Curso de italiano para pont¨ªfices
La homofobia del papa Francisco es lib¨¦rrima y torrencial y no siente la menor necesidad de reprimirla o ablandarla. Son sus admiradores de fuera de la Iglesia quienes tienen un problema
Dice el t¨®pico que la civilizaci¨®n es un barniz fin¨ªsimo que salta ante el menor ara?azo, dejando a la vista la barbarie. En los individuos, suele bastar una puerta cerrada y la cada vez m¨¢s improbable sensaci¨®n de ¡°ahora que no nos oye nadie¡± para que las verdades se liberen como las tripas llenas de un obispo despanzurrado en la silla tras reba?ar el arroz con leche del postre. Hablar sin inhibiciones es, en la cultura popular espa?ola, hacerlo a calz¨®n quitado o a pecho descubierto, lo cual subraya la necesidad de aflojar los cinturones y botones que nos civilizan la barbarie. En el caso de...
Dice el t¨®pico que la civilizaci¨®n es un barniz fin¨ªsimo que salta ante el menor ara?azo, dejando a la vista la barbarie. En los individuos, suele bastar una puerta cerrada y la cada vez m¨¢s improbable sensaci¨®n de ¡°ahora que no nos oye nadie¡± para que las verdades se liberen como las tripas llenas de un obispo despanzurrado en la silla tras reba?ar el arroz con leche del postre. Hablar sin inhibiciones es, en la cultura popular espa?ola, hacerlo a calz¨®n quitado o a pecho descubierto, lo cual subraya la necesidad de aflojar los cinturones y botones que nos civilizan la barbarie. En el caso de los religiosos, ser¨¢ el c¨ªngulo o el alzacuellos.
En confianza se confes¨® el papa Francisco harto de mariconeos, demostrando no solo un gran talento para el habla llana, sino un notable dominio del italiano: no creo que muchos hablantes extranjeros est¨¦n familiarizados con el vulgarismo frociaggine, que se ha traducido como mariconeo. Eso es lo que alegan los defensores vaticanos, que Bergoglio us¨® esa procacidad a tontas y a locas, sin ser consciente de lo ofensiva que era, como un estudiante de primero de italiano que a¨²n no aprecia los matices de la lengua. Desde P¨ªo XII, pocos pont¨ªfices se lo han puesto tan dif¨ªcil a sus apologetas. A ver c¨®mo le sacan de esta.
Yo creo que le da igual, que su homofobia es lib¨¦rrima y torrencial y no siente la menor necesidad de reprimirla o ablandarla. Son sus admiradores de fuera de la Iglesia quienes tienen un problema. Son quienes llevan a?os promocion¨¢ndolo como un caballo de Troya del progresismo en la curia vaticana y quienes expresaban su compromiso de izquierdas haci¨¦ndole genuflexiones y bes¨¢ndole la mano los que se enfrentan ahora a esa verdad a calz¨®n quitado, esa verdad de carajillo y puro (o de copita de an¨ªs, un licor m¨¢s episcopal). El papa bueno, el papa de las causas nobles y justas se empe?a en ser un papa de lo m¨¢s normal, afianzando la doctrina reaccionaria de la organizaci¨®n que dirige y que tanto dolor ha causado y sigue causando entre los homosexuales y las mujeres. Eso es l¨®gico. Lo alucinante es que lo haya hecho con el aplauso de tantos pol¨ªticos dizque progresistas.
Cuando propuso bendecir las uniones homosexuales, muchos lo celebraron como un hito hist¨®rico. Yo lo ponder¨¦ como un desprecio condescendiente hacia personas que no necesitan el permiso de nadie para vivir su vida. Ahora pide discriminar a los homosexuales (lo cual ser¨ªa ilegal y punible en cualquier otra organizaci¨®n). A ver qu¨¦ dice ma?ana.