¡°Es f¨¢cil identificar a los gays en la Iglesia: busca a los hom¨®fobos¡±
Fr¨¦deric Martel, autor de 'Sodoma: Poder y esc¨¢ndalo en el Vaticano', n¨²mero uno en ventas en muchos pa¨ªses, sostiene que la homosexualidad es la clave para entender medio siglo de intrigas en la Iglesia
¡°La Iglesia cat¨®lica es una organizaci¨®n mayoritariamente homosexual en la que, si sumamos los homosexuales practicantes y los no practicantes, el resultado es una masa importante¡±. Para pronunciar de corrido y sin titubear esta frase demoledora, el escritor franc¨¦s Fr¨¦d¨¦ric Martel (Ch?teaurenard, Avi?¨®n, 1967) lleva prepar¨¢ndose cinco a?os, el tiempo que ha tardado en escribir Sodoma. Poder y esc¨¢ndalo en el Vaticano (Roca Editorial), un libro publicado simult¨¢neamente en ocho lenguas el pasado mes de marzo.
A lo largo de 600 p¨¢ginas (¡°es un libro muy complejo, muy elaborado, muy pensado¡±, apunta), Martel describe y documenta las luchas de poder en el Vaticano a la luz de una clave interpretativa in¨¦dita: la de la homosexualidad soterrada de muchos de los actores principales de los papados de Pablo VI, Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco. ¡°No busco esc¨¢ndalos¡±, asegura. ¡°De hecho, los critico y los relativizo. No he exagerado nada, porque mi libro no va de prostituci¨®n ni de fiestas chemsex, sino de las m¨¢scaras, la mayor¨ªa silenciosa y la banalidad del hecho homosexual en el Vaticano. Tambi¨¦n de las reglas sociol¨®gicas que lo explican¡±.
"S¨¦ que muchos curas lo leer¨¢n, porque son m¨¢s cotillas que nadie. Lo que no s¨¦ es si quieren que el sistema cambie, porque implicar¨ªa aniquilar la doctrina respecto al celibato, el acceso de las mujeres al sacerdocio, el divorcio o el uso del preservativo"
Esas reglas a las que alude aparecen formuladas, a modo de conclusiones, a lo largo de cap¨ªtulos dedicados a la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica de Italia, Francia, Espa?a, M¨¦xico, Cuba o Chile. ¡°No me interesan las ovejas descarriadas ni los excesos, sino el coraz¨®n del sistema, que es de una hipocres¨ªa inmensa¡±, apunta. Asegura, por ejemplo, que la resistencia al papa Francisco procede precisamente de los c¨ªrculos donde la doble vida es moneda corriente.
¡°La mayor¨ªa de opositores a Francisco son homosexuales, practicantes o no, y ocultan su mentira a trav¨¦s de la homofobia. Viven en la falsedad, en la esquizofrenia. Eso es lo que hay que comprender. La gente piensa que es contradictorio, pero es f¨¢cil identificar a los homosexuales en la Iglesia: solo hay que buscar a los hom¨®fobos¡±, explica.
Sodoma es todo un tratado prolijo, exhaustivo y profusamente documentado sobre el funcionamiento del Vaticano. Por sus p¨¢ginas desfilan cuestiones como el papel tutelar de escritores hom¨®filos como Jacques Maritain, Fran?ois Mauriac o Andr¨¦ Gide, las disputas en torno a la Teolog¨ªa de la Liberaci¨®n, la abdicaci¨®n de Benedicto XVI o la mec¨¢nica tenebrosa que, en tiempos de Juan Pablo II, ampar¨® a los Legionarios de Cristo de Marcial Maciel.
En su recorrido, Martel se detiene en Espa?a, en un cap¨ªtulo de t¨ªtulo sugerente ¨CRouco¨C donde desgrana el movimiento de oposici¨®n al matrimonio homosexual impulsado en la legislatura de Zapatero. ¡°La Iglesia espa?ola es, en cierto modo, la quintaesencia de este sistema¡±, explica. ¡°Ha vivido una guerra entre dos tendencias, la de Rouco Varela y la que representa Juan Jos¨¦ Omella, el cardenal de Barcelona. En el fondo, el verdadero hombre de Francisco en Espa?a es Omella, no Osoro ni Bl¨¢zquez, que es una caricatura¡±, apunta el escritor.
"No he exagerado nada, porque mi libro no va de prostituci¨®n ni de fiestas 'chemsex', sino de las m¨¢scaras, la mayor¨ªa silenciosa y la banalidad del hecho homosexual en el Vaticano"
Pocos d¨ªas antes de esta entrevista, Ricardo Bl¨¢zquez, presidente de la Conferencia Episcopal Espa?ola (CEE), defend¨ªa que no correspond¨ªa a la CEE, sino a las di¨®cesis, investigar sobre los abusos sexuales. ¡°Me pareci¨® escandaloso¡±, sentencia Martel. ¡°Vivimos en un Estado de derecho. [La CEE] no puede ocultar informes, porque eso es proteger a autores de delitos sexuales. Es inadmisible y, si [Bl¨¢zquez] tuviera moral, deber¨ªa dimitir¡±. Aunque el libro de Martel no ahonda en los casos de abusos sexuales, s¨ª proporciona una clave para contextualizar la actuaci¨®n de la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica. Seg¨²n las ¡°reglas de Sodoma¡±, el encubrimiento de delitos sexuales ser¨ªa consecuencia de la costumbre de silenciar la vida sexual de sacerdotes, obispos y cardenales. ¡°Esa es la clave¡±, asegura.
