La nueva propaganda no es la vieja propaganda
La tentaci¨®n de la desinformaci¨®n es grande porque el premio tambi¨¦n lo es: quien controla la atenci¨®n controla el voto, el consumo, el poder, el dinero, los medios
![Una c¨¢rcel laboral llamada WhatsApp: ¡°Tienes una vida que vivir. No puedes estar todo el d¨ªa pensando en trabajo¡±](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/L6XZ5JG7MVCTTAGKKQO32X6IKM.jpg?auth=9f46624d533df3a1e307e6909e8a3dc4efd96af66631f7438cd6277172fae314&width=414)
Repasemos lo ocurrido en los ¨²ltimos 15 o 20 a?os, porque ha ido todo muy r¨¢pido.
Uno. Hemos inventado un rect¨¢ngulo m¨¢gico de pantalla fr¨¢gil que nos gusta mucho, quiz¨¢s demasiado, ya que con ¨¦l podemos enviar y recibir m¨¢s informaci¨®n que nunca, al instante, alcanzando y siendo alcanzados por m¨¢s personas que en cualquier momento de la historia, a una mayor distancia, sin intermediarios. Barato y eficaz, usamos el invento en masa para los negocios, la comunicaci¨®n o el entretenimiento, sobre todo a partir de la llegada de las redes sociales, que lo ponen muy f¨¢cil.
Dos. Pronto encontramos un l¨ªmite a esa fantas¨ªa de infinitud y globalidad: el d¨ªa posee 24 horas y somos p¨¦simos priorizando est¨ªmulos de forma racional. Se llama a este pecado original de internet ¡°econom¨ªa de la atenci¨®n¡±, porque es su moneda y su bien m¨¢s escaso. El rect¨¢ngulo m¨¢gico se transforma en un gran bazar lleno de objetos brillantes donde empresas, organizaciones, gobiernos, individuos o medios gritamos para ser escuchados. El mundo que lo rodea tambi¨¦n se acelera: la diferencia entre lo virtual y lo real siempre fue una abstracci¨®n.
Tres. Descubrimos las leyes de la atenci¨®n, definidas por nuestra naturaleza de primates que hablan y piensan, pero necesitan atajos para gestionar de forma r¨¢pida grandes vol¨²menes de contenidos. Nos mueven las historias, los arquetipos con buenos y malos, las narrativas con causas y consecuencias. Bajo presi¨®n nos dejamos conducir por las emociones y resulta dif¨ªcil poner freno al contagio de lo indignante, lo triste o lo divertido. La repetici¨®n funciona, y el volumen de contenidos tambi¨¦n.
Cuatro. Nuestra cultura se ha convertido en una gran m¨¢quina de contagio emocional que premia la irracionalidad y que todo el mundo intenta manipular. Ciertos cortafuegos, como los medios saneados e independientes, caen, el nuevo entorno les ha dejado sin modelo de negocio; a diferencia de ellos, las redes no se someten a las viejas regulaciones contra las falsedades. La mentira resulta ser muy eficaz, porque permite crear sentimientos intensos sin los molestos l¨ªmites de la realidad. Para que pase mejor, suele ir mezclada con algo de verdad, y usa portavoces en quienes antes confi¨¢bamos.
Estas son las bases de la desinformaci¨®n moderna. Su tentaci¨®n es grande porque el premio tambi¨¦n lo es: quien controla la atenci¨®n, controla el voto, el consumo, el poder, el dinero, los medios. Una de sus consecuencias m¨¢s terribles es la confusi¨®n, la sensaci¨®n compartida de que todo resulta terriblemente complejo, inaprensible y r¨¢pido, de que nos sobra y nos falta informaci¨®n. Es entonces cuando nos polarizamos, ya que una ideolog¨ªa sin espacio para la duda disuelve la niebla mental. Decir que la propaganda siempre existi¨® es una trampa simplificadora, porque este nuevo entorno es reciente, y estamos asimilando las consecuencias de nuestra propia obra: un sistema informativo global que nuestros cerebros no llevan bien.
Los rusos son quienes mejor han entendido la desinformaci¨®n debido a que la utilizan como arma de guerra: el verdadero objetivo de sus campa?as no consiste en sembrar mentiras, sino en extender el sentimiento de hast¨ªo por las noticias y la vida com¨²n, que lleva a la polarizaci¨®n y la destrucci¨®n social del enemigo. Ellos, creo, a diferencia de otros aprendices que escuchamos cada d¨ªa, saben que sus actos pueden romper de verdad la baraja, y est¨¢n dispuestos. Tampoco han ca¨ªdo en el error de creerse su propia basura.
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![Delia Rodr¨ªguez](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fb8226626-5f86-4988-abe8-7f117d3c1834.png?auth=1af16850deed6e97867c1e626c10286bbb0a8fcf87c69bd52132a37f51ba9e21&width=100&height=100&smart=true)