¨®n ¡°independiente¡±. Es lo m¨ªnimo que puede hacer la comunidad internacional. Netanyahu debe recibir un claro mensaje de que nada de lo que haga quedar¨¢ sin consecuencias y que en sus manos est¨¢ frenar un ba?o de sangre que ya ha costado la vida a m¨¢s de 30.000 personas, en su inmensa mayor¨ªa civiles.
Desgraciadamente, no es esta la actitud de su Gobierno, que parece decidido incluso a extender el conflicto. Aunque, como suele suceder en estos casos, no exista confirmaci¨®n oficial, todo apunta a que el ataque sufrido por el Consulado iran¨ª y la residencia de su embajador en Damasco ha sido una acci¨®n israel¨ª. Ocho personas, entre ellas un importante mando de la Guardia Revolucionaria, la columna vertebral del r¨¦gimen de Teher¨¢n, murieron en el bombardeo. Se trata de un salto cualitativo porque, aunque no es la primera vez que Israel ataca en Siria a personas relacionadas con Ir¨¢n, constituye una acci¨®n directa contra ese pa¨ªs. En el contexto de inestabilidad que se vive en la zona supone por tanto un paso m¨¢s en una escalada que amenaza con traspasar el punto de no retorno.
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