Siempre las mismas caras en el cine

Como actriz, vivo enganchada a la esperanza de que, alg¨²n d¨ªa, mi sue?o se haga realidad. Pero la realidad es que la industria del cine espa?ol est¨¢ vetada para la mayor¨ªa de valientes que no tuvimos miedo a saltar a la piscina de la incertidumbre laboral. Las carteleras siempre llevan las mismas caras, y nosotros, los invisibles del cine, luchamos cada d¨ªa y vivimos enganchados a la esperanza de que por fin un casting nos cambie la vida. Uno de los mejores momentos de nuestra profesi¨®n es ese espacio-tiempo que se genera entre el momento del casting y la respuesta, esos d¨ªas en los que te despiertas pensando, ?y si hoy me cambia la vida, y si hoy me dicen que s¨ª? Y poder decir lo consegu¨ª.

Ver¨®nica Oriente. Madrid

Sentados y resignados

Sentada desde una posici¨®n de privilegio sin carencias b¨¢sicas, veo los bombardeos incesantes sobre una poblaci¨®n cada vez m¨¢s desolada, la p¨¦rdida de miles de inocentes y de familias enteras bajo los escombros. Sentada desde esta situaci¨®n tan favorable no puedo evitar reflexionar sobre la distop¨ªa del mundo, reflejado a trav¨¦s de pantallas en las que emiten una realidad de flores y colores seguida de una realidad de dolor y sufrimiento. Sentados desde lugares en los que pensamos que nunca nos pasar¨¢ a nosotros. Sentados y resignados por no poder hacer nada.

Alba Isabel Rodr¨ªguez. Badajoz

La ejemplaridad de Rafa Nadal

?Es posible que alguien que ha firmado un contrato millonario con un Estado que asesina a periodistas y encarcela a mujeres por no llevar el velo se atreva a decir que espera haber sido un ejemplo para la gente joven de este pa¨ªs? ?Ha visitado Nadal ¡°el progreso¡± que existe en las c¨¢rceles saud¨ªes? Los periodistas deportivos espa?oles, que tanto halagan a Nadal, no se consideran colegas de Jamal Khashoggi? Har¨ªa bien Nadal en mirar el ejemplo del futbolista Toni Kroos.

Alfonso L¨®pez Luciarte. Renedo de Pi¨¦lagos (Cantabria)

Silencios abrumadores

Hay un consenso razonable en torno a tus capacidades profesionales, despiertas en unos y otros elogios que recibes con pudor y gratitud, pero el poder de esas palabras amables se desvanece f¨¢cilmente cuando llamas y nadie responde al otro lado del tel¨¦fono, cuando escribes correos que nadie se molesta en contestar. El escepticismo y el agotamiento se instalan en tu vida cotidiana y ensombrecen cualquier tentativa de felicidad o esperanza. Hay silencios m¨¢s abrumadores que el ruido incesante.

Aner Garc¨ªa Villarejo. Madrid

M¨¦dicas que abrazan

Por razones de salud frecuento bastante el hospital. En un breve periodo de tiempo, dos de mis m¨¦dicas me han saludado con un abrazo, algo que me emociona profundamente. No son los primeros abrazos y espero que no sean los ¨²ltimos. Adem¨¢s de poner en valor la profesionalidad y atenci¨®n de nuestro personal sanitario, que es insuperable, quiero destacar tambi¨¦n el trato, su cercan¨ªa y empat¨ªa. Hacen que cuando una se siente vulnerable, todo sea mucho m¨¢s f¨¢cil. No valoramos lo suficiente nuestra sanidad p¨²blica.

Andrea Ramos Primo. Madrid