Israel: cambiar el marco y ganar tiempo
Manejando los plazos y la conversaci¨®n, el Gobierno de Israel lleva desde octubre consiguiendo lo que quiere
Los ni?os estaban dormidos. De repente, todo empez¨® a arder y el sonido era aterrador; parec¨ªa que la metralla atravesaba las habitaciones, en realidad habit¨¢culos cubiertos por lonas de pl¨¢stico. Eso contaba una mujer en el campo de refugiados de Rafah, que el ej¨¦rcito israel¨ª bombarde¨® el pasado domingo. Murieron 45 personas, se cree que asfixiadas por el humo o quemadas vivas, solo dos d¨ªas despu¨¦s de que el ...
Los ni?os estaban dormidos. De repente, todo empez¨® a arder y el sonido era aterrador; parec¨ªa que la metralla atravesaba las habitaciones, en realidad habit¨¢culos cubiertos por lonas de pl¨¢stico. Eso contaba una mujer en el campo de refugiados de Rafah, que el ej¨¦rcito israel¨ª bombarde¨® el pasado domingo. Murieron 45 personas, se cree que asfixiadas por el humo o quemadas vivas, solo dos d¨ªas despu¨¦s de que el Tribunal Internacional de Justicia de Naciones Unidas le exigiera a Netanyahu parar los ataques. El Gobierno israel¨ª, por el contrario, actu¨® siguiendo un patr¨®n habitual: primero, desoy¨® a las instituciones internacionales; segundo, calific¨® su ofensiva de maniobra de precisi¨®n y contra Ham¨¢s. Tercero, cuando la comunidad internacional se encendi¨® e incluso un aliado hist¨®rico como Alemania declar¨® que ¡°calcinar a personas en tiendas de campa?a¡± no beneficia a la seguridad de Israel, Netanyahu recul¨® y, 20 horas despu¨¦s, dijo que hab¨ªa sido un ¡°tr¨¢gico percance¡±.
El mismo esquema se repite en las masacres m¨¢s crudas. El 1 de abril, cuando mataron a siete voluntarios de la ONG World Central Kitchen, Israel sigui¨® pr¨¢cticamente la misma secuencia, y hasta pasadas unas horas no admiti¨® el ataque y anunci¨® una ¡°revisi¨®n exhaustiva¡± de lo que ocurri¨®. El objetivo siempre es ganar tiempo.
Otra estrategia habitual es tratar de cambiar el marco de la conversaci¨®n, como hemos visto en sus ¨²ltimos movimientos diplom¨¢ticos. Ante el reconocimiento del Estado palestino por parte de Espa?a, Noruega e Irlanda, el Gobierno de Netanyahu ha tomado medidas concretas como prohibir al Consulado de Espa?a en Jerusal¨¦n que preste servicios a los palestinos en Cisjordania. Al mismo tiempo, ha lanzado una campa?a de insultos en la que se ha desinhibido por completo: el ministro de Exteriores israel¨ª, Israel Katz, le record¨® a Espa?a que los d¨ªas de la Inquisici¨®n hab¨ªan terminado y que a los jud¨ªos ya no se les fuerza a convertirse al cristianismo porque cuentan con un Estado. Un fuera de tono medido para conseguir titulares y eco en redes y evitar que se hable de lo importante: las consecuencias de reconocer un Estado palestino y c¨®mo avanzar hacia la paz.
Manejando los plazos y la conversaci¨®n, el Gobierno de Israel lleva desde octubre consiguiendo lo que quiere. Su reputaci¨®n est¨¢ cada vez m¨¢s tocada, pero lo cierto es que Netanyahu ignora las cr¨ªticas en casa, cuestiona las instituciones internacionales y sigue con la que es ya la ofensiva m¨¢s larga de su historia. Para la posteridad quedar¨¢n im¨¢genes como la del embajador de Israel, Gilad Erdan, en la Asamblea General de la ONU, sacando una peque?a trituradora de papel y haciendo trizas la portada de la carta fundacional de Naciones Unidas.