Sodoma no es solo un libro de denuncia o de pol¨ªtica. Tambi¨¦n es un colorido paseo por palacios episcopales, seminarios, parroquias de barriada y alg¨²n que otro prost¨ªbulo. Para escribirlo, Martel vivi¨® temporalmente en una residencia en el Vaticano, a la que accedi¨® gracias a una de sus 27 fuentes principales (26 de ellas, off the record). Durante el proceso, en el que ha contado con numerosos colaboradores en todo el mundo, nunca ha camuflado su identidad ni sus intenciones. Incluso inform¨® personalmente a varios colaboradores cercanos al papa Francisco. ¡°Es algo que aprend¨ª trabajando en Ir¨¢n e investigando sobre Hezbol¨¢ en Gaza. En los sitios dif¨ªciles, la mejor protecci¨®n para un periodista es decir oficialmente lo que quieres hacer. Si te aceptan, est¨¢s protegido¡±, comenta.
Por sus p¨¢ginas desfilan cardenales adictos al oropel (liturgy queens, en el argot vaticano), obispos que cohabitan con sus secretarios, miembros de la Guardia Suiza acosados por seminaristas y j¨®venes prostitutos cuyo pr¨®spero negocio, en los alrededores de la Estaci¨®n Termini de Roma, evidencia una de los grandes inconvenientes de ser gay en el armario m¨¢s grande del mundo: no poder utilizar apps para ligar.
Tras su lanzamiento, Sodoma ha alcanzado los primeros puestos de las listas de venta en varios pa¨ªses, ha suscitado adhesiones entusiastas y cr¨ªticas furibundas. Y, de vez en cuando, alusiones a una hipot¨¦tica conspiraci¨®n de un lobby gay que Martel no comparte. ¡°Se dice que el Vaticano es un armario, pero en realidad hay miles de peque?os armarios¡±, aclara. ¡°Cada homosexual se ha construido el suyo propio para protegerse. Ser¨ªa m¨¢s justo hablar de un gran armario lleno de cajoncitos distintos e incomunicados entre s¨ª. Hay 50 sombras de gay¡±.
¡°La mayor¨ªa de opositores [en la iglesia] a Francisco son homosexuales, practicantes o no, y ocultan su mentira a trav¨¦s de la homofobia. Viven en la falsedad, en la esquizofrenia"
As¨ª entendida, la Iglesia habr¨ªa sido durante d¨¦cadas un refugio para homosexuales ¡°con sus propias reglas¡±. Seg¨²n Martel, ¡°de puertas afuera, todos hom¨®fobos. De puertas adentro, cada uno hace lo que quiere. El c¨®digo est¨¢ perfectamente delimitado, y los curas entran en ¨¦l como peces en una pecera¡±. El problema, asegura, ha llegado con el papa Francisco, ¡°empe?ado en cambiar el agua de la pecera, incluso a pesar de los peces gordos¡±, explica. Seg¨²n revelaba recientemente la publicaci¨®n estadounidense Crux, las teor¨ªas de Martel no est¨¢n equivocadas, puesto que el mism¨ªsimo Papa habr¨ªa le¨ªdo el libro y hablado favorablemente acerca de ¨¦l con un colaborador cercano.
¡°Al principio, me costaba entender por qu¨¦ los curas gays eran tan hostiles a Francisco, que es m¨¢s gay friendly que sus predecesores. Y creo que tiene que ver con eso¡±. Se trata, en definitiva, de ¡°un secreto a voces¡± que Martel acota con precisi¨®n, pero tambi¨¦n con empat¨ªa. ¡°En este libro no hay ni una insinuaci¨®n, solo hechos. Hay reglas jur¨ªdicas que me permiten contar todo, y yo me he impuesto adem¨¢s reglas morales, como no sacar del armario a nadie¡±.
?Conf¨ªa en que algo cambie en la Iglesia tras este libro? ¡°S¨¦ que muchos curas lo leer¨¢n, porque son m¨¢s cotillas que nadie. Lo que no s¨¦ es si quieren que el sistema cambie, porque implicar¨ªa aniquilar la doctrina respecto al celibato, el acceso de las mujeres al sacerdocio, el divorcio o el uso del preservativo. Pero yo soy escritor e investigador. No tengo agenda pol¨ªtica. Que la Iglesia cambie no es asunto m¨ªo¡±.
